El cambio climático ha dejado una marca indeleble en los océanos del mundo, afectando tanto su salud como la de las especies que dependen de ellos. Un reciente análisis realizado por expertos del Pacto Mundial de las Naciones Unidas aborda este tema crítico, evaluando el progreso del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14: Vida Submarina, desde la perspectiva empresarial, y subrayando la necesidad de acciones concretas para mitigar los efectos del calentamiento global en los ecosistemas marinos.
Los especialistas advierten que los océanos han actuado históricamente como uno de los principales amortiguadores del cambio climático, absorbiendo el calor y el dióxido de carbono (CO2) generados por actividades humanas. Desde 1970, han capturado el 90% del exceso de calor producido por el calentamiento global, lo que ha llevado a un incremento significativo en la temperatura de las aguas oceánicas. En Europa, este fenómeno ha sido particularmente pronunciado, donde los océanos han sido responsables del 93% del calentamiento desde 1950, con el Mar Mediterráneo experimentando un notable aumento en temperatura y salinidad.
El calentamiento global está provocando una serie de cambios devastadores en los océanos, con repercusiones que se extienden desde el blanqueamiento de los corales hasta la alteración de las corrientes oceánicas y el aumento del nivel del mar. Los océanos, al absorber el calor, han comenzado a alcanzar sus límites, lo que ha resultado en la muerte de especies marinas y en la reubicación de otras hacia zonas más frías. Esta alteración en los ecosistemas es solo el principio; la acidificación del agua, resultado de la absorción de CO2, está afectando la capacidad de organismos como corales, moluscos y crustáceos para formar sus conchas, lo que podría desestabilizar ecosistemas enteros.
Otro aspecto crítico es el cambio en las corrientes oceánicas, especialmente en el Ártico, donde el deshielo de los glaciares está alterando los patrones migratorios de muchas especies marinas y afectando la regulación climática global. Además, el nivel del mar continúa aumentando a un ritmo alarmante, habiéndose elevado unos 20 cm en las últimas décadas. Este incremento, acelerado por el deshielo, está causando inundaciones, erosión costera y salinización de suministros de agua dulce, amenazando a las comunidades costeras de todo el mundo.
Las olas de calor marinas son otro signo preocupante del cambio climático. En 2021, el 60% de la superficie oceánica mundial sufrió al menos una ola de calor marina, lo que provocó la decoloración de corales y la muerte de diversas especies marinas. Si las temperaturas globales aumentan en 2ºC, se prevé que todos los arrecifes de coral desaparecerán, lo que llevaría a una pérdida masiva de biodiversidad marina.
Las empresas tienen un papel crucial en la lucha contra el cambio climático en los océanos. El deterioro de los ecosistemas marinos no solo amenaza la biodiversidad, sino también sectores económicos clave como el turismo y la pesca. Para enfrentar este desafío, se proponen diversas acciones empresariales:
El cambio climático ha puesto en peligro la salud de los océanos, pero aún estamos a tiempo de actuar. Las empresas, en colaboración con gobiernos y organizaciones internacionales, deben intensificar sus esfuerzos para proteger estos valiosos ecosistemas. No solo está en juego la biodiversidad marina, sino también la estabilidad económica y el bienestar de millones de personas que dependen de los océanos para su sustento. Promover la salud de los océanos no es solo una cuestión ambiental, sino una necesidad urgente para asegurar un futuro sostenible para todos.