Las industrias extractivas generan grandes cantidades de ingresos en divisas, inversión extranjera directa e ingresos gubernamentales. Es por esto que tienen el potencial de impulsar el crecimiento económico y la reducción de la pobreza y su extracción desempeña un papel dominante en las economías de 81 países que representan una cuarta parte del Producto Interior Bruto mundial, la mitad de la población global y casi el 70% de las personas que viven en la pobreza extrema, advirtió este el Secretario General de la ONU.
Durante una mesa redonda internacional sobre la transformación de las industrias extractivas para el desarrollo sostenible celebrada en la sede de la ONU en Nueva York, António Guterres destacó la dicotomía a la que se enfrentan las naciones poseedoras de recursos minerales: por un lado, los males relacionados con las industrias extractivas como la corrupción, la explotación, o la degradación medioambiental, pero por otro los recursos que puede llegar a generar para sus habitantes. En este sentido, pidió que los recursos que generan las industrias extractivas se gestionen de forma sostenible, inclusiva y equitativa y que dejen de beneficiar solamente a las élites.
El referente del organismo internacional explicó que, tras ocho meses de mesas redondas de las comisiones regionales de la ONU tratando el tema de las industrias extractivas, se ha coincidido en elemento común: la necesidad de que el sector extractivo y los recursos que genera se gestionen de forma sostenible, inclusiva y equitativa. Al respecto, el Secretario General señaló que las industrias extractivas podrían ofrecer una mejor vida a estos colectivos mediante más y mejores oportunidades de empleo y efectuando mayores inversiones en las comunidades locales, a condición de que éstas se diseñen de forma respetuosa con sus derechos humanos. “Para los pueblos indígenas, esto incluye el derecho a la autodeterminación y al consentimiento libre, previo e informado. Las empresas dirigidas por mujeres también pueden prosperar en la cadena de suministro de las industrias extractivas”, puso como ejemplo.
En este sentido, con vistas al futuro, Guterres destacó cuatro requisitos funamentales para lograr el balance entre desarrollo inclusivo e industrias extractivas. En primer lugar, destacó la necesidad de mejorar la gobernanza de los recursos extractivos con normas más eficaces y su aplicación relacionada con la sostenibilidad medioambiental, la transparencia, la toma de decisiones inclusiva, la responsabilidad, el acceso a la información y el respeto y la protección de los derechos humanos.
En segundo lugar, señaló que los países deben reducir la dependencia de los ingresos de las industrias extractivas a través de la diversificación de las economías para ampliar la base de ingresos, aumentando el contenido de valor añadido, adaptando los sistemas fiscales a las nuevas necesidades y acelerando el trabajo sobre una transición justa para los trabajadores y las comunidades que dependen de los recursos extractivos.
En tercer lugar, abogó por efectuar una mayor inversión destinada a un futuro con bajas emisiones de carbono y que la financiación que reciba el sector extractivo, ya sea pública o privada, se adecúe a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París. “La descarbonización de la economía mundial es inevitable. Los países que representan el 73% de las emisiones de carbono ya se han comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones para mediados de siglo” afirmó.
Por último, destacó la necesidad de lograr una mayor coordinación regional y mundial “para gestionar los choques y garantizar un proceso de transición suave, justo y sostenible”, e invitó a los Estados miembros y a todas las partes interesadas a unirse a la creación de un Grupo de Trabajo sobre Industrias Extractivas auspiciado por las Naciones Unidas para ayudar a transformar el sector. Además, junto a la mesa redonda se procedió a la presentación de un nuevo informe de políticas del Secretario General que presenta 18 recomendaciones divididas en seis áreas, a saber:
Financiación para el desarrollo
Gobernanza y gestión de los ingresos
La economía verde
Una transición justa hacia sistemas sostenibles
Tecnología, innovación y economía circular
Colaboración regional y mundial