De ahí que para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero acuden a los mercados de carbono regulados, como la plataforma de compensación de carbono de la ONU o el mercado de comercio de derechos de emisión europeo, que surgió en 2005.
Paralelamente, también está surgiendo la posibilidad de entrar en un Mercado Voluntario de derechos de emisión de dióxido de Carbono (VCM, por sus siglas en inglés), donde cualquier empresa puede intercambiar esas unidades de emisión o compensación con otros para equilibrar el recuento total y ser sosteniblemente viables. Se trata, por el momento, de compromisos voluntarios para la protección del clima y funcionan en base a créditos de CO2, según cálculos de sus emisiones y compensaciones determinados por terceras empresas. Este VCM es muy valioso, ya que está impulsado por organizaciones, instituciones e individuos que compran sus propias compensaciones de carbono de forma voluntaria y, por lo general, con un fuerte sentido de responsabilidad social.
Cómo la Web3 puede impulsar el mercado de compensación de carbono
La organización sin ánimo de lucro Climate Collective (orientada a impulsar a emprendedores y startups en las áreas de cambio climático y economía circular) nace en octubre de 2021, en un momento en que este VCM estaba experimentando un crecimiento sin precedentes, y estaba en camino de superar los 1.000 millones de dólares en volumen de transacciones anuales. Uno de sus objetivos, precisamente, es asignar hasta el 40% de la Reserva de Celo a activos tokenizados, respaldados por la naturaleza durante los próximos cuatro años, y seguir ejecutando su compromiso de revertir los efectos nocivos del cambio climático utilizando la tecnología Web3, de modo que estos créditos de derechos de emisión representan una interesante oportunidad para, de forma efectiva, llevar la protección del medioambiente al mundo digital, de una manera segura, transparente y sencilla.
Específicamente, la tecnología Web3 puede ayudar a abordar los puntos débiles estructurales del VCM, es decir, los ciclos de compra lentos y costosos realizados en directo por brokers con liquidez limitada que, históricamente, han obstaculizado una participación más amplia. Agentes como Flow Carbon, que operan en la intersección del mercado voluntario de CO2 (VCM) y el ecosistema Web3, permiten llevar los créditos de carbono al blockchain, lo que facilita el rápido escalado de las soluciones de cambio climático al facilitar un mercado de crédito que es líquido, transparente y más fácil de navegar que el mercado tradicional.
Para ello esta compañía ha lanzado un token específico para la compensación de carbono, el Goddess Nature Token (GNT), un paquete compuesto por tokens ERC-20 individuales llamados GCO2. Cada GCO2 está respaldado 1:1 con un crédito de carbono vivo y no retirado que representa una tonelada de eliminación o reducción de carbono que ha sido certificada por un organismo de certificación reconocido en el mercado, lo que garantiza que las compensaciones sean creíbles y cuantificables.
Según la ONU, "aún se pierden cada año unos 10 millones de hectáreas de bosque debido a la conversión a la agricultura y a otros usos de la tierra", lo que equivale aproximadamente a un área del tamaño de Hungría. El primer token de Flow Carbon está respaldado por compensaciones que provienen de proyectos basados en la naturaleza, lo que promueve su misión de proteger las reservas de carbono naturales de la tierra.
Son iniciativas como esta las que van a permitir una mayor adopción de esos activos y la ampliación de las actividades regenerativas del planeta, un paso fundamental para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y hacerlo además desde un sector de vanguardia y en crecimiento como es el blockchain: limpio, respetuoso con el medioambiente y con la mirada puesta en el futuro de todos.