En un escenario donde la sostenibilidad no solo se mide en términos medioambientales, sino también sociales y de gobernanza (ESG), el papel de las empresas en la formación y acompañamiento de las nuevas generaciones cobra cada vez más relevancia. BBVA se ha posicionado a la vanguardia en este ámbito, obteniendo recientemente un sello de calidad que reconoce su apuesta decidida por el desarrollo profesional juvenil, según informa la Fundación Universidad-Empresa (FUE).
Este reconocimiento no contempla rankings ni jerarquías, sino que distingue a aquellas organizaciones que superan una auditoría integral basada en cinco criterios fundamentales: diseño de las prácticas, proceso de selección, incorporación y acompañamiento, tutorización y formación adicional. La evaluación es llevada a cabo por Cámara Certifica, una entidad acreditada por la ENAC y participada por la Cámara de Comercio de Madrid, lo que refuerza la objetividad del proceso.
“El reto actual para las empresas es la velocidad del cambio. En BBVA afrontamos esta situación apostando por una hiperpersonalización del desarrollo profesional, fomentando el aprendizaje continuo y dotando a las personas de herramientas para aprovechar todas las oportunidades”, ha declarado Mónica Villar García, manager de Adquisición de Talento en BBVA.
El banco organiza la gestión del talento a partir de una visión integral que combina atracción, fidelización y formación enmarcadas en una cultura organizativa con propósito y valores claros. Así, el bienestar, la innovación y la capacitación permanente se integran como componentes esenciales de su estrategia empresarial.
La FUE, que ha acompañado a más de 537.000 jóvenes en su tránsito hacia el mundo profesional, ha firmado ya más de 76.000 convenios con empresas y colabora con 140 universidades. Su directora, Carmen Palomino, subraya que “el lanzamiento de esta certificación supone un paso adelante en nuestro compromiso por visibilizar a las compañías que apuestan de verdad por el desarrollo profesional de los jóvenes. Contar ya con entidades como BBVA demuestra que es posible liderar desde el ejemplo”.
Además de los beneficios formativos, esta estrategia representa un compromiso social que conecta directamente con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico) y el ODS 4 (educación de calidad).
Sin dudas, las empresas con propósito son las mejores aliadas del futuro. El caso de BBVA demuestra que integrar el desarrollo juvenil dentro de la estrategia de sostenibilidad no solo es posible, sino necesario. Invertir en talento joven, facilitar su empleabilidad y construir itinerarios de aprendizaje continuado es también una forma de hacer empresa desde el compromiso con la sociedad.
En un momento de transición ecológica y transformación digital, las compañías que apuestan por formar y acompañar a las nuevas generaciones no solo aseguran su propia adaptación, sino que contribuyen activamente a construir un futuro más equitativo, innovador y sostenible.