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El consumo es un tema amplio. Estamos modificando drásticamente nuestros hábitos de consumo ya que todos estamos experimentando una apertura de conciencia. ¿Qué significa esto?

El consumo es un tema amplio. Estamos modificando drásticamente nuestros hábitos de consumo ya que todos estamos experimentando una apertura de conciencia. ¿Qué significa esto? Simplemente que vamos aprendiendo a percibir mejor, ampliamos nuestra mirada de las cosas, lentamente nos estamos haciendo cada vez más cargo de que consumimos y de cómo gestionar los residuos de lo que consumimos al finalizar la vida útil.

Podemos pensar en lo naturalizado que estaba hace algunos años lucir un tapado de piel. Hoy es inadmisible. La mayor atracción de los circos siempre fueron los animales y por suerte ya no hay circos con animales en Argentina. Recientemente se cerró en estados unidos un parque acuático donde se observaban orcas y delfines, por un lado reciben presión de ambientalistas y por el otro los consumidores eligen no apoyar esas empresas por tener animales en cautiverio. En nuestras últimas vacaciones en la costa, pudimos mantener nuestra postura de no visitar Mundo Marino a pesar del bombardeo publicitario y la insistencia de muchas personas que recomendaban la concurrencia como un paseo obligado. A propósito y de modo simbólico, acordé con mis hijos que para compensar la huella de carbono generada por trasladarnos en vehículo hasta la costa, al regreso duplicaríamos el tamaño de nuestra huerta. Hay mucho para reflexionar en torno a nuestras vacaciones, hemos comprado la creencia que mientras lejos viajemos, mejor la pasaremos. Podríamos suponer que en unos años  va a estar mal visto hacer un largo viaje solo por placer sin compensar luego la huella ecológica dejada. Lo importante  del viaje no es esa foto de portada para ganar la admiración de mis amigos.

Recuerdo  en un Foro de Ethos (Brasil) se cuestionaba fuertemente la incoherencia de empresarios que siguen criterios de responsabilidad social, eligiendo para vacacionar con sus hijos la Disney. Hay que saber que al elegir esta empresa, estamos adhiriendo a una empresa que nos garantiza absoluta diversión, es la máxima expresión de la creatividad entre otras virtudes como así también representa al consumo en su máxima expresión, generando toneladas de residuos con sus comidas poco saludables, es la empresa del mundo con peor índice de inequidades económicas ,me refiero a la diferencia entre lo que gana un gerente y aquel latino que está transpirando debajo del disfraz de Goofy o Mikey. Es la empresa que tiene peores contratos con sus trabajadores que son en general estudiantes de teatro latinoamericanos que deben firmar una cláusula que les prohíbe terminantemente incluir en sus currículos que trabajaron en la Disney. Además de la mal paga no deja la posibilidad a los jóvenes de escribir ni si quiera una línea en sus antecedentes agregando valor.

Ya en Johannesburgo, en la cumbre de la tierra del 2002,  se decía que el 15% de la población mundial que vive en los países de altos ingresos es responsable del 56% del consumo en el  total del mundo, mientras el 40% más pobre, en los países de bajos ingresos es responsable solamente del 11% del consumo. Me pregunto: ¿Por qué aun es un valor salir de vacaciones a países ricos a consumir cosas que habitualmente no necesitamos consumir?

Con la toma de conciencia de los daños que provoca el cigarrillo en las personas es que estamos fumando menos, prohibimos el fumar en espacios comunes. Hace pocos años era imposible pensar que alguien le pediría a su vecino de mesa en un restaurante que apague el cigarrillo. Aunque no estemos tan cerca, es probable que empresas tabacaleras deban cambiar el foco de su negocio. El tabaco mata.

Son hermosos los espectáculos con fuegos artificiales, no lo discuto,  es divertido comprar pirotecnia, pero a medida que tomamos conciencia de los efectos de la pirotecnia que altera a nuestras mascotas, que muchas aves mueren  producto de los impactos, que es sumamente molesto para personas autistas, que es un peligro para nuestros niños e incluso para algunos adultos. En cada navidad y año nuevo se incrementan las campañas y se percibe la reducción de consumo en pirotecnia.

La compra a crédito es otro tema a repensar en nuestros hábitos de consumo, el crédito nace en estados unidos no hace mucho, adquirimos la creencia de que no podemos comprar sino en base a la toma de créditos, generalmente tomamos créditos para comprar cosas que no nos son indispensables pero creemos necesarias. Tomar prestamos que solucionan hoy mi problema, pero al finalizar la devolución del mismo me doy cuenta de que estoy  más pobre que antes, mientras las financieras expanden sus capitales como si fueran una pochoclera, quienes toman créditos habitualmente permanecen en la pobreza.

Los perros de raza, fueron en principio impuestos por sus diferentes habilidades y destrezas  desarrolladas, pero con el tiempo fueron tomados para pertenecer a diferentes grupos de elite. Incluso hay clubes de tal o cual raza, creando grupos sociales de acuerdo a su cotización. Escuche que personas llegan a operar las cuerdas vocales de las mascotas para poder tenerlas en un departamento. En los últimos años, muchas organizaciones trabajan para concientizar  en la adopción de mascotas y la tenencia responsable de mascotas.

El tema de los regalos, imaginen las toneladas de papel que se consumen innecesariamente, moños, bolsas, etc. para las fiestas de navidad, año nuevo, cumpleaños. Creemos que mientras más grande el envoltorio más importante luce el regalo. ¿Por qué nos resistimos tanto a imponer el hábito de hacer regalos sin envoltorios? Al menos reducir los envoltorios, en los Shopings es aberrante ver como se prepara un regalo, un envoltorio con moño dentro otra bolsa más grande con otro moño a su vez colocado en una bolsa con el logo del local con un papel de adorno. El envoltorio es más significativo que el regalo y se desecha. De a poco negocios utilizan bolsas biodegradables, pero debemos reconsiderar el poner de moda hacer regalos sin envoltorio. Muchas toneladas de papel innecesario dejaría de consumirse

El consumo compulsivo de tecnología, cambiar de celular de computadora porque tiene dos funciones nuevas que probablemente solo uso para presumir delante de amigos pero nunca me son necesarias. El tomar conciencio de la contaminación que producen los residuos electrónicos. Cuando compro electrónica, tengo que pensar cómo voy a deshacerme del producto una vez finalizada su vida útil y saber que por usarlo me corresponde algo de responsabilidad en la contaminación provocada.

Para quienes estamos en contacto con niños, es impresionante la cantidad de juguetes que compramos y que rápidamente, incluso antes de las 24 horas, se transforman en basura, creemos que mientras compremos juguetes a nuestros niños serán más despiertos, inteligentes y felices. Me sentía extraño cuando compraba juguetes y mantenía firme la postura de no comprar juguetes con pilas. Por suerte ya hay jugueterías que están adoptando como política la no venta de juguetes con pilas. No solo que no considero necesario que un bebe tenga un juego colgado de la cuna con lucecitas y sonidos para sobre excitarlo más que estimularlo, sino que los invito a observar cuantos de los juguetes plásticos que compramos se transforman en basura a la semana de adquiridos. . Por más que justifiquemos que utilizamos pilas recargables, no estoy de acuerdo. Y no digo que las pilas sean malas, sino que no tiene el mismo sentido la vida de una pila que acciona un marcapasos que la pila que activa un juguete innecesario.

El consumo de alimentos va cambiando a medida que abrimos nuestra conciencia, más allá del fanatismo y las diferencias entre vegetarianos, veganos, crudiveganos y otras variedades de grupo que se van formando, la disminución de consumo de carne es una realidad. Desde el punto de vista de la salud, la Organización Mundial de Salud publicó un informe donde explica que el consumo de carne en ciertas condiciones provoca cáncer, desde la mirada de ambientalistas, no consumen carne por la pena que le provoca la muerte del animal o por la toma de conciencia que les hace respetar la vida del animal tanto como la propia. Ahora bien: ¿qué sucede si lo vemos desde la óptica del consumo? Tenemos que producir 900 kilos de comida para alimentar a las vacas y producir un kilo de carne, a lo que hay que añadir 16000 litros de agua. En definitiva, el consumo de energía para producir carne es muy elevado, la industria de la carne es responsable de más emisiones de CO2 que contribuye a incrementar el efecto invernadero que la totalidad del transporte. Somos los consumidores quienes podemos poner freno a la industria de la carne, reduciendo conscientemente su consumo.

Nos hicieron creer que  el consumo visibiliza nuestra existencia, nos da pertenencia, mientras más consumimos más cerca estamos de sentirnos plenos y los resultados muestran que no es así. Hay huecos que tenemos que no se llenan comprando cosas.

Mientras naturistas alientan una alimentación saludable indicando “que el alimento sea tu medicina” o “somos lo que comemos” podríamos agregas que “somos lo que consumimos”.

No estamos  hablando de frenar el consumo y guardar los billetes bajo el colchón, estamos hablando de re direccionar nuestro consumo hacia la compra de productos libre mano de obra esclava, productos que puedan rehusarse, reciclarse, hacer compras solidarias, comprar productos locales, frutas y verduras de estación de la zona y no la que viene de otra parte del planeta, pensar y elegir a que empresa quiero apoyar en mi acto de compras, que valores comparto con ella, tomar crédito consiente, llevar la bolsa propia al supermercado, dar prioridad a productos con menor envoltorio, con envoltorios ecológicos, hacer mantenimiento adecuado a las cosas para prolongar su vida útil, preguntarnos antes si lo que compramos va a satisfacer realmente nuestras necesidades, consumir productos provenientes del comercio justo, pedir mayor información a las marcas, informarse acerca de las repercusiones sociales y ambientales de la marca, adquirir bienes más saludables y duraderos.

El consumo no solo abarca el consumo de “compras”, en el diario vivir, en nuestro trabajo y en nuestras vacaciones, a través de nuestra conducta consumimos recursos naturales y también tenemos que ser conscientes de ello.

En las empresas nos interesa ver hacia donde apunta el nuevo consumidor consciente porque son quienes nos compran, pero esto no debe hacer descuidar el revisar las políticas de compra de la empresa. Las empresas son grandes consumidoras de productos y de recursos. Analizar la cadena de valor conociendo más aspectos de los proveedores, la firma de acuerdos éticos con los proveedores, el analizar nuestro verdadero consumo de recursos naturales. Para comenzar a implementar acciones de RSE en una empresa están los mentados programas para reducir el consumo de energía, agua y papel. Elegir los proveedores con los que nos vinculamos y con quienes generamos cadenas de valor.

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