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La reconstrucción económica post- pandemia ya está en marcha en la mayoría de los países. La situación a nivel global es poco favorable y, en tiempos de crisis, la innovación y la creatividad son elementos clave para transformación.  En medio de un escenario turbulento, los presupuestos con perspectiva de género comienzan a resonar con mayor fuerza. Pero, ¿qué son? , ¿para qué sirven? Un informe recientemente publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrolla el tema e indaga sobre las posibilidades que estos presupuestos ofrecen al crecimiento económico sostenible de los países.

Un informe recientemente publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaborado en función de las conclusiones extraídas del evento “Gender Budgeting: Lecciones y desafíos”, organizado por el BID, el FMI, ONU Mujeres y la OCDE, que tuvo lugar en mayo de 2022, explica que los presupuestos con enfoque de género configuran la integración de la perspectiva de género en las políticas fiscales y en los procesos de gestión de las finanzas públicas (PFM). Los presupuestos y las políticas nunca son neutrales, y este tipo de presupuestos elimina los sesgos sistémicos, ayudando a los gobiernos a ser más inteligentes en el diseño y la aplicación de políticas que podrían tener un impacto negativo no deseado en un segmento de la población.

El documento afirma que Introducir una lente de género en el proceso presupuestario ayuda a comprender el impacto del presupuesto y a priorizar aquellas políticas que contribuyen positivamente a la igualdad. Las investigaciones del FMI muestran que si no se adoptan políticas que tengan en cuenta las cuestiones de género se corre el riesgo de que los efectos de la pandemia sean a largo plazo y consoliden la desventaja de las mujeres y perjudiquen las perspectivas de recuperación.

Los expertos del BID explican que aprovechar las políticas fiscales y de gasto que abordan los desequilibrios de género y tener en cuenta los diferentes impactos en hombres y mujeres es crucial para robustecer la economía. Entre las iniciativas más destacadas se encuentran la eliminación de los prejuicios de género en el tratamiento fiscal de los trabajadores a tiempo parcial y el desarrollo de programas integrales de atención sanitaria para las enfermedades de las mujeres. Para que estas iniciativas den sus frutos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala la importancia de evaluar las necesidades en materia de igualdad de género para descubrir las repercusiones previstas y no previstas de las políticas existentes y las brechas de género que aún persisten. Las evaluaciones previas del impacto de género pueden ayudar a identificar cómo las nuevas iniciativas fiscales o de gasto afectan a los objetivos de igualdad de género.

Sin dudas, la reducción de la brecha de género puede tener importantes repercusiones en el crecimiento económico. Además, las recientes crisis económicas y la pandemia del COVID-19 han tenido un impacto desproporcionado en las mujeres y han aumentado la desigualdad. Las mujeres están sobrerrepresentadas en los empleos del sector social e informal y en las micro, pequeñas y medianas empresas más afectadas por la pandemia. Además, las mujeres tienden a realizar más trabajo no remunerado en el hogar que los hombres y es más probable que hayan asumido mayores responsabilidades de cuidado durante la pandemia.

Pero el informe sostiene que es necesario mirar más allá de las cifras. Reducir la brecha también es importante para reducir la desigualdad y promover sociedades más justas. Por ejemplo, las brechas de género persisten no sólo en la participación de la fuerza laboral, sino también en la salud, la educación, el trabajo de cuidados no remunerado, el acceso al crédito, la tecnología o los ingresos, entre otros.  La elaboración de presupuestos con enfoque de género puede ser una herramienta valiosa para ayudar a afrontar estos retos, ya que permite a los gobiernos asignar e implementar mejor los recursos de una manera más inclusiva.

Integrar la perspectiva de género en todo el ciclo presupuestario para promover la igualdad

El documento profundiza acerca de cómo la inclusión de la perspectiva de género promueve la igualdad de manera inevitable. Esto significa integrar una perspectiva de género en cada fase del ciclo presupuestario (preparación, ejecución, seguimiento y control externo del presupuesto), respaldada por un marco jurídico e institucional sensible al género y reforzada por la supervisión y el control parlamentarios. Los puntos de entrada son los marcos de rendimiento, las evaluaciones de impacto, el etiquetado y las revisiones del gasto. Algunos países con prácticas de presupuestación con perspectiva de género más avanzadas, como México, Canadá, Austria y España, utilizan múltiples enfoques.

Sobre este punto, ONU Mujeres señala que la rendición de cuentas es vital para promover políticas con perspectiva de género, dado el mínimo gasto relacionado con el género -menos del uno por ciento- como proporción del presupuesto anual en la mayoría de los países. Algunos casos de buenas prácticas son Argentina y Canadá: los miembros del parlamento argentino han recibido formación para evaluar la perspectiva de género del presupuesto; y en Canadá, las evaluaciones de impacto se publican, lo que permite el escrutinio del parlamento y del público. La Oficina Parlamentaria de Presupuestos de Austria proporciona al parlamento un análisis de los objetivos de género relacionados con cada capítulo del presupuesto, mejorando la concienciación y estimulando un debate activo.

Presupuestos con enfoque de género y la Agenda de Desarrollo Sostenible

No hay desarrollo sostenible posible sin igualdad. Por ello, la presupuestación con perspectiva de género puede contribuir a la consecución de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030. La ONU ha establecido un indicador específico para medir el número de países que cuentan con sistemas de seguimiento y asignación de fondos públicos para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Se trata del indicador 5.c.1 de los ODS, el cual mide los esfuerzos de los gobiernos para hacer un seguimiento de las asignaciones presupuestarias para la igualdad de género a través del ciclo de gestión de las finanzas públicas y para que estas asignaciones estén disponibles públicamente.

Fue acordado por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas para supervisar el progreso hacia la Meta 5c, que pide a los Estados miembros que "adopten y fortalezcan políticas sólidas y legislación aplicable para la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas en todos los niveles." Es un indicador que describe las características del sistema fiscal y no mide la cantidad o la calidad de las asignaciones de recursos para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.  El informe advierte que es el único indicador del marco de seguimiento de los ODS que vincula los sistemas presupuestarios nacionales con la aplicación de la legislación y las políticas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Índice de Presupuestos con Enfoque de Género del FMI (GBI)

Ahora bien, ¿cómo medir el impacto de estos presupuestos? El equipo de investigadores del BID explica que, para supervisar el desempeño de un país en el uso del proceso presupuestario para ayudar a abordar las brechas de género, el FMI desarrolló un Índice de Presupuestos con Enfoque de Género, basado en datos de encuestas: el GBI. Este clasifica a los países según los esfuerzos de presupuestación de género en su país. El estudio para las economías del G-20 muestra que los gobiernos obtienen resultados relativamente mejores en el marco institucional y durante la preparación del presupuesto -a través de la circular presupuestaria y las declaraciones presupuestarias de género- en comparación con el uso de evaluaciones de impacto de género, informes de ejecución presupuestaria y auditorías.

Por su partr, el documento concluye que los países de la región necesitan llevar esta clase de presupuestos al siguiente nivel para poder acelerar su desarrollo con mayor igualdad. Sin embargo, no existe un enfoque único para todos. Los gobiernos deben incorporar los presupuestos con perspectiva de género en las políticas fiscales y en los procesos de gestión de las finanzas públicas con una secuencia adecuada. También son especialmente importantes la implicación institucional de alto nivel y el compromiso político permanente. Finalmente el informe finaliza con cuatro pasos importantes para avanzar en la elaboración de presupuestos con perspectiva de género:

  • Establecer una estrategia global: Las prácticas de presupuestación con perspectiva de género deben guiarse por una estrategia que establezca los objetivos de género. Los países deben saber lo que pretenden conseguir con objetivos medibles.
  • La coordinación y la colaboración son fundamentales: Los fuertes vínculos entre la planificación y las estrategias de creación de presupuestos son fundamentales para una buena gestión de las finanzas públicas y la aplicación de políticas fiscales sensibles al género.
  • Mejorar la calidad y disponibilidad de los datos y analizar su impacto: A través de las herramientas de presupuestación con perspectiva de género, los gobiernos pueden identificar las brechas de género y analizar el impacto del gasto en hombres y mujeres. Al hacerlo, toman mejores decisiones presupuestarias. Es necesaria una buena disponibilidad de datos desglosados para los indicadores de género para realizar evaluaciones de impacto y supervisar los progresos.
  • Sea estratégico en su enfoque presupuestario: Los países necesitan un enfoque global de la presupuestación prioritaria: presupuestos de género, verdes del bienestar, de los ODS, etc.

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