Publicado el
El Día Internacional de la Mujer es un día mundial para, por un lado, recordar los logros sociales, económicos, culturales y políticos de la mujer logrados gracias a las feministas que han luchado por ellos; y, por otro, reivindicar la desigualdad que aún sigue existiendo en pleno S.XXI a nivel mundial. La violencia ejercida contra niñas y mujeres, así como las desigualdades tanto institucionales como estructurales existentes a nivel mundial, hacen del género femenino el colectivo discriminado más amplio de la humanidad. Aproximadamente el 50% de las personas sufren de discriminación por el mero hecho de ser mujeres

La ONU estima que 1 de cada 3 mujeres sufrirá violencia a lo largo de su vida. A pesar de que en la educación primaria existe casi la paridad en número de niñas y niños en todo el mundo en cuanto a la formación, la brecha va en aumento a medida que subimos en niveles tanto de estudios como salariales y de responsabilidad. La brecha de género es una realidad en todos los países del mundo, y los medios de comunicación no hacen si no repetir los estereotipos que perpetúan estas realidades.

El Día Internacional de la Mujer es un día mundial para, por un lado, recordar los logros sociales, económicos, culturales y políticos de la mujer logrados gracias a las feministas que han luchado por ellos; y, por otro, revindicar la desigualdad que aún sigue existiendo en pleno S.XXI a nivel mundial. La Comisión Europea nos alerta de que los avances hacia la igualdad de género en la UE son demasiado lentos, evaluando que, al ritmo actual, costará unos 70 años lograr la igualdad salarial entre hombres y mujeres, y en España esta estimación asciende a 169 años. ¡169 años!

No obstante, y a pesar de que los datos son claros y hablan por sí solos, este mismo sistema que oprime y segrega a la mujer, también ciega a la gran mayoría de personas (sin importar género, etnia, origen o clase) en el entendimiento de que el mundo en el que vivimos ha sido creado por y para hombres (en concreto hombres blancos heterosexuales con poder y dinero) y que nosotras ni participamos en ese diseño, ni se esperaba que formáramos parte de él. Llegamos a la fuerza, porque rara vez el grupo dominante está dispuesto a compartir sus privilegios y, menos aún, a renunciar a ellos.

Para que las mujeres podamos estar en la situación en la que nos encontramos a día de hoy, el feminismo ha tenido que pelear por todos y cada uno de los derechos que a día de hoy nos acercan a la figura masculina. Según la RAE, el feminismo se define como la: “Ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres.”

El feminismo en estos días gana tantas adeptas como detractores. Es cierto que cada vez más hombres comparten e incluso se manifiestan abiertamente feministas, pero lo cierto es que existe una creciente y peligrosa hornada de misoginia que contraataca vehementemente. Esta nueva ola de misoginia pretende desacreditar al feminismo y a las feministas bajo la premisa de que la igualdad ya está conseguida, y el feminismo sólo pretende una absurda lucha de géneros por el que la mujer quiere imponerse al hombre, estar por encima, tener más derechos. Esto es, que el feminismo es el equivalente al machismo. ¿Cómo no va a existir desigualdad si el movimiento que lucha por la igualdad se compara con el que la genera la desigualdad?

Hace una semana las redes sociales se incendiaban con las declaraciones de un eurodiputado polaco que afirmó que “las mujeres deben ganar menos porque son menos inteligentes”. El problema no es que este señor haya dicho esta barbaridad, el problema es que este señor ha verbalizado lo que otros muchos, y algunas otras, piensan. El peligro de la falsa percepción de igualdad, y la falta de entendimiento de la perspectiva de género, es precisamente este discurso: “Si las mujeres ya tenéis los mismos derechos, tenéis el mismo nivel de estudios y no llegáis a directivas ni presidentas ni puestos de responsabilidad o estáis más en paro que los hombres, es porque no sois capaces, porque no queréis sacrificar vuestros privilegios de princesas mantenidas, porque no sois los suficientemente buenas, porque sois menos inteligentes…etc.”. Disertación muchas veces enunciada, o insinuada, por mujeres que se encuentran en una buena posición y consideran que es gracias a su trayectoria y mérito, sin tener en cuenta sus circunstancias que forman parte de que hayan llegado a esa buena posición, considerando que si las demás no lo hacen, bien es porque no quieren sacrificarse, bien porque no pueden por incapacidad.

Desde intheMOVE queremos, esperamos y aspiramos a contribuir con nuestro granito de arena para acabar con esta ceguera colectiva, con esta falsa percepción de igualdad, con esta confusión de términos. Si no eres machista, lo único que puede ser es feminista, así que profundiza en su significado, en la comprensión del macrocontexto y ayúdanos a acabar con esta injusta discriminación del 50% de la población mundial, comprendiendo que el único radicalismo de este movimiento es, en palabras de Ángela Davis: “[el feminismo es] la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas”.

@intheMOVEes 

En este artículo se habla de:
OpiniónIgualdadEmpresasinthemove8 de marzo

¡Comparte este contenido en redes!

300x300 diario responsable
 
CURSO: Experto en Responsabilidad Social Corporativa y Gestión Sostenible
 
Advertisement
Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies