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Según el estudio Observatorio de Tendencias en el contexto de la Transición Energética, realizado por Exolum en colaboración con Deloitte, la verdadera transformación hacia la descarbonización representa una oportunidad clave para España. El informe destaca que el país cuenta con abundantes recursos naturales renovables y un sector privado capacitado para liderar en energías limpias, aunque para consolidar este liderazgo será imprescindible una mayor inversión en I+D y un equilibrio entre la oferta y la demanda de los nuevos vectores energéticos.
Incentivar la demanda mientras la oferta lidera el camino, la clave para la descarbonización

España se encuentra en una posición estratégica para encabezar la transición energética en Europa, impulsada por su potencial en energías renovables y el compromiso del sector privado. Sin embargo, para consolidar este liderazgo será crucial incrementar la inversión en investigación y desarrollo (I+D) y equilibrar la oferta y la demanda de los nuevos vectores energéticos. Así lo expone el Observatorio de Tendencias en el contexto de la Transición Energética, un informe elaborado por Exolum en colaboración con Deloitte, presentado hoy en Madrid.

El estudio subraya que, aunque España ha avanzado significativamente en la descarbonización, el proceso debe complementarse con estrategias que fomenten la demanda para garantizar la viabilidad económica de las inversiones en energías limpias. Durante la presentación del informe, en la que participaron representantes del sector energético y autoridades gubernamentales, Víctor Marcos Morell, director general de Planificación y Coordinación Energética del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, destacó: “España tiene el potencial para ser pionera en la transición energética dentro de la Unión Europea. Contamos con condiciones geográficas favorables y una economía en crecimiento, impulsada por la inversión conjunta en energías renovables”.

La clave de los nuevos vectores energéticos

El informe pone en valor el papel de los biocombustibles, los combustibles sintéticos y los gases renovables como alternativas fundamentales para la descarbonización de sectores donde la electrificación presenta dificultades, como el transporte pesado por carretera, el sector marítimo y la aviación. Actualmente, la adopción de estos combustibles sigue por debajo del objetivo del 20% fijado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030.

Jorge Lanza, CEO de Exolum, enfatizó la importancia de acelerar la implantación de estos combustibles alternativos: “En la transición hacia una economía baja en carbono, los biocombustibles y combustibles sintéticos son esenciales para descarbonizar sectores donde la electrificación no es viable. Su desarrollo nos permite avanzar hacia los objetivos climáticos sin comprometer la competitividad industrial”.

Dentro de esta transformación, el hidrógeno verde se perfila como un eje central de la estrategia energética nacional. Gracias a su capacidad para almacenar energía y reducir emisiones en sectores industriales intensivos como la siderurgia y la química, el hidrógeno tiene el potencial de posicionar a España como un referente en Europa. No obstante, el estudio advierte sobre los desafíos para su expansión, como la reducción de costes, la necesidad de infraestructuras adecuadas y la creación de un mercado que estimule la demanda. La colaboración entre el sector público y privado será clave para cerrar la brecha de precios y hacer viable su implementación a gran escala.

Desafíos en la movilidad sostenible

El informe también destaca los retos pendientes para reducir las emisiones en el transporte y la logística. Aunque la industria automovilística está ampliando su oferta de vehículos eléctricos, la adopción por parte de los consumidores avanza a un ritmo menor del esperado. La falta de una red de recarga extensa y las trabas administrativas en su despliegue son factores que dificultan el cumplimiento del objetivo del PNIEC de alcanzar los cinco millones de vehículos eléctricos en 2030.

Asimismo, el estudio resalta que la transición energética avanza a velocidades diferentes según el sector. Mientras que en 2023 la potencia instalada de energías renovables superó los 83 GW y el autoconsumo solar alcanzó los 7 GW, otras tecnologías clave, como la captura de carbono, requieren un mayor impulso para igualar el desarrollo observado en otros países europeos.

Un enfoque integral para la descarbonización

El Observatorio de Tendencias analiza el impacto de la transición energética en cuatro grandes ámbitos: movilidad y transporte; industria; agricultura y entorno rural; y rehabilitación de edificios. Además, examina la evolución de vectores energéticos clave, como los biocombustibles, los e-fuels, la electrificación, la gestión del carbono y la eficiencia energética en el hogar.

El informe se basa en datos proporcionados por diversas fuentes, entre ellas la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables), la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) y el Instituto Nacional de Estadística (INE). Su metodología combina análisis retrospectivos y prospectivos del mercado, así como la evaluación de las últimas novedades regulatorias y tendencias sectoriales.

España tiene ante sí la oportunidad de consolidar su liderazgo en la transición energética europea, pero para ello será imprescindible garantizar un desarrollo equilibrado de tecnologías limpias, estimular la demanda y fortalecer la cooperación entre el sector público y privado.

***Para más información, puede consultarse el estudio completo en el siguiente enlace: https://exolum.com/wp-content/uploads/2025/03/I-Observatorio-Transicion-Energetica-Exolum.pdf

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