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En un contexto como el actual de creciente crisis hídrica global, las empresas enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno cada vez más incierto en cuanto a la disponibilidad y calidad del agua. La resiliencia hídrica, entendida como la capacidad de anticiparse y recuperarse ante estos riesgos, se ha convertido en un factor clave para garantizar la continuidad operativa, reducir costes y asegurar el cumplimiento de normativas ambientales.
Decálogo empresarial para fomentar la resiliencia hídrica

La resiliencia hídrica es un concepto cada vez más relevante para las empresas, especialmente en un contexto global de creciente escasez de agua y cambios climáticos. Se refiere a la capacidad de adaptación, resistencia y recuperación ante crisis relacionadas con la calidad o disponibilidad del agua, como sequías, inundaciones o contaminación de fuentes hídricas. La importancia de esta resiliencia para las empresas radica no solo en la gestión eficiente del consumo de agua, sino en la anticipación a futuras crisis y en la adopción de medidas proactivas que minimicen su impacto en las operaciones empresariales.

En 2023, más del 14% del territorio español estaba en situación de emergencia por la escasez de agua, y el 27% estaba en alerta debido a la falta de precipitaciones. Este panorama no solo subraya la crisis hídrica actual, sino que también plantea la necesidad urgente de que las empresas asuman un rol activo en la gestión del recurso más preciado del planeta. Expertos del Pacto Mundial de la ONU explican que la gestión efectiva del agua es un componente esencial de la continuidad operativa y la reducción de riesgos para las empresas. Implementar estrategias de resiliencia hídrica no solo es crucial para evitar interrupciones en la producción, sino que también ofrece ventajas económicas y reputacionales:

  1. Reducción de riesgos operativos: Garantizar la disponibilidad de agua en todas las fases de la operación empresarial minimiza la posibilidad de paros y disrupciones en la cadena de suministro, lo que permite mantener un flujo constante en la producción.
  2. Ahorro de costes: La adopción de tecnologías y prácticas eficientes de gestión del agua ayuda a reducir los gastos asociados al consumo, tratamiento y distribución del recurso, lo que se traduce en un ahorro significativo a largo plazo.
  3. Mejora de la estabilidad financiera: Al mitigar los riesgos y optimizar los costos operativos, las empresas que implementan estas estrategias logran una mayor resiliencia económica y pueden asegurar un crecimiento sostenible.
  4. Cumplimiento de normativas internacionales: Adoptar estrategias que promuevan la sostenibilidad del agua permite a las empresas cumplir con regulaciones ambientales y respetar el derecho humano al acceso al agua y saneamiento, evitando sanciones y fortaleciendo su imagen pública.
  5. Nuevas oportunidades de negocio: La inversión en tecnologías de reutilización, reciclaje y gestión circular del agua abre nuevas oportunidades en mercados globales que demandan soluciones sostenibles.

10 acciones clave para fomentar la resiliencia hídrica

Además, el Pacto Mundial de la ONU en España propone una serie de acciones prioritarias que las empresas pueden implementar para promover la resiliencia hídrica y enfrentar la creciente crisis del agua:

  1. Identificar cuencas vulnerables: Las empresas deben conocer las cuencas hídricas donde operan y priorizar las acciones en aquellas áreas que se enfrentan a un mayor riesgo.
  2. Establecer objetivos basados en la ciencia: Integrar la ciencia en las prácticas de gestión del agua, estableciendo metas medibles que aseguren una gestión sostenible del recurso.
  3. Mejorar la eficiencia hídrica: Las empresas pueden adoptar tecnologías innovadoras que optimicen el uso del agua en sus operaciones, reduciendo así el consumo y los costos asociados.
  4. Reutilizar y reciclar agua: Implementar soluciones circulares que permitan aprovechar al máximo el recurso disponible mediante su reutilización y reciclaje.
  5. Garantizar el acceso a agua segura: Proveer a la plantilla acceso a agua limpia y un saneamiento adecuado es esencial, no solo por razones de salud, sino también para cumplir con estándares internacionales.
  6. Monitorizar la cadena de suministro: Evaluar el uso del agua en la cadena de valor y trabajar con proveedores que implementen prácticas eficientes es clave para garantizar un uso sostenible del agua en toda la operación.
  7. Colaborar con el sector público: Las empresas deben trabajar en conjunto con el sector público para alinear sus prácticas de gestión del agua con las políticas públicas y contribuir a la resiliencia hídrica en la sociedad.
  8. Involucrar a las comunidades locales: Colaborar con las comunidades afectadas por la escasez de agua ayuda a desarrollar soluciones sostenibles que benefician tanto a las empresas como a las personas.
  9. Innovar en tecnología hídrica: Desarrollar y aplicar nuevas tecnologías que mejoren la gestión y el ahorro de agua es crucial para enfrentar los desafíos actuales y futuros.
  10. Fomentar alianzas para la financiación: Participar en mecanismos de cofinanciación con gobiernos y organismos internacionales permite a las empresas acceder a los recursos necesarios para implementar soluciones de resiliencia hídrica.

La resiliencia hídrica, una estrategia empresarial

El acceso al agua es uno de los mayores desafíos del siglo XXI, y para las empresas, no abordar este tema puede resultar en altos costos operativos, pérdida de reputación y competitividad. Empresas de sectores tan diversos como la minería, la energía y la agricultura ya han comenzado a adoptar prácticas de gestión hídrica sostenible para asegurar su futuro. Sin embargo, la urgencia de actuar es clara: solo un tercio de las empresas en España han implementado medidas para gestionar el agua de manera eficiente.

La clave para el éxito empresarial en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático y la escasez de agua radica en la adopción de prácticas proactivas que no solo aseguren la continuidad operativa, sino que también promuevan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Al final, la resiliencia hídrica es una cuestión de supervivencia empresarial y sostenibilidad a largo plazo.

 

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