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Aproximadamente el 80% de los cultivos y plantas silvestres del continente dependen de la polinización por insectos, cuyo valor económico anual supera los 5.000 millones de euros. Sin embargo, su alarmante disminución exige medidas urgentes, según alerta un nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
El declive de los polinizadores silvestres pone en riesgo la seguridad alimentaria en Europa

Los polinizadores silvestres —abejas, mariposas, sírfidos y polillas— desempeñan un papel crucial en los ecosistemas y en la producción de alimentos. Sin embargo, su supervivencia está cada vez más comprometida. El reciente informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), Protecting and restoring Europe’s wild pollinators and their habitats, advierte que estamos al borde de una crisis ecológica si no se toman medidas urgentes y coordinadas.

Entre los datos más alarmantes, destaca que un 40% de las especies de sírfidos, el 20% de las mariposas y el 9% de las abejas se encuentran amenazadas de extinción en Europa. Este deterioro no solo compromete la biodiversidad, sino que también pone en peligro la estabilidad de nuestros sistemas alimentarios.

Factores que impulsan el declive

El informe identifica múltiples presiones que afectan a las poblaciones de polinizadores:

  • Pérdida de hábitats semi-naturales, debido tanto a la intensificación agrícola como al abandono de prácticas tradicionales extensivas.
  • Uso excesivo de pesticidas y agroquímicos, que debilitan o eliminan a los insectos polinizadores.
  • Gestión forestal intensiva, que elimina zonas de anidamiento, como la madera muerta o los árboles viejos.
  • Presencia de especies invasoras, que alteran los ecosistemas locales.
  • Cambio climático y eventos extremos, que impactan directamente en los recursos alimentarios disponibles.

Soluciones urgentes: del campo a la política

La AEMA subraya la necesidad de una agricultura más diversa y sostenible, donde se prioricen cultivos variados, paisajes con elementos naturales y una drástica reducción del uso de productos químicos. Algunos países europeos ya están implementando iniciativas positivas. El informe recoge ejemplos inspiradores en Irlanda, Noruega y Estonia, donde se promueven prácticas agrícolas compatibles con la vida de los polinizadores.

A nivel comunitario, se han establecido compromisos clave:

  • La Estrategia de Biodiversidad de la UE para 2030 y la Iniciativa para los Polinizadores buscan revertir la disminución de estas especies en esta década.
  • La Directiva de Hábitats y la red Natura 2000 ayudan a conservar hábitats críticos.
  • En 2024, se aprobó el Reglamento de Restauración de la Naturaleza, que obliga a los Estados miembros a detener y revertir la pérdida de polinizadores antes de 2030.

Además, se está desarrollando un sistema de seguimiento estandarizado a nivel europeo, para generar datos comparables y fiables sobre la diversidad y abundancia de estos insectos.

La recuperación de los polinizadores silvestres es fundamental para garantizar alimentos seguros, ecosistemas resilientes y un futuro sostenible. El informe de la AEMA lanza un mensaje contundente: es hora de apostar por una agricultura y una gestión forestal respetuosas con la biodiversidad, asegurar una red de áreas protegidas bien gestionadas, y garantizar que todas las políticas públicas —tanto nacionales como europeas— integren de forma transversal la protección de la naturaleza. "Restaurar las poblaciones de polinizadores no es solo una cuestión ambiental: es la base de sistemas alimentarios resilientes para las generaciones futuras", concluye el informe.

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