La empresa es una institución económica, por supuesto. Pero no produce tan sólo productos y servicios. Al hacerlo también trabaja -en la práctica- con valores: potencia e incentiva a unos, rechaza o diluye a otros; pone a unos en el frontispicio de la vida pública, y envía otros al cuarto trastero.
La responsabilidad corporativa está intrínsecamente vinculada al concepto de desarrollo sostenible. En la actual crisis económico-financiera global, el desarrollo sostenible puede parecer una aspiración utópica, más que un compromiso real y alcanzable de forma conjunta por las empresas, las Administraciones y el tejido social de los municipios.
Carlos Cueto Cedillo
La responsabilidad ante los ciudadanos o la salvaguardia de su imagen en los medios de comunicación y la ciudanía han hecho que los consistorios españoles hayan tomado conciencia, durante este último año, de la importancia de dar cuenta de sus actividades y llegar a colaborar "voluntariamente" en la elaboración del Índice de Transparencia de los Ayuntamientos en España (ITA 2009) que por 2º año ha hecho público la organización Transparencia Internacional (TI) en la sede de la Fundación Ortega y Gasset en Madrid, después de haberlo puesto en marcha (1ª edición ITA en el año 2008).
Carlos Cueto Cedillo
Cuando las empresas juegan a la solidaridad, a la responsabilidad social decorativa, el resultado es una obscenidad, con cobertura mediática, por supuesto, pero obscenidad.
www.josepmlozano.cat
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los Países Miembros que publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que fuera "distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios".
Hoy se cumplen 61 años, y la Declaración sigue fresca y vigente como el primer día. No está de más releerla al menos una vez al año... más que nada, para que no se nos olvide.
Paloma Lemonche