Los expertos del Foro Económico Mundial subrayan con claridad la importancia y la dificultad sin precedentes de tener éxito en la transición energética. Aunque la empresa no es sencilla, es imperativo avanzar antes de que sea demasiado tarde. Para lograr un progreso significativo hacia el desarrollo sostenible, es esencial adoptar un enfoque equilibrado que considere la asequibilidad, la seguridad del suministro energético y la descarbonización, asegurando así la aceptación pública y la rentabilidad.
Los recientes eventos, como la invasión rusa de Ucrania, la crisis energética y las crecientes tensiones geopolíticas, han destacado los desafíos y choques a corto plazo que debemos abordar. Estos desafíos, sin embargo, no deben distraernos de la necesidad a más largo plazo de la descarbonización.
La tarea que enfrentamos es monumental: sustituir un sistema energético de alta densidad y rentabilidad por otro de baja densidad y menor rentabilidad. El costo de esta transición energética y, por ende, de la descarbonización, es significativo. Para tener éxito a escala mundial, es crucial adoptar un enfoque común hacia un nuevo sistema energético.
El reciente artículo del Foro Económico Mundial enfatiza que el cambio climático está ocurriendo a un ritmo alarmante y la transición energética progresa demasiado lentamente. Ante esta realidad, se proponen tres estrategias fundamentales para acelerar la transición energética:
A pesar de la magnitud de la tarea, existen razones para el optimismo. Se observan avances significativos en mentalidades, políticas, proyectos y tecnologías. Lograr una transición energética equilibrada no es una revolución, sino una transformación gradual. Al dejar que el mercado guíe la tecnología, invertir en infraestructuras y trabajar colectivamente, podemos asegurar que esta transición sea un éxito, generando energía limpia, nuevas industrias y empleos.