Publicado el
Las finanzas sostenibles y sus grandes cuestiones

La publicación, en el año 2018, del Plan de Acción de finanzas sostenibles de la UE, fue un potente revulsivo para las finanzas sostenibles o ASG, denominadas así porque además de tener en cuenta criterios financieros, también consideran aspectos medioambientales, sociales y de buena gobernanza a la hora de tomar decisiones de inversión. Dicho plan de acción se materializa en una amplia batería de nuevas regulaciones, con un fin principal de canalizar fondos a actividades que contribuyan a la transición a un sistema económico neutral en carbono, objetivo de la UE para el 2050.

Una de las medidas estrella del mencionado Plan de Acción es la taxonomía, una especie de diccionario de las actividades que se consideran “verdes”. La taxonomía pretende trascender dos problemas de los que ha adolecido el sector: la falta de criterios unificados y coherentes para definir qué proyectos son sostenibles, y el “greenwashing” o lavado verde, es decir, la comercialización de productos falseando sus características, lo cuál no sólo plantea cuestiones de pérdida de credibilidad, sino que detrae recursos de aquellas actividades que sí pueden ayudar a la transición.

Según la taxonomía, para que una actividad se considere medioambientalmente sostenible debe contribuir a uno de los seis objetivos medioambientales, entre los que se encuentran la mitigación y adaptación al cambio climático, no hacer un daño sustancial a ninguno de los otros cinco y cumplir unas garantías sociales básicas. De hecho, ha sido la preocupación por el cambio climático y sus consecuencias, que se traducen tanto en riesgos como oportunidades a nivel financiero, lo que ha producido el reciente boom en las finanzas sostenibles. En este contexto, las entidades financieras están sujetas a una enorme presión pública para que asuman su responsabilidad y su papel como intermediarios a la hora de dirigir fondos hacia proyectos en línea con una economía baja en carbono.

Sin embargo, la cuestión plantea dos preguntas muy relevantes: la primera, ¿qué curso de acción es el adecuado para cumplir esos compromisos? Y la segunda, si son totalmente alcanzables a través de proyectos de inversión que resulten rentables, dada la complejidad de los desafíos que representan.

Como muestra de las cuestiones a sopesar, podemos mencionar el reciente encarecimiento de los precios de la energía.  Dos tendencias en la inversión sostenible han sido eliminar de las carteras de inversión títulos de compañías de combustibles fósiles – una estrategia que en el argot del sector se denomina “exclusión” – junto con grandes entradas de fondos en el sector de renovables. Sin dudar de la necesidad de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y bajar emisiones, la pregunta es si este tipo de acciones son la solución, al menos en el corto plazo. De hecho, la UE está contemplando la posibilidad de incluir el gas y la energía nuclear dentro de la taxonomía, aunque sea de forma temporal, un tema muy polémico, si se entiende que incluirlas en la taxonomía es considerar estas actividades como “verdes”.

Ante este tipo de desafíos, desde el punto de vista de la inversión sostenible será importante revisar que estrategias son las más efectivas para contribuir a la transición. ¿Hay que desinvertir o quizás es mejor ejercer una participación activa en las compañías?, ¿Es la compra de acciones en bolsa, con la consecuente subida en los precios bursátiles de las compañías consideradas “verdes”, pero que en realidad no les aporta fondos para crecer, una estrategia efectiva?,¿O hay que centrarse en la financiación de proyectos menos visibles pero que puedan tener un impacto real?¿Hay que centrarse sólo en los proyectos “verdes”, escasos y muy demandados dada la nueva regulación europea?¿ o hay que buscar iniciativas “marrones” con la aspiración de mejorar su nivel de sostenibilidad? De cara a solventar los problemas que enfrentamos como sociedad, quizás necesitamos ampliar la mirada y enfocarnos no sólo en el objetivo, sino en el camino más adecuado para alcanzarlo.

¡Comparte este contenido en redes!

300x300 diario responsable

Advertisement
Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies