La 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (también conocida como COP26) se ha anunciado como la última oportunidad de la humanidad para salvar el planeta. Incluso si se desconfía de la hipérbole, es difícil negar que esta conferencia marca un momento importante en los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono y mitigar el cambio climático.
Para los inversores, es sin duda un acontecimiento que hay que observar, digerir y calcular el impacto en las carteras. Esta es una oportunidad, un momento en el tiempo en el que esperamos mirar atrás y decir que se han tomado medidas coordinadas.
El histórico informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) publicado en agosto contenía casi 4.000 páginas de datos científicos que explicaban las consecuencias de la inacción. A saber, que solo es posible mantener el calentamiento por debajo de los dos grados mediante "profundas reducciones de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas". El Acuerdo de París de 2015 ya ha sido ratificado por 191 países, siendo Turquía, Irán e Irak los únicos grandes emisores que aún no lo han firmado.
Según este acuerdo, cada país debe establecer sus propios objetivos de reducción de emisiones, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Actualmente, la suma de estas NDCs no es suficiente para cumplir el objetivo de 1,5 grados de calentamiento, por lo que necesitamos urgentemente que los países establezcan objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones.
El objetivo general del Reino Unido para la conferencia es "mantener vivos los 1,5 grados" y, como primer ministro del país anfitrión, Boris Johnson ha pedido que se actúe sobre el carbón, los coches, el dinero y los árboles:
- Carbón: eliminar el carbón para 2030 (países desarrollados) y 2040 (países en desarrollo)
- Coches: Abandonar los coches con motores de combustibles fósiles
- Dinero: Que los países más ricos vuelvan a destinar 100.000 millones de dólares a ayudar a los países más pobres en su transición.
- Árboles: Comprometerse a proteger y restaurar la naturaleza y plantar más árboles de los que estamos perdiendo
El éxito de la conferencia se traducirá en compromisos significativos y en colaboración internacional. Una forma poderosa de incentivar a las empresas para que se descarbonicen sería un precio del carbono acordado. Se cobraría a los emisores en función de la cantidad liberada a la atmósfera, con el objetivo de devolver el coste a la fuente.
Muchos países ya tienen alguna forma de fijación de precios del carbono, pero para que sea efectiva necesitaríamos una adopción universal. ¿Podría ser la COP26 esa oportunidad? Aunque se trata de un aspecto muy positivo en la lucha contra el cambio climático, las implicaciones para los mercados de inversión podrían ser importantes. Nuestro modelo Carbon Value at Risk aplica un precio del carbono de 100 dólares por tonelada métrica (el nivel sugerido por el Pacto Mundial de la ONU en 2016) y encuentra que un 14% de los beneficios del MSCI World están en riesgo.