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Un informe de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU publicado recientemente advierte que la proliferación y desvío de armas están intensificando la represión y los abusos en conflictos globales. La corrupción y la falta de supervisión agravan el problema, afectando tanto a Estados como a empresas privadas.
El comercio de armas alimenta violaciones de Derechos Humanos

La falta de regulación en las transferencias de armas está impulsando conflictos, represión y violaciones sistemáticas de derechos humanos en todo el mundo, alertó un informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) publicado este martes.

Según el estudio, el planeta enfrenta el mayor número de conflictos violentos desde la Segunda Guerra Mundial, y el comercio de armas—incluyendo su desvío ilegal—está contribuyendo al agravamiento de crisis humanitarias. “Las transferencias de armas no pueden considerarse una excepción a los derechos humanos. Estados y actores privados tienen responsabilidades claras bajo las normas internacionales”, declaró el Alto Comisionado Volker Türk.

El informe destaca que la corrupción y los conflictos de intereses en el sector armamentístico debilitan los controles y facilitan transacciones opacas. La falta de transparencia y supervisión permite que armamento caiga en manos de actores que violan sistemáticamente el derecho internacional humanitario. La corrupción afecta a todas las fases de las transferencias de armas, desde la negociación hasta la entrega, con casos documentados de sobornos a funcionarios extranjeros por parte de grandes fabricantes. Esto no solo encarece innecesariamente el gasto en defensa de los países receptores, sino que también socava su capacidad para garantizar derechos básicos a sus poblaciones.

Además, el informe señala que los intereses económicos y políticos suelen primar sobre los riesgos de derechos humanos en la toma de decisiones sobre exportaciones de armas. Para enfrentar estas fallas, Türk instó a reforzar la supervisión de las transferencias de armas y garantizar que las decisiones puedan ser impugnadas ante tribunales independientes. Asimismo, pidió que se investigue y sancione a quienes faciliten crímenes internacionales mediante el comercio de armas.

La publicación también apunta a la falta de compromiso del sector privado en la protección de los derechos humanos. Muchas empresas del rubro carecen de políticas y mecanismos para evaluar el impacto de sus actividades, lo que facilita la exportación de armamento a actores involucrados en violaciones de derechos fundamentales.

Medidas urgentes para frenar el impacto negativo

La ONU propuso una serie de recomendaciones para frenar el impacto de la proliferación de armas en los derechos humanos:

Para los Estados:

  • Aplicar evaluaciones de riesgo estrictas antes de autorizar transferencias.
  • Prohibir la exportación de armas con alto riesgo de ser usadas para violaciones de derechos humanos.
  • Asegurar la supervisión judicial de las transferencias.
  • Garantizar acceso a la justicia para las víctimas de violaciones relacionadas con el comercio de armas.

Para las empresas privadas:

  • Respetar las normas internacionales de derechos humanos en sus operaciones.
  • Implementar mecanismos de control que prevengan el desvío de armas hacia conflictos.

El informe concluye que, sin un control efectivo de las transferencias de armas, el comercio de armamento seguirá alimentando la violencia, la represión y las crisis humanitarias en el mundo.

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