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La situación generada por el SARS-coV-2 y la COVID-19 ha supuesto un cambio importante en nuestras vidas, tanto en la forma de trabajar como la forma de atender a los negocios, y además ha repercutido enormemente en nuestras familias, en nuestras empresas y en nuestras costumbres sociales.

Todos nos estamos adaptando a esta nueva realidad, la que tenemos que sobrellevar con responsabilidad y disciplina. Durante el   estado de alarma y el período de confinamiento fuimos disciplinados, ahora la situación no ha cambiado, estamos viendo nuevos rebrotes en la mayoría de las comunidades, aunque afecta más a jóvenes de 40 años y parece que el virus es menos letal.

Las recomendaciones siguen siendo las mismas, mascarilla, higiene y distanciamiento social, apelando a la responsabilidad social de las empresas y de las personas a nivel individual. No olvidemos que el coronavirus está aquí y continúa contagiando a jóvenes y mayores con menor o mayor letalidad.

Cada vez más, desde la Administración se hace un llamamiento a la responsabilidad social de las empresas y de las personas a nivel individual.

La pandemia afecta más a barrios pobres, a personas vulnerables y a pequeñas empresas (pymes y empresas familiares). Y está haciendo retroceder los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el avance de la Agenda 2030.

Naciones Unidas ha presentado en el Foro Político de Alto Nivel (HLPF), el informe anual sobre el estado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 (undefined), que ofrece un flash   de los progresos realizados en cada uno de los 17 ODS. El informe desvela que no vamos por buen camino si queremos cumplir con los objetivos y con la Agenda 2030.

Según informa la Red Española del Pacto Mundial, esta tendencia desfavorable a los ODS ya se había adelantado en los últimos informes, y es el motivo por el que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, decidió denominar esta década como la década de acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible instando a todos los agentes a aumentar el ritmo y la escala de las actividades de ejecución. Sin embargo, a causa de la pandemia y sus consecuencias, se ha producido un estancamiento y un retroceso en la Agenda 2030 y en los ODS.

La Covid-19 está teniendo un efecto muy negativo en los 17 ODS; en algunos casos, está retrocediendo décadas de progreso.

El ODS más afectado es el de Salud y Bienestar (ODS 3). En España ha habido más de 342.813 contagios, 28617 fallecidos, más de 129.009 hospitalizados y más de 11.926 personas han necesitado ingreso en Cuidados Intensivos. Estos datos son desoladores y afectan a todo el planeta. Según las estadísticas oficiales de la OMS, la Covid-19 suma más de 204 millones de contagios y ha matado a más de 744.385 personas.

Otro de los objetivos que se queda atrás es el de igualdad y género (ODS 5), aunque haya aumentado la representación femenina en los parlamentos, con un 24,9% en 2020 y un ligero aumento de su presencia en puestos directivos, del 25% en el año 2000 al 28% en 2019. Los beneficios económicos de la mujer están en peligro y están aumentando los niveles de violencia de género. Las mujeres representan la mayoría de los trabajadores de la salud y de la asistencia social, por lo que están más expuestas a la Covid-19.

Asimismo, la pandemia también ha dejado graves secuelas en el ODS 4, (Educación de calidad) provocando el cierre de centros educativos, lo que ha afectado al 90% de los estudiantes de todo el mundo (1.570 millones) y ha puesto de manifiesto la existencia de una gran brecha digital entre los niños y jóvenes de comunidades vulnerables y desfavorecidas.

Esta pandemia está provocando la peor crisis económica global sin precedentes en el mercado laboral, y deja huella en el crecimiento económico y trabajo decente (ODS 8). Tenemos en nuestro país una tasa de paro del 14,4%, con la mayor caída de empleo desde el 2013. Se han registrado 28.000 empleos menos que el primer trimestre, y esta cifra no incluye las personas afectas por los ERTE. Además, las previsiones muestran una reducción de un 10,5% del número global de horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020.

Todo ello provoca graves consecuencia en la erradicación del hambre (ODS 2), donde además el número total de personas aquejadas de inseguridad alimentaria grave ha ido al alza desde 2015 y donde todavía existe una tasa muy alta de desnutrición infantil. Se estima que aproximadamente 71 millones de personas volverán a caer en la extrema pobreza en 2020. La pérdida de ingresos, la limitada protección social y el incremento de los precios podrían poner en riesgo de pobreza y hambre incluso a personas que anteriormente estaban a salvo (ODS 1).

También en el ODS 10 (Reducción de las desigualdades), en el que las estimaciones prometen dar la vuelta a las tendencias positivas que veníamos viendo los últimos años, vuelve a aumentar la desigualdad relativa de los ingresos entre países.

En los últimos años se han dado grandes pasos en la protección del medioambiente a través del aumento de la financiación de la lucha contra el cambio climático (ODS 13), la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, y el aumento de la superficie tanto marina como terrestre protegida, que se traduce en un incremento de más del doble en la primera desde 2010 y en 13 puntos porcentuales en la segunda desde el año 2000. Sin embargo, los esfuerzos siguen siendo insuficientes y la huella del ser humano en el planeta es aún demasiado extensa. Los últimos datos han revelado que la comunidad mundial tiene muy pocas perspectivas de alcanzar tanto la meta de 1,5°C como la de 2°C que se piden en el Acuerdo de París. El estado de los océanos (ODS 14) también es preocupante, ya que sufren un deterioro ambiental, saturación y acidificación por el dióxido de carbono. En concreto, se muestra un aumento de la variación del pH y la acidez de los océanos de entre el 10% y el 30% (entre 2015 y 2019). Por otro lado, la proporción de la superficie forestal ha disminuido representando una pérdida importante de hectáreas de bosque en el mundo.

Por último, la huella material mundial (ODS 12) creció de 73.200 millones de toneladas métricas en 2010 a 85.900 millones de toneladas métricas en 2017, lo que supone un aumento del 17,4% desde 2010 y del 66,5 % desde 2000.

Como vemos, la pandemia de la Covid-19 agrava la respuesta contra la globalización, pero también pone de relieve la importancia de la colaboración y cooperación internacional en materia de salud pública. En el plano tecnológico, más de la mitad de la población mundial está conectada en línea y las suscripciones a la banda ancha fija no dejan de crecer. (ODS 17).

En definitiva, necesitamos de forma urgente combatir esta crisis global con responsabilidad y solidaridad y ponernos a la acción, como la que reclama la Década para la acción. Y es importante el liderazgo y aunar esfuerzos, solo de esta manera podremos reconstruir el país y conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Son muy malas noticias, lo sé.  Afortunadamente, cada vez somos más las personas que nos implicamos y comprometemos para revertir esta tendencia que nos amenaza con destruir el planeta.  Desde aquí te exhorto a unirte a esta pléyade y cooperar al bien común con todas tus posibilidades.  Personalmente apoyo y aplico la reflexión de John Lennon:

“Cuando haces algo noble y hermoso y nadie lo nota, no estés triste.

Para el sol cada mañana es un hermoso espectáculo

y aún la mayoría de la audiencia duerme”

John Lennon

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