En un informe publicado con motivo del Día Mundial de la Infancia, UNICEF ha alertado sobre el grave riesgo que corren los derechos de los niños, niñas y adolescentes si no se implementan medidas urgentes para protegerlos en un mundo que está experimentando rápidos cambios. El informe, titulado "El Estado Mundial de la Infancia 2024: el futuro de la infancia en un mundo cambiante", analiza cómo tres grandes tendencias globales, conocidas como “megatendencias”, afectarán la vida de los menores hacia 2050 y más allá.
Estas megatendencias incluyen la crisis climática, los cambios demográficos y los avances tecnológicos, todos los cuales presentan tanto riesgos como oportunidades significativas para la infancia. Según el informe, el impacto de estos fenómenos será devastador si no se toman medidas preventivas y adaptativas. En particular, se proyecta que para la década de 2050, millones de niños estarán expuestos a desastres naturales más extremos debido al cambio climático. Se espera que la exposición a olas de calor extremas aumente ocho veces, y que el número de menores en áreas afectadas por inundaciones y incendios forestales crezca significativamente en comparación con los niveles actuales.
Gustavo Suárez-Pertierra, presidente de UNICEF España, destacó la grave situación vivida en los últimos días en el país, con la tormenta Dana, que afectó a miles de familias, en su mayoría con niños en la Comunidad Valenciana. "Este tipo de catástrofes, exacerbadas por el cambio climático, muestran cómo la infancia es el grupo más vulnerable. La prioridad ahora es garantizar que los niños puedan regresar a sus escuelas con seguridad y que tengan espacios donde puedan recuperar la estabilidad emocional", afirmó.
El informe también hace hincapié en la creciente desigualdad en la exposición de los niños a estos riesgos. Aquellos con acceso a servicios básicos, como salud, educación y tecnología, tienen más probabilidades de sobrevivir a las crisis climáticas y otros peligros. Sin embargo, millones de menores carecen de estas oportunidades, lo que incrementa las disparidades globales y aumenta la vulnerabilidad infantil.
Por otro lado, las proyecciones demográficas apuntan a un crecimiento significativo de la población infantil en ciertas regiones del mundo, como África subsahariana y el sur de Asia, mientras que en otras zonas, como Europa y Asia Oriental, la proporción de niños será cada vez menor debido al envejecimiento de la población. Este cambio en la estructura demográfica traerá consigo retos para los países en términos de recursos y servicios para la infancia, mientras deben equilibrar las necesidades de una población cada vez más envejecida.
Además, la publicación aborda los avances tecnológicos, como la inteligencia artificial, que aunque pueden ofrecer grandes beneficios en educación y salud, también presentan riesgos si no se gestionan adecuadamente. UNICEF resalta la importancia de cerrar la brecha digital, que actualmente limita el acceso de los niños de países de ingresos bajos a herramientas digitales y educación en línea, situación que afectará su futuro profesional.
A pesar de estos desafíos, el documento también señala avances esperanzadores. Se espera que la cobertura educativa continúe mejorando, y que para 2050, casi el 96% de los niños en el mundo hayan completado la educación primaria, un salto respecto al 80% de 2000. La inversión en infraestructura, salud y educación, junto con un compromiso más firme con el medio ambiente, podría transformar los resultados para los niños a nivel global.
En este sentido, el informe de UNICEF insiste en la necesidad de centrar todas las políticas y acciones en los derechos de la infancia. "El Día Mundial de la Infancia debe ser un recordatorio de que, a pesar de los avances, en muchas partes del mundo los derechos de los niños siguen sin estar garantizados", concluyó Suárez-Pertierra. Finalmente, UNICEF hace un llamado a los gobiernos y a los líderes mundiales para que inviertan en la resiliencia climática, el acceso a la educación y la tecnología segura, garantizando que todos los niños, niñas y adolescentes puedan crecer en un entorno seguro y con las oportunidades necesarias para un futuro próspero.