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A medida que el clima cambia, los fenómenos meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes e intensos afectando a todas las partes del planeta. En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes, mientras que en otras se registran olas de calor y sequías.
El rol de los datos en la crisis climática: Gobernanza y decisiones basadas en evidencia

2024 se ha cerrado como el año más cálido registrado hasta ahora, según el seguimiento de las temperaturas medias diarias del aire en la superficie del planeta que proporciona el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, dependiente de la Comisión Europea.

El impacto de la crisis climática suele dividirse en tres grupos:

  • Los riesgos de transición, derivados de las pérdidas financieras que pueden derivarse directa o indirectamente del proceso de ajuste hacia una economía más baja en emisiones de carbono y más sostenible desde el punto de vista medioambiental.
  • Los riesgos físicos, que pueden derivarse de fenómenos (agudos) o ser cambios a largo plazo en los patrones climáticos (crónicos) como las inundaciones, los incendios forestales, el aumento de las temperaturas medias, subida de los niveles del mar y olas de calor crónicas.
  • Las oportunidades de la crisis climática, que pueden surgir a raíz de los cambios en las preferencias de los consumidores por ciertos productos o servicios, o de la apertura de nuevos mercados para ciertos productos, por ejemplo, el uso de vehículos eléctricos y las consiguientes infraestructuras de recarga.

En este contexto, los datos juegan un papel fundamental para tomar decisiones basadas en información, evaluar políticas y optimizar estrategias de mitigación y adaptación. La gobernanza basada en evidencia es clave para garantizar respuestas eficaces y sostenibles.

Importancia de los Datos en la Crisis Climática

A medida que las economías de todo el mundo se esfuerzan por reducir las emisiones y lograr un crecimiento sostenible, es fundamental contar con datos fiables, ya que constituyen la base para una toma de decisiones informada y orientan el desarrollo, la aplicación y el seguimiento de las políticas.

Los datos climáticos permiten monitorizar cambios en la temperatura del suelo, en las precipitaciones, en los niveles del mar y fenómenos extremos. Mediante la recopilación de información de satélites, de las estaciones meteorológicas e Internet de las Cosas (IoT), se pueden generar modelos predictivos que anticipen impactos y faciliten respuestas tempranas.

La gobernanza climática efectiva requiere la integración de datos en la formulación de políticas. Para ello, es necesario tener en cuenta 4 aspectos clave:

  • Acceso Abierto a Datos: La transparencia en la información climática permite que investigadores, gobiernos y ciudadanos tomen decisiones basadas en información ya que facilita medir los impactos cuantitativos de los riesgos climáticos.
  • Estándares de Calidad y Veracidad: Es fundamental que los datos sean precisos, estén actualizados y sea verificables para poder referirlos como datos de calidad a la hora de utilizarlos.
  • Tecnologías de Análisis Avanzado: El uso de Inteligencia Artificial (IA) y Big Data facilita la identificación de patrones, de tendencias y para analizar posibles soluciones en la mitigación de sus efectos o en la prevención de estos.
  • Participación Multisectorial: La colaboración entre gobiernos, empresas, ONGs y la comunidad científica fortalece la toma de decisiones.

El Rol de la Inteligencia Artificial

La Inteligencia Artificial es una tecnología necesaria para ayudar a mitigar la crisis climática a través de la medición de las emisiones tanto a nivel macro como micro, de la reducción de las emisiones y los efectos de los gases de efecto invernadero (GEI), y de la eliminación de las emisiones existentes en la atmósfera. El desarrollo de tecnologías basadas en IA está ayudando a predecir huracanes, monitorear icebergs, identificar fuentes de contaminación plástica en los océanos y mejorar los procesos de reciclaje.

Lo que es una realidad son los diferentes usos de esta tecnología para prevención, mejora y monitorización de las crisis climáticas:

  • Predicción de Eventos Extremos: Utilizando modelos de aprendizaje automático se pueden anticipar huracanes, sequías e inundaciones.
  • Eficiencia Energética: Los algoritmos de IA ayudan a optimizar el consumo de energía tanto en ciudades como en industrias con el impacto de ahorro energético que conlleva.
  • Monitorización de Ecosistemas: Los sistemas de visión por computadora permiten detectar la deforestación y cambios en biodiversidad en tiempo real.

A pesar de los beneficios, el uso de datos e IA en la crisis climática conlleva una serie de retos que debemos tener en cuenta y trabajar en ellos:

  • Brecha de Datos: No todos los países tienen acceso equitativo a tecnologías de recopilación y análisis de datos.
  • Privacidad y Seguridad: El manejo de grandes volúmenes de información debe garantizar la protección de datos sensibles.
  • Fiabilidad de Modelos Predictivos: Es clave evitar sesgos en los algoritmos y asegurar la interpretabilidad de los resultados.

Los datos y la inteligencia artificial están redefiniendo la manera en que enfrentamos la crisis climática. La gobernanza basada en evidencia permite diseñar estrategias más efectivas y sostenibles, pero es necesario garantizar el acceso equitativo a la información y desarrollar políticas que equilibren innovación con consideraciones éticas.

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