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En la era digital, la acumulación de datos en dispositivos y la nube ha alcanzado niveles sin precedentes. En los últimos diez años, la llamada "basura digital" se ha multiplicado por diez, según explica Javier Martínez, director de Ingeniería de Google Cloud Iberia, en el podcast ‘Futuro Sostenible’ de BBVA. Esta acumulación descontrolada no solo tiene un impacto en el almacenamiento y en los costos asociados, sino también en el consumo energético, lo que lo convierte en un reto ambiental. Aprender a gestionar correctamente nuestra información digital es clave para reducir nuestra huella ecológica y optimizar el uso de los recursos tecnológicos.
Menos datos, menos impacto: claves para reducir tu huella digital

Cada día generamos y almacenamos enormes cantidades de datos en forma de mensajes, imágenes, videos o documentos. Sin embargo, no toda esta información es realmente valiosa. La basura digital comprende aquellos archivos innecesarios, como memes, videos reenviados o correos no deseados, que ocupan espacio y requieren almacenamiento en servidores de alto consumo energético. Frente a esto, es importante diferenciar entre estos datos prescindibles y el legado digital, compuesto por archivos relevantes que realmente queremos conservar, como documentos legales o fotografías familiares.

¿Dónde se almacena esta información?
La mayor parte de los datos digitales se almacenan en la nube, una red de servidores físicos que requieren una infraestructura energética considerable. Como explica Martínez, "toda esa información reside en servidores que consumen grandes cantidades de energía". Empresas como Google han implementado estrategias para reducir su impacto ambiental, como la inversión en energías renovables, pero la responsabilidad también recae en los usuarios, quienes pueden tomar medidas para gestionar mejor su almacenamiento digital.

Consejos para gestionar mejor los datos y reducir la huella digital
Para evitar el almacenamiento innecesario de información y reducir el impacto ambiental, los expertos recomiendan:

  1. Realizar copias de seguridad en dispositivos físicos, como discos duros externos, para conservar la información relevante y evitar depender exclusivamente de la nube.
  2. Optimizar el almacenamiento en la nube, seleccionando cuidadosamente qué archivos guardar y eliminando aquellos que ya no sean necesarios.
  3. Configurar las aplicaciones de mensajería para evitar la descarga automática de imágenes y videos, lo que ayuda a reducir el espacio ocupado en nuestros dispositivos.
  4. Limpiar periódicamente el correo electrónico, eliminando emails innecesarios y utilizando filtros de spam para evitar la acumulación de correos no deseados.
  5. Darse de baja de newsletters irrelevantes, reduciendo así la recepción de correos innecesarios y liberando espacio de almacenamiento.

El impacto de los videos en la huella digital
Los archivos de video son los que más contribuyen al crecimiento de la huella digital. Con el avance tecnológico, las cámaras de los dispositivos generan archivos cada vez más pesados. "Una foto puede ocupar entre tres y cinco megabytes, mientras que un video en alta definición puede llegar a los 234 gigas", destaca Martínez.

El uso responsable del almacenamiento digital no solo ayuda a optimizar los recursos tecnológicos y reducir costos, sino que también contribuye a la sostenibilidad del medioambiente. En un mundo cada vez más digitalizado, gestionar de forma consciente la información que generamos es un pequeño paso hacia una mayor eficiencia y un menor impacto ecológico.

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