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Que nos sea útil por Dios bendito” pidió, entre el reclamo y la súplica, Tomás Conde a Nelmara Arbex en la presentación de la GRI-G4 el pasado 19 de noviembre en Madrid. Conde es Director de Sostenibilidad del BBVA, y Arbex representante de Global Reporting Initiative (GRI). 

El pedido ilustra muy bien eltalón de Aquiles de muchas memorias: muy extensas, algo elitistas y en ocasiones farragosas. Documentos poco vistos o reconocidos por su público objetivo: la ciudadanía.

El reclamo de empresas como BBVA, ONCE y Ferrovial en el mencionado evento parecía unánime exhortando a GRI a compatibilizar los informes de RSC con los financieros y ambientales; a simplificar la metodología en general. Arbex por su parte, parecía coincidir con esta postura: “queremos que las memorias de 300 páginas se transformen en una herramienta simple y sencilla” dijo la representante de GRI. Agregó que la nueva versión (G4) de la Guía GRI se centra en lo importante, en medir lo relevante. Incluso retó al auditorio con esta frase: “A mí personalmente no me gustan las memorias, me gustan los procesos que se inician con las memorias”.

La Guía GRI -cuya primera versión fue lanzada en 1999- es el modelo de reporte más usado y extendido a nivel mundial, aunque no lleve las siglas RSC, sino que se autodefina como una organización cuyo fin es impulsar “la elaboración de memorias de sostenibilidad”, en la práctica se puede asumir que GRI se orienta principalmente a los reportes de RSC. A la fecha GRI cuenta con una base de datos de más de 5.700 organizaciones y más de 14.700 Informes elaborados en base a su metodología. La Versión G4 que se lanza este fin de año se esperaba como agua de mayo por los departamentos responsables de elaborar los reportes.

Las memorias -informes o reportes- de Responsabilidad Social Corporativa ya se han consolidado en las agendas de las grandes empresas a escala mundial. Un estudio realizado por la consultora KPMG el año 2011 reveló que el 95 % de las 250 empresas más grandes del mundo informan de su desempeño en sostenibilidad, y de estas: un 80 % lo hacen mediante la Guía GRI. Aunque la trayectoria de los informes de RSC a nivel mundial  es relativamente corta -abarca alrededor de una década- constituye ya un período razonable para plantear evaluaciones y mejoras.

"Los informes deberían ser hechos para que los entienda mi madre que tiene  91 años” pidió en otro momento Tomás Conde, graficando otra vez un deseo generalizado por casi todos los stakeholders: que los informes deben ser rigurosos y precisos, pero sobre todo: útiles y comprensibles; accesibles a un amplio público. Finalmente no se trata de concesiones, sino de una herramienta útil para cualquier organización. El representante del BBVA lo reconoció de esta manera: “Al principio eran simples inventarios, ahora son herramientas para la gestión”. 

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