La biodiversidad es un pilar fundamental para el desarrollo sostenible de cualquier comunidad. Un informe recientemente publicado por el Banco Mundial advierte acerca de la importancia de proteger el planeta no sólo por la protección del medioambiente, sino también, por la importancia que esto supone para el crecimiento. La publicación advierte que la biodiversidad atenúa el impacto de otras crisis, como el cambio climático y los conflictos, en el desarrollo; representa también riqueza para las naciones y las comunidades pobres dentro de los países, ya que genera empleos y producto interno bruto (PIB).
Más de la mitad del PIB mundial se genera en sectores que son alta o moderadamente dependientes de los servicios que brindan los ecosistemas, como la polinización, la filtración de agua y las materias primas. El capital natural renovable, incluidos los activos de la tierra como los bosques y los suelos agrícolas, y los activos azules como los recursos pesqueros y los manglares, representa el 23 % de la riqueza en los países de ingreso bajo y el 10 % en los países de ingreso mediano bajo. En todos los países y mercados, la naturaleza es un eje de la economía, sin embargo, se subestima, se le asigna un precio insuficiente y se invierte poco en ella. Conservar y restaurar la naturaleza del planeta es una cuestión fundamental del desarrollo. No debe considerarse un asunto de beneficencia, sino que un objetivo crucial para preservar el bienestar económico del que dependen las vidas y los medios de subsistencia de las personas.
Es por ello, que los expertos afirman que no se puede ignorar que la pérdida de biodiversidad y naturaleza es un riesgo importante para las economías, el sector financiero y, por tanto, para el desarrollo. Pero la crisis climática ya está aquí y parece que aún no hemos reparado en su gravedad. En todo el mundo, la naturaleza —la biodiversidad de organismos vivos y los servicios eco sistémicos que suministran— están desapareciendo a un ritmo y a una escala sin precedentes, con consecuencias ya catastróficas para las economías y los medios de subsistencia. Esta pérdida y degradación de la biodiversidad afecta en mayor medida a las economías más pobres.
Uno de los mayores problemas según el informe es que el capital natural —activos como los bosques, el agua, las poblaciones de peces, los minerales, la biodiversidad y la tierra— está infravalorado y no se contabiliza. Como resultado, su pérdida no se reconoce adecuadamente. La madera que se produce y vende a expensas de la deforestación tendrá un impacto positivo en el PIB de un país, pero la riqueza del país se agota y su futuro peligra.
A pesar de que el panorama es poco alentador, la publicación explica que no todo está perdido. Existe una manera de entender las pérdidas derivadas de la sobreexplotación y las oportunidades de conservación. El uso de la contabilidad del capital natural para medir el aporte del capital natural a la riqueza y las oportunidades de desarrollo de un país muestra cómo reorientar las inversiones hacia acciones y comportamientos inteligentes en relación con la naturaleza puede contribuir simultáneamente al crecimiento sostenible, combatir el cambio climático y proteger la naturaleza.
Medir es clave para conocer el estado de situación y, de ese modo, poder proyectar políticas y programas concretos para la recuperación natural. La contabilidad del capital natural es una manera sistemática de medir e informar sobre las existencias y los flujos de capital natural. Esto, afirma el Banco Mundial, ayuda a los responsables de la toma de decisiones a entender la interacción entre el medio ambiente y la economía. El mensaje del Banco Mundial es claro: la protección de la naturaleza no tiene por qué ser un gasto; puede ser un motor de la economía
Soluciones integradas: aprovechar la cooperación intersectorial
Es claro que el momento de actuar es ahora. Sobran los motivos. Pero, ¿cómo hacerlo? El informe analiza que, para ser duradera, la respuesta mundial a la crisis de la biodiversidad debe incluir un enfoque integral que abarque todos los aspectos de la economía. Esto significa integrar consideraciones relativas a la naturaleza en todos los sectores y las políticas, en todos los niveles.
Además, el documento del Banco Mundial afirma que involucrar a las comunidades asegura beneficios para el futuro. El objetivo central de cada proyecto es involucrar y empoderar a las comunidades locales, ya sea a través de proyectos con un enfoque inteligente en relación con la naturaleza que crean empleos a nivel local o facilitan la colaboración regional para garantizar el uso sostenible de los recursos compartidos.