He tenido recientemente la inmensa fortuna de darme un paseíto por el arte románico rural navarro. Y, entre otras cosas, he topado con esta joya:
Es un canecillo de San Martín de Artáiz que representa un trifronte, fotografiado por el especialista Simeón Hidalgo Valencia. (Si no puedes acercarte a verlo te recomiendo el libro de este autor, "La iglesia románica de San Martín de Artáiz").
Un trifronte se caracteriza porque tiene tres caras que comparten 4 ojos. Parece ser que es una representación del dios romano Jano, dueño de los tiempos, pasado, presente y futuro (aunque al formar parte de un edificio cristiano se le ha dado tradicionalmente otra interpretación).
Pero como no he visto en ningún sitio que tenga que atenerme a las descripciones oficiales, te ofrezco mi propia interpretación con la idea que podamos reflexionar juntos.
El dueño de los tiempos tiene un ojo mirando al pasado, un ojo mirando al futuro y dos ojos mirando al presente. Parecería que quiere transmitirnos la idea de que tenemos el deber de fijarnos atentamente en qué estamos haciendo en el presente si queremos conservar las joyas del pasado y, sobre todo, asegurar el futuro.
El pasado está ahí, tiene su peso y debemos respetarlo porque gracias a lo que hicimos antaño hemos podido llegar hasta aquí; el futuro está por llegar y tiene su propio peso, sobre todo para las generaciones venideras; pero lo realmente importante es qué estamos haciendo ahora, en el presente, como germen de lo que ocurrirá en el futuro; he ahí la importancia de los dos los ojos que se centran en el presente.
En el pasado sabíamos vivir de la tierra y con la tierra: nos acompasábamos al ritmo de las cosechas, de las mareas, de la rotación… la vida humana era mucho más corta y más dura que la actual, pero el planeta no tenía ningún problema en mantenernos como a otros seres vivos.
En la actualidad, la vida humana es en general es mucho más larga y cómoda, pero, ¿a qué precio? Hemos sido capaces incluso de variar el eje de rotación de la tierra debido al cambio climático, los polos se están derritiendo, el permafrost está ardiendo, etc., etc., todos sabemos de qué estoy hablando.
Tenemos mucha y valiosa información, como la del IPCC sin ir más lejos. Pero todavía nos cuesta trabajo interiorizar la idea de que solo somos un ser vivo más de todos los que pueblan nuestro planeta, no tenemos derecho a utilizarlo / sobreexplotarlo hasta su destrucción. El antropocentrismo nos está matando. Y digo "nos" porque si seguimos así corremos el riesgo de desaparecer como especie, la Tierra sobrevivirá a pesar de tantas variaciones.
Pero aún nos queda un hilo de esperanza. Numerosas organizaciones como Greenpeace están alertando a la ciudadanía para que centremos los dos ojos en el presente: gran parte de nuestros conocimientos, nuestras herramientas, nuestras tecnologías, nuestra concienciación al servicio del presente, para enderezar el rumbo y conseguir así que el ojo del futuro pueda ver lo que ocurrirá a su alrededor con la misma fuerza que los otros tres ojos.
Al fin y al cabo, del siglo XII al siglo XXII solo hay una X… Despejemos la incógnita, hagamos que el futuro sea prometedor para nosotros y para todas las especies que comparten la Tierra. Es un buen mensaje de Jano, tan bien conservado gracias a su prudencia.