Las mujeres emprendedoras tienen un rol central en la implementación y desarrollo de proyectos de emprendimiento en la España rural que se convertirán en una clara palanca para el desarrollo económico en los próximos años, lo que contribuirá a frenar la despoblación. Esta es una de las principales conclusiones que se desprende del estudio elaborado por el Observatorio del Emprendimiento de España con datos de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), en colaboración con ENISA (Empresa Nacional de Innovación) y Coca-Cola, realizado con motivo de la sexta edición de GIRA Mujeres, el programa de formación en emprendimiento de Coca-Cola destinado a mujeres.
El Informe Emprendedoras Rurales en España. Análisis con datos GEM 2021-2022 ha sido presentado hoy, 16 de noviembre, en el Espacio de Alma Natura en Arroyomolinos de León, dentro de un encuentro organizado por GIRA Mujeres para hablar de emprendimiento rural femenino, con motivo del Día Internacional de la Mujer Emprendedora, que se celebra el próximo sábado 19 de noviembre
El estudio muestra que el 20 % de las mujeres de entornos rurales con edades comprendidas entre 18 y 64 años se encuentran inmersas en alguna de las fases del proceso emprendedor. Este porcentaje supone que para una de cada cinco mujeres el emprendimiento es una buena forma de desarrollar un proyecto profesional para enraizarse en su territorio. Este es un elemento relevante a la hora de entender cómo el emprendimiento femenino constituye una fórmula de arraigo en el medio rural, lo cual es clave en la lucha contra la despoblación. Según la publicación, cuatro de cada cinco emprendedoras rurales han desarrollado sus negocios en ese entorno desde hace más de 20 años y un 44% lleva viviendo allí toda la vida.
Esa vocación de permanencia en el mundo rural se traduce en que el 8,1% del total de las españolas de esas áreas cuenta con un proyecto de emprendimiento consolidado. Por otra parte, ya hay señales sobre las perspectivas futuras del empleo que apuntan a una cierta continuidad. Casi el 10% de las emprendedoras de las áreas rurales espera emplear a más de cinco personas a cinco años vista.
Otro dato que emerge de la investigación es que, en general, las mujeres rurales con intención de impulsar nuevos proyectos son más jóvenes y están más preparadas que las actuales emprendedoras o aquellas que han abandonado una actividad empresarial: el 35% de ellas tiene entre 35 y 44 años, frente a la horquilla de entre 45 y 54 que ya cuentan con un negocio consolidado, mientras que hay una mayor proporción de mujeres con estudios universitarios, concretamente 9 puntos porcentuales más que entre las que tienen proyectos profesionales en marcha. La mayoría de las mujeres rurales que han emprendido (62%) y de las que abandonan la actividad emprendedora (69%) han alcanzado como mucho el nivel de estudios secundarios, indican los mismos datos. Además, se observa un escaso número de emprendedoras rurales que afirma haber participado en programas de emprendimiento para su perfil, lo cual sugiere la necesidad de reforzar las acciones de este tipo.
En este sentido, Beatriz Arribas, responsable de Proyectos de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia, destaca el objetivo de GIRA Mujeres como un programa de formación y empoderamiento para proporcionar a las participantes: “una vía para mejorar sus habilidades, conocimientos y preparación de cara a comenzar o rediseñar una iniciativa de emprendimiento”. En definitiva, se busca que las mujeres del medio rural sean agentes económicos que contribuyan a la transformación y desarrollo de sus respectivas comunidades. Y afirmó: “Al poner foco especialmente en aquellas mujeres pertenecientes al entorno rural, que habitan en las regiones más afectadas por la despoblación, el programa fomenta el arraigo en el territorio y la apuesta por el impacto positivo y la actividad económica local, lo que ayuda a poner freno a la despoblación de la llamada España vaciada”.
Finalmente, entre otros elementos, el estudio muestra que la conciencia medioambiental y social está más extendida entre las emprendedoras rurales que entre las emprendedoras urbanas. Es una cuestión que preocupa a la mayoría de las primeras, que planifican ese impacto y son muchas de ellas las que logran la meta deseada. Concretamente, dos de cada tres anteponen el logro de los objetivos sociales/medioambientales al logro de objetivos de rentabilidad y crecimiento del negocio, pese a que la mayoría gestionan proyectos que constituyen el sustento principal de sus familias. Asimismo, entre un 70% y un 80% de ellas consideran seriamente el impacto social/medioambiental que desean conseguir a la hora de planificar sus negocios, unas cifras que son ligeramente superiores a las de las emprendedoras urbanas.