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En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, celebrado el pasado jueves 22 de mayo, el secretario general de la ONU, António Guterres, alertó sobre la acelerada destrucción del mundo natural. Con un millón de especies al borde de la extinción, insistió en que ningún país podrá afrontar esta crisis de forma aislada ni prosperar al margen de la riqueza ecológica que sostiene la vida en el planeta.
Guterres lanza una advertencia global: “Sin biodiversidad no hay futuro”

La biodiversidad se desmorona y el mundo no puede seguir mirando hacia otro lado. En un contundente mensaje difundido por Naciones Unidas con motivo del Día Internacional de la Diversidad Biológica, António Guterres instó a los gobiernos a cambiar de raíz su relación con la naturaleza. “La biodiversidad no es un lujo, es la base misma de nuestra existencia”, declaró el dirigente, según recoge la propia ONU.

El llamamiento llega en un contexto alarmante: más de un millón de especies están en peligro de extinción y el 75% de los ecosistemas terrestres, junto a dos tercios de los marinos, ya han sido gravemente alterados por la actividad humana. La pérdida de biodiversidad, impulsada por la contaminación, la emergencia climática, la destrucción de hábitats y políticas extractivas cortoplacistas, se ha convertido en una amenaza global.

“Ni siquiera los países más ricos o poderosos pueden abordar solos esta crisis ecológica”, advirtió Guterres, dejando claro que la cooperación internacional y la acción urgente son imprescindibles para frenar la degradación del entorno natural.

Compromisos incumplidos y objetivos en riesgo

Además del grave impacto ambiental, la pérdida de biodiversidad compromete el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Naciones Unidas ha alertado de que al menos ocho de los 17 ODS corren peligro si no se revierte esta tendencia.

Ante esta situación, Guterres urgió a los Estados a implementar sin demora el Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, aprobado en 2022 como hoja de ruta para proteger la naturaleza hasta 2030. Este acuerdo global contempla medidas como el fortalecimiento de los planes nacionales de conservación, la eliminación de subsidios perjudiciales, el aumento de la financiación verde y la inclusión activa de comunidades locales, pueblos indígenas, mujeres y jóvenes.

Una cuestión de supervivencia colectiva

Más allá de la conservación de especies, el mensaje del secretario general subraya la profunda interdependencia entre la biodiversidad y la vida humana. La diversidad biológica garantiza seguridad alimentaria, salud, empleos sostenibles y resiliencia frente al cambio climático. Por ejemplo, cerca de 3.000 millones de personas dependen del pescado como fuente principal de proteína animal, y más del 80% de la población rural en países en desarrollo utiliza medicinas de origen vegetal.

Además, el deterioro de los ecosistemas naturales está favoreciendo la aparición de enfermedades zoonóticas —aquellas que saltan de animales a humanos—, lo que añade un componente sanitario crucial al debate ecológico.

“Vivir en armonía con la naturaleza no es solo un ideal, es una necesidad para construir un futuro justo y habitable para todas las generaciones”, concluyó Guterres, alineándose con el lema elegido este año: Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible. Desde que fue instaurado en el año 2000, el Día Internacional de la Diversidad Biológica, que conmemora la adopción del Convenio sobre la Diversidad Biológica en 1992, busca precisamente eso: recordarnos que sin naturaleza no hay desarrollo posible. Y que la hora de actuar —de verdad— es ahora.

 

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