Publicado el
El último Informe Social Mundial de la ONU advierte que el progreso social corre el riesgo de retroceder décadas si no se redefine urgentemente el modelo de desarrollo global. Desigualdad, inseguridad económica y emergencia climática se combinan para erosionar la cohesión social en todo el planeta.
Reconstruir el contrato social ante la crisis global de desigualdad

El mundo se enfrenta a una encrucijada. A pesar de que la pobreza extrema se ha reducido en los últimos 30 años, millones de personas siguen sin acceso a servicios básicos, empleo digno ni protección frente a las crisis. Así lo denuncia la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su Informe Social Mundial 2025, titulado “Un nuevo consenso político para acelerar el progreso social”.

El documento alerta de un contexto global cada vez más marcado por la inestabilidad económica, los conflictos armados y los efectos del cambio climático, que están poniendo en riesgo los logros en desarrollo humano alcanzados en las últimas décadas.

Según explica la ONU, las actuales políticas públicas no están siendo capaces de dar respuesta a los cambios profundos que atraviesan las sociedades modernas, en particular aquellos provocados por la globalización, la automatización del empleo y el calentamiento global. Este desfase entre transformaciones sociales y políticas institucionales está alimentando una creciente desconfianza ciudadana y una ruptura del contrato social.

La desigualdad estructural y la concentración de poder en manos de élites económicas ha dejado a amplias capas de la población sin redes de contención social. “Las políticas actuales siguen beneficiando a unos pocos, mientras millones quedan al margen”, recoge el informe.

Seguridad, cohesión y solidaridad: el nuevo pacto necesario

Ante este panorama, Naciones Unidas propone redefinir el modelo de gobernanza global en torno a tres pilares: seguridad económica, cohesión social y solidaridad. Esto implica garantizar el acceso universal a servicios esenciales como sanidad, educación, agua, energía limpia y empleo digno, especialmente en contextos de crisis múltiples.El informe también subraya la necesidad de redistribuir el poder y los recursos para que gobiernos, sindicatos, empresas y ciudadanía puedan participar equitativamente en las decisiones que afectan al bienestar colectivo.

La dimensión ambiental atraviesa todo el diagnóstico. La crisis climática, señala la ONU, agudiza las desigualdades existentes y multiplica las amenazas para los sectores más vulnerables, especialmente mujeres, personas jóvenes, pueblos indígenas y comunidades rurales. Frente a ello, el informe reclama mayor ambición en políticas de justicia climática que sitúen los derechos humanos en el centro de la acción ecológica.

En palabras del Secretario General de la ONU, António Guterres, “el mundo necesita un nuevo pacto global que restaure la confianza y fortalezca los lazos sociales”. La próxima Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social será una oportunidad clave para avanzar en ese rumbo.

El informe concluye con un llamado claro: el momento de actuar es ahora. Frente al colapso de modelos que ya no responden a las necesidades reales de la mayoría, la ONU plantea una hoja de ruta que combine voluntad política, cooperación global y visión transformadora. Solo así será posible avanzar hacia sociedades más justas, inclusivas y sostenibles. “Estamos ante una oportunidad histórica de reimaginar el contrato social. No podemos permitirnos seguir dejando a nadie atrás”, afirma el documento.

¡Comparte este contenido en redes!

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies