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El emprendimiento social, el impacto social, la responsabilidad social, la sostenibilidad… son temas del día a día ya en el ámbito del emprendimiento y de la empresa en general. Esto es sin duda una buena noticia con consecuencias positivas que estamos viendo en prácticamente todos los sectores.

Aunque a veces nos pueda parecer que el cambio es demasiado lento, el cambio está ocurriendo y es inevitable. Pero en este entorno, se plantean algunos retos que afectan a empresas de todos los tamaños.

  1. Separar la paja del trigo. Como todo lo que es tendencia, existe el riesgo de que las cosas se hagan mal, sin convicción, solo por aparentar. Desde hace años, hemos oído eso del “greenwashing”. Y si cada vez hablamos más de impacto social en las empresas, como no podría ser de otra manera, cada vez hay más “greenwashing”. Frente a muchas empresas que desarrollan iniciativas informadas y trabajadas, hay otras que por desconocimiento o por oportunismo “greenwashean”. Se trata de adoptar iniciativas cosméticas de manera oportunista que no suponen una mejora real a nivel de impacto social o de sostenibilidad, sino solo una cortina de humo (y en ocasiones un paso atrás). Esto en el sector de los envases se está viendo claramente con “nuevos” envases “más sostenibles”. Pero ocurre en todos los sectores. El gran riesgo es la generación de desconfianza en los consumidores. El consumidor recibe mensajes contradictorios sobre cuestiones como la sostenibilidad, algunos de ellos con buen fondo, pero otros directamente falsos, y al final no sabe a quién creer. Por suerte, cada vez los consumidores se informan más y son más exigentes con lo que compran.
  2. El auge imparable de la economía low-cost. Low-cost es un término opuesto a sostenibilidad y a responsabilidad social. Esa es cada día más mi convicción. Las empresas que se dedican a los productos low-cost crean mucho valor para sí mismas, pero destruyen valor a su alrededor. Es el bucle de vender más cantidad cada año, más barato, con proveedores cada vez más ahogados, con consumidores cada vez más adictos a comprar lo innecesario, por muy saturado que esté un mercado. Y es un camino difícil de invertir porque el consumidor se acostumbra a comprar cada vez más y cada vez más barato. Por eso, ese mismo consumidor, cada vez más preocupado por el planeta, empieza a demandar productos más sostenibles, pero no está dispuesto a pagar más por ellos. Y eso no es posible. Si quieres una camiseta de algodón orgánico, fabricada por una persona que cobra un sueldo decente, no puedes esperar que te cueste 5€. Los productos que buscan generar un impacto positivo en el planeta no pueden ser competitivos con los productos low-cost. Nunca podrán. Es responsabilidad de cada uno de nosotros decidir cuánta cantidad de cosas queremos comprar y cuánto estamos dispuestos a pagar por ellas. Puede que en vez de 9 camisetas malas a 5€ cada una tenga sentido comprar 3 camisetas mejores a 15€. ¡Aunque repitas camiseta de vez en cuanto!
  3. Dar una solución diferencial. Esto es aplicable no solo al emprendimiento social sino al emprendimiento de cualquier tipo. Especialmente en los sectores saturados, las barreras de entrada son enormes. No solo por la propia lógica de un sector, sino porque las empresas ya establecidas ponen muchas barreras de entrada. Por eso es fundamental ofrecer algo diferente, no comparable con las opciones que ya existen. La diferencia debe ser clara en el valor del producto o del servicio, pero además debe ser percibible. El impacto social puede ser un factor diferencial, pero no podemos caer en la trampa de pensar que el mercado va a comprar algo solo porque detrás hay una empresa más responsable. Es necesario que haya una aportación de valor realmente diferencial.

Que el impacto social esté de moda no significa que sea más fácil poder lanzar un proyecto de emprendimiento social real y coherente. Las cosas bien hechas siempre cuestan, pero merecen la pena.

PD: En AUARA apostamos por la innovación continua, por eso vamos a lanzar la primera marca de refrescos funcionales, ecológicos y de comercio justo del mundo: Planet Drinks. Y hemos sido pioneros al recurrir al crowdfunding para el lanzamiento de un producto de alimentación. Si queréis podéis ayudarnos a hacerlo realidad en Goteo.

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