Un reciente informe conjunto de la FAO y la OCDE ha destacado el papel crucial que las economías emergentes desempeñarán en la configuración de los mercados agrícolas durante la próxima década. Según las Perspectivas Agrícolas 2024-2033, estas economías continuarán ejerciendo una influencia significativa, aunque con cambios regionales marcados por la evolución demográfica y la prosperidad económica.
Durante los últimos 20 años, las economías emergentes han sido impulsores clave del crecimiento de los mercados agrícolas a nivel global. Se espera que esta tendencia perdure, con un enfoque renovado en regiones como la India, Asia sudoriental y el África subsahariana, mientras que se anticipa una disminución relativa del papel de China en estos mercados. A pesar de haber representado el 28% del crecimiento del consumo mundial de productos agrícolas y pesqueros en la década anterior, se estima que China contribuirá solo con el 11% adicional en los próximos 10 años, reflejando cambios demográficos y económicos internos.
En contraste, se prevé que India y Asia sudoriental juntos constituyan el 31% del aumento proyectado en el consumo global para 2033, impulsado por el crecimiento urbano y la mejora en los niveles de vida. Por su parte, el África subsahariana también jugará un papel crucial, contribuyendo con un 18% al aumento del consumo mundial, impulsado principalmente por el crecimiento demográfico.
El informe subraya la necesidad de estrategias para mejorar la productividad agrícola en países de ingresos bajos y medianos, con el objetivo de aumentar la producción interna y los ingresos de los agricultores. Según el Director General de la FAO, Sr. QU Dongyu, "es crucial cerrar la brecha de productividad entre países para asegurar la seguridad alimentaria y mejorar los medios de vida rurales".
Además, las Perspectivas señalan un incremento anual del 1,1% en el consumo total de productos agrícolas y pesqueros durante la próxima década, con la mayoría de este aumento concentrado en países de ingresos bajos y medianos. Sin embargo, persisten desafíos significativos, como las deficiencias tecnológicas y climáticas que afectan desproporcionadamente a la productividad agrícola en África y Asia. En términos ambientales, se espera que las emisiones directas de la agricultura aumenten en un 5% durante el período cubierto por las previsiones, a pesar de mejoras en la productividad que reducen la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En conclusión, las Perspectivas Agrícolas 2024-2033 subrayan la importancia crítica de mejorar la eficiencia de los mercados agrícolas internacionales y reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria global. La colaboración internacional y el apoyo a las prácticas agrícolas sostenibles son fundamentales para aprovechar el potencial de crecimiento de las economías emergentes y mitigar los impactos ambientales negativos.