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Hace unas semanas me saltaba en el móvil la típica alerta de noticias con estas provocadores reflexiones “Greta Thunberg dice que la conferencia climática de la ONU será utilizada como una oportunidad para que los líderes y las personas en el poder llamen la atención” (...) ​​ha dicho que se saltará las conversaciones Cop27, criticando que la cumbre mundial es un foro para el "greenwhasing".  Su línea argumental, con la que podemos estar de acuerdo muchas y muchos, tiene que ver con la poca coherencia de NU (como la FIFA) de realizar la conferencia en un país donde se persigue a los activistas climáticos y que en consonancia no ha permitido un espacio de protagonismo al movimiento de la sociedad civil en la cumbre. Pero consiguió lo que pretendía, o al menos en mí, primeramente, admiración de que siendo tan joven es una superdotada de estar presente, sin aparecer o aparecer tarde. Y seguidamente que me planteara hacer esta reflexión para mi querido Diario Responsable. ¿Son Greenwashing las COPs para los líderes empresariales y políticos que acuden?  ¿no sirven para nada?

Partiendo de ¿qué es el Greenwashing? El ecologista Jay Westerveld acuñó el término Greenwashing en 1986 en un ensayo inspirado en la ironía del movimiento de «salvar la toalla» en los hoteles. La idea surgió en una época en la que la mayoría de los consumidores sólo podían recibir noticias de la televisión, la radio y la prensa impresa, por lo que no tenían la capacidad de verificar los hechos que se “publicitan” (esa coherencia y consistencia) como lo hacemos hoy. Pero actualmente en la época del consumidor ciudadano e hiperconectado (y no soy naïf también de las fake news/ bots) la capacidad de contraste y hacer de “crítico” y destructor de la reputación, a los mensajes que puedan lanzar las empresas y los políticos, es la más alta de la historia y además adquieren un carácter de “noticias GloCales” debido a las RRSS, principalmente. Es más se puede volver en su contra y le confiere al ciudadano (y a los inversores- financiadores que ya usan esa información en la era de la digitalización para hacer sus rating de elegibilidad) un poder nunca planteado en otro momento. Con lo que ahora más que nunca es más difícil ser un “buen” Greenwhasher en cualquier ámbito, aunque se siga intentando, el riesgo a largo plazo- global, casi es mayor que el beneficio a corto-local. Por supuesto que en la COP uno va, también, a ver y ser visto, pero eso ocurre en todos los eventos del mundo, y a pesar de estas pequeñas frivolidades, no puede generalizarse.

¿No sirven de nada las COP nada más que para “blanquear” a los líderes? Pues como diría aquel, considero que sí sirven ni que sea de “a pocos” y sirven mucho más que si no existieran. En los tiempos que corren y por lo anteriormente mencionado, diría que hasta según qué postura tomes en las mismas como líder empresarial o político, puede hasta “ennegrecerte”. Además, si hacemos una perspectiva histórica, de las cumbres y del interés por el cambio climático (y en aras a ser siempre resiliente- positiva) esta cuestión está siendo un tema identitario para los buenos líderes (orgullosa del liderazgo en ello que está haciendo la UE), y un tema ya totalmente perceptible y de consciencia en casi todos los ciudadanos del planeta (y conste que sé que negacionistas va a haber siempre. Mirar la cumbre de Terraplanistas que hubo en Menorca este verano).

Ahora bien, ¿tenemos capacidad y conocimiento para ir (y deberíamos ir) más rápido? De eso no hay dudas, es más se tiene suficiente información para tener plena consciencia de que estamos ante el gran desafío Global y en el punto crítico de inflexión (catastrófico), que nos requiere de una acción más ambiciosa y más contundente: basta para alarmarnos- motivarnos a la acción, irnos a los últimos informes del IPCC (que algunos científicos, miembros del movimiento Scientist Rebellion” consideran han sido hasta descafeinados por países productores de petróleo). Pero, como dice mi admirada amiga, Cristina Monge en su entrevista “post COP de Glasgow 2021”que le hizo Diario Responsable, al final “no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío, se trata de que no se vacíe y siempre ir llenando”. En definitiva y como dicen los ingleses “no dejemos que los ruidos, nos alejen de las señales de orientación”, ni banalicemos, para captar la atención tan alegremente, estos importantes eventos donde, además de los documentos de consenso, se moviliza a muchos actores, de todo el mundo y disciplinas, que “cuecen” (piensan, investigan, negocian, llega a acuerdos…) muchos avances y que nos ayudan, a instalar cuestiones y acciones, para frenar el Cambio Climático y la Resiliencia al mismo y “seguir llenando el vaso”. Podemos, y debemos ser críticos e incluso más proactivos (y además poder ser recompensados por ello como líderes más que nunca), pero no perdamos el foco de la importancia y emergencia de las decisiones que se toman en las cumbres y apoyemos, todos, para que las COP de tildadas de Greenwashing sean recordadas y reconocidas como eventos para el Green_Doing.

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OpiniónCOP27

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