Sin dudas, en el último tiempo hemos sido testigo de un creciente interés por parte de analistas, inversores y la sociedad en general en las decisiones que toman las empresas, especialmente en lo que respecta a su impacto en aspectos medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés). Este enfoque refleja una evolución significativa en la percepción de la responsabilidad corporativa y la importancia de las prácticas empresariales sostenibles.
Los analistas e inversores ahora reconocen que las consideraciones ESG son indicadores clave para evaluar el desempeño y la solidez a largo plazo de una empresa. La gestión responsable de factores ambientales, como la sostenibilidad de los recursos y la reducción de emisiones, junto con prácticas sociales éticas y un sólido gobierno corporativo, se consideran no solo como aspectos éticos, sino también como elementos cruciales para la creación de valor a largo plazo.
La creciente conciencia social también ha llevado a que la sociedad en general exija a las empresas un compromiso más fuerte con la sostenibilidad y la responsabilidad social. Los consumidores están mostrando una preferencia por productos y servicios provenientes de empresas que demuestran un compromiso genuino con prácticas sostenibles y éticas.
En este escenario, José María Vallejo, director de la Asesoría Fiscal del Grupo BBVA, asegura que “Los impuestos son para nosotros algo más que una obligación legal o una línea de gasto en la cuenta de resultados; constituye una de las contribuciones más importantes de BBVA al bienestar social”. Cabe destacar que BBVA está firmemente comprometido con el pago de impuestos. Su Estrategia Fiscal recalca este compromiso. “Hemos actualizado nuestra Estrategia para explicitar que en todas nuestras decisiones fiscales realizamos un análisis ESG, y para reforzar la certeza de que se pagan los impuestos debidos en las jurisdicciones en las que creamos valor”, añade el directivo.
Junto a los principios de integridad, prudencia y transparencia vigentes desde 2015, el Consejo de Administración de BBVA ha querido sumar otros tres en esta actualización de la Estrategia Fiscal del Grupo que implican:
Adicionalmente, la renovada Estrategia Fiscal del Grupo refuerza el modelo de gobierno, supervisión y control fiscal. En este sentido, BBVA contará a partir de ahora con un órgano específico de cumplimiento tributario, compuesto por el responsable de la función fiscal del Grupo, el responsable del área de riesgos no financieros y el responsable de control interno financiero del Grupo. Su función será la de intensificar el seguimiento, favorecer la coordinación y proponer mejoras en el cumplimiento y en el control de los riesgos fiscales.
Finalmente, es preciso destacar el papel de todos los empleados como piezas fundamentales del modelo de cumplimiento fiscal. En este sentido, la política fiscal tiene su reflejo en el Código de Conducta de BBVA y se ponen a disposición de este ámbito los canales de comunicación y denuncia ya existentes.