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La energía está por todas partes: en la luz que encendemos para alumbrarnos; en los enchufes que cargan nuestros numerosos -igual demasiados- aparatos electrónicos; en la calefacción y el aire acondicionado -si nos los podemos permitir; en la vitrocerámica que usamos para cocinar, y en tantas otras cosas más. La energía está por todas partes, pero ¿hablamos suficiente de ella?
La juventud ha hablado: el futuro es energía o no será

En la crisis climática actual, la energía se ha convertido en un tema central que nos interpela a todos. Hay que hablar de energía y no solo por parte de expertos, sino por todas las personas y, en especial, aquellas que tienen mucho que decir, mucha vida que vivir y, a veces, se les escucha poco: los jóvenes.

Sí, los jóvenes tenemos mucho que decir en materia de transición energética. Esto lo demuestra la macroencuesta “el Futuro es Energía” donde más de 8000 jóvenes de diferentes rentas, ideologías, municipios y géneros plasmaron sus opiniones sobre semejante tema candente. Esta encuesta, que requería un esfuerzo, atención y detenimiento, fue contestada por más de 8000 jóvenes. El número de respuestas ya nos demuestra de forma contundente el nivel de implicación de la juventud por construir el hoy y el mañana del país.

Esta encuesta nos deja datos esperanzadores que nos ofrecen un ligero respiro frente a la atmósfera de incertidumbre en la que vivimos, y frente a los mensajes de colapso que nos atormentan a diario. El 90% de la juventud española considera que la transición energética es clave para resolver la crisis climática. Teniendo en cuenta la pluralidad de la encuesta, encontrarnos frente a un consenso así de apabullante es, a mi juicio, gratificante. En un contexto de polaridad, rupturas y ruido constante, que haya unanimidades es una rara avis a la que aferrarse. Esto nos permite encontrar un punto de partida común para resolver el gran reto que supone la crisis climática. Ese punto común es la transición energética.

La transición energética es clave para los jóvenes por salud y bienestar no solo individual, sino también del planeta. 

La encuesta deja datos como que el 85% de los jóvenes españoles entiende que la lucha contra la emergencia climática va a tener impacto en sus hábitos, y asume que sea así. ¿Qué más se puede pedir? Tenemos una juventud concienciada y que asume los cambios que van a venir y que tienen que venir. Eso sí, los jóvenes nos mantenemos conscientes de que aún quedan cosas por pedir: más ambición legislativa, más diálogo y espacios de escucha a la juventud, y formar parte de la toma de decisiones.

La encuesta también señala leves diferencias: los jóvenes de municipios pequeños ponen más en valor que haya un diálogo de todos los agentes implicados y los jóvenes de rentas más altas se muestran más proclives a asumir riesgos frente a los de rentas más bajas que ponen más en valor los aspectos reguladores. Estos datos son sólo el inicio de un ovillo que aún hay que tirar y que en ese tirar, nos necesitamos, dependemos los unos de los otros. La pluralidad, el atender a las diferencias, será clave para asegurar una transición que sea justa. La justicia empieza por reconocer al otro; un otro con sus vivencias, intereses, necesidades y demandas; un otro que forma parte del todo, pero también un otro atravesado por la desigualdad social, estructural y simbólica. 

¿Cómo asegurar no dejar a nadie atrás? Asegurando una escucha plural, con diálogos colectivos e impulsando la participación ciudadana.

Precisamente, al preguntar a la juventud quién debería liderar la transición energética hubo un empate al 60%: gobiernos y la sociedad en su conjunto. Se pide, por tanto, un co-liderazgo. Se pide, por tanto, una participación de la ciudadanía y de las instituciones.

Por eso, cuando decidimos presentar las conclusiones de la encuesta El Futuro es Energía, fuimos al Congreso de los Diputados, a la casa del pueblo, en donde se juntan – o deberían juntarse- ciudadanía y gobierno.

Allí, Francina Armengol, presidenta del Congreso, nos acogió, compañeras de la sociedad civil representaron la voz de los más de 8000 jóvenes y representantes del grupo popular y del psoe, respondieron a las demandas juveniles.

Sin embargo, aún queda camino por recorrer y cambios por hacer; aún quedan voces por escuchar y espacios por ocupar; aún queda naturaleza por cuidar. En resumen, aún queda, pero aquí seguiremos generando y promoviendo una participación real y directa.

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