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Un nombre difícil de pronunciar que oculta una historia de dolor por detrás. Rohingya es una etnia que vive en el norte de Myanmar (antigua Birmania). Son musulmanes y por esta razón son perseguidos y expulsados al país vecino Bangladesh en a los campos de refugiados de Cox Bazar. La asociación Comité Español de ACNUR denuncia la gravedad de la situación en la que vive este pueblo actualmente.

Probablemente, muchas personas jamás escucharon hablar de los rohingya.  Se trata de un pueblo tan golpeado como olvidado. Actualmente más de 622.000 del millón cien mil rohingyas que vivían en Myanmar han tenido que huir y más de 300.000 son niños. ¿Imaginas casi la población de Sevilla huyendo y viviendo en condiciones infrahumanas? En agosto de 2017, hace justo cinco años, más de 700.000 rohingya huían de Myanmar a Bangladesh para escapar de la violencia.  Hoy, media década después de esta triste efeméride, la situación sigue siendo muy crítica. Casi un millón de refugiados rohingyas viven hacinados en los campos de Cox’s Bazar y dependen totalmente de la ayuda humanitaria para sobrevivir.

La asociación Comité Español de ACNUR recuerda que esta semana se cumplen cinco años del éxodo rohingya. La cual se ha convertido según los expertos, en una situación prolongada de desplazamiento. Bangladesh se encuentra entre los diez principales países receptores de refugiados del mundo y acoge a más de 920.000 rohingya de Myanmar. El 63 % de los hogares no tienen cubiertas sus necesidades básicas, a pesar de recibir ayuda humanitaria. Hace falta comida, ropa y acceso médico, pero los fondos son cada vez más escasos.

A pesar de la crítica situación que se vive en dicho territorio, Bangladesh es una de las operaciones de ACNUR en el mundo con menos fondos. Según fuentes oficiales del organismo de Naciones Unidas para los refugiados, a 5 de julio de 2022, solo se ha recaudado el 30 % de los fondos necesarios para cubrir la emergencia. Si la financiación se mantiene en los niveles actuales, no se podrán construir la mitad de las carreteras planificadas ni un tercio de los sistemas de drenaje. Solo se podrán reparar la mitad de los refugios que lo necesitan. Además, ahora, en la temporada de monzones, esto significa que los campos y asentamientos de refugiados no resistirán los embates de la lluvia y las inundaciones, lo que provocará más daño y destrucción.

En un comunicado oficial ACNUR denuncia que la población refugiada en Cox’s Bazar supera en número a la comunidad de acogida. Esto provoca una presión económica adicional y una elevada competencia por los recursos en una zona que es muy proclive a los desastres naturales. Además, la situación se ha vuelto aún más difícil para la población a raíz de la pandemia. Por eso, en diciembre de 2020, el gobierno comenzó a reubicar a los refugiados de los campos de Cox's Bazar a una isla, Bhasan Char, en el Golfo de Bengala. En mayo de 2022, 28.000 personas habían sido reubicadas, algo más de una cuarta parte del objetivo del gobierno de reubicar a 100.000 personas.

Otro grave ( y triste) dato que proporciona ACNUR es que más de la mitad de la población rohingya refugiada son niños niñas o jóvenes menores de 18 años. Muchos no han tenido acceso a una educación formal desde que llegaron a Bangladesh. Las niñas y los niños más pequeños pueden asistir a centros de aprendizaje, pero hasta hace poco, el plan de estudios informal consistía principalmente en alfabetización y aritmética básica, y atendía únicamente a quienes tenían entre 4 y 14 años.

Los especialistas sostienen que es necesario aumentar el apoyo a la educación, al desarrollo de habilidades y a las oportunidades de subsistencia. Estas actividades prepararán a los refugiados para un posible retorno y les permite mantenerse ocupados y ser productivos durante su estancia en Bangladesh. Cabe destacar que muchos refugiados rohingya han manifestado a ACNUR su deseo de regresar a su hogar en Myanmar siempre y cuando se cumplan las condiciones para un retorno seguro, digno y sostenible y puedan disfrutar de libertad de movimiento, acceso a documentación y una vía para obtener la ciudadanía, así como acceso a servicios y actividades que les permitan generar ingresos.

Hoy, a cinco años de una tragedia humanitaria visibilizada, ACNUR hace un llamamiento para garantizar la ayuda y las soluciones para los rohingya. La Agencia necesita 285 millones de dólares para asistir a la población refugiada y a las comunidades de acogida. Hasta ahora solo se ha recaudado el 30 % de la financiación necesaria para cubrir esta emergencia que ya no puede seguir esperando

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