La mutilación genital femenina, definida por la Organización Mundial de la Salud como la ablación total o parcial de los genitales externos femeninos sin razones médicas, es una forma atroz de violencia contra las mujeres y las niñas. Sus consecuencias, tanto físicas como psicológicas, perduran a lo largo de la vida de quienes la sufren. En Europa, la magnitud de este problema es alarmante: se estima que 190 000 niñas de diecisiete países corren el riesgo de ser mutiladas, mientras que 600 000 mujeres ya viven con las secuelas de esta práctica.
En un firme compromiso por erradicar esta violación de los derechos humanos, la Comisión Europea ha hecho de la lucha contra todas las formas de violencia de género, incluida la mutilación genital femenina, una prioridad tanto dentro como fuera de la Unión Europea. Este compromiso se refleja en una serie de políticas y estrategias, como el Plan de Acción de la UE para los Derechos Humanos y la Democracia 2020-2024, la Estrategia de la UE para la Igualdad de Género 2020-2025, el Plan de Acción en materia de Género III de la UE y la Estrategia de la UE sobre los Derechos del Niño.
Recientemente, con la ratificación del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, la UE ha reforzado su compromiso legal en la protección de los derechos de las mujeres. Este convenio exige la tipificación de la mutilación genital femenina como delito, una medida crucial para combatir esta práctica.
En este contexto, la conmemoración del Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina adquiere un significado especial. Este día, establecido por las Naciones Unidas, nos insta a tomar conciencia de los devastadores impactos físicos, psicológicos y sociales de esta práctica y a redoblar nuestros esfuerzos para su eliminación. En un comunicado reciente, la Comisión Europea reiteró su postura intransigente: la mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos, y no hay justificación para su perpetuación. La UE se compromete a seguir cooperando con sus socios internacionales en aras de un mundo libre de esta forma de violencia.
Para respaldar esta lucha, la Comisión ha lanzado iniciativas concretas, como la propuesta para tipificar la mutilación genital femenina como delito independiente en el Derecho de la UE. Además, se están preparando recomendaciones específicas para prevenir y combatir esta práctica, así como programas de financiación para proyectos que aborden la violencia de género, incluida la mutilación genital femenina. La lucha contra la mutilación genital femenina no es solo una cuestión de políticas, es un imperativo moral y humanitario. En este esfuerzo, la UE trabaja incansablemente para proteger los derechos y la dignidad de las mujeres y las niñas, no solo en Europa, sino en todo el mundo.