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La irrupción del coronavirus frenó muchos avances en los últimos tres años, pero, según la base de datos Global Findex 2021, en el ámbito de la inclusión financiera actuó como un catalizador que impulsó un gran aumento de los pagos digitales en medio de la expansión mundial de los servicios financieros formales. Concretamente, los datos revelan que el 71 % de la población en los países en desarrollo tiene una cuenta financiera.

La inclusión financiera es importante y es la piedra angular del desarrollo. Cuando las personas tienen una cuenta financiera, pueden aprovechar otros servicios, como el ahorro, los pagos y el acceso al crédito. Empero, esta ha sido una gran deuda pendiente en la última década. La brecha que existía entre los países con economías más desarrolladas y los menos ha sido históricamente muy grande. Sin embargo, ente las cosas positivas que podemos rescatar de la pandemia, una de ellas es que en el ámbito de la inclusión financiera actuó como un catalizador que impulsó un gran aumento de los pagos digitales en medio de la expansión mundial de los servicios financieros formales.

Según la base de datos Global Findex 2021, este crecimiento creó nuevas oportunidades económicas, reduciendo la brecha de género en la titularidad de cuentas y generando resiliencia de los hogares para gestionar mejor las crisis financieras. Concretamente, se observa que, hoy, en los países en desarrollo, el 71 % de las personas tiene una cuenta, frente al 42 % de hace una década. El 76 % de los adultos posee una cuenta en la actualidad, una cifra que era del 51 % hace 10 años. Estos enormes avances también se distribuyen ahora de manera más uniforme y provienen de un mayor número de países que nunca antes.

Un dato interesante es que el mayor crecimiento se ha producido en el uso de los pagos digitales, que aumentó durante las restricciones a la movilidad implementadas debido a la COVID-19 y cuando se percibió que el efectivo era poco higiénico. Dos tercios de los adultos de todo el mundo ahora realizan o reciben un pago digital. En los países en desarrollo, sin incluir a China donde los pagos digitales están muy extendidos, alrededor del 40 % de las personas que efectuaron pagos digitales desde su cuenta (a un comerciante o a un servicio público) lo hicieron por primera vez desde el inicio de la pandemia.

En las economías en desarrollo, el 36 % de los adultos recibió algún tipo de pago en una cuenta, tales como pagos salariales del sector público o privado, transferencias gubernamentales o pagos de pensiones, pagos por la venta de productos agrícolas o remesas internas. El informe elaborado por Global Findex 2021 afirma que de ese 36 % que recibió un pago en una cuenta, el 83 % también realiza un pago digital, alrededor de dos tercios utilizan la cuenta con el fin de guardar dinero para la gestión del efectivo, y aproximadamente el 40 % señala que usan su cuenta para ahorrar o pedir préstamos.

Otro importante dato que se desprende de la investigación es que la brecha de género en la titularidad de cuentas también se ha reducido, bajando de 9 a 6 puntos porcentuales en los países en desarrollo. Los datos ahora indican que el 74 % de los hombres de las economías en desarrollo tenían una cuenta, en comparación con solo el 68 % de las mujeres.

Si bien ha habido avances considerables, aún queda un largo camino por recorrer en materia de inclusión. A nivel mundial, unos 1400 millones de adultos aún no están bancarizados. Estas personas son las de más difícil acceso, y comúnmente se trata de mujeres, personas pobres, personas con menor nivel de educación y habitantes de zonas rurales. Si bien la digitalización de los pagos de la administración pública y de otros sectores es el camino a seguir, se necesita mucho más. Los Gobiernos, los empleadores privados y los proveedores de servicios financieros, incluidas las empresas de tecnofinanzas, deben trabajar juntos para reducir los obstáculos al acceso y mejorar la infraestructura financiera, física y de datos.

Además, pese a este crecimiento constante de la titularidad de cuentas, solo alrededor de la mitad de los adultos en las economías en desarrollo informan que podrían acceder de manera confiable a fondos adicionales en un plazo de 30 días si se enfrentan a un gasto imprevisto, según las conclusiones de Findex. Y cerca de dos tercios de los adultos están muy preocupados por al menos un área que les causa estrés financiero, ya sea pagar facturas médicas, pagar matrículas escolares, pagar cuentas mensuales habituales, o tener suficiente dinero para la vejez.

Jean Pesme, director global de la Práctica Global de Finanzas, Competitividad e Innovación concluyó que: “Findex nos muestra que la digitalización de los servicios financieros está cambiando la situación, lo que es muy inspirador para los que están incluidos financieramente, y para el personal del Banco que trabaja en estas cuestiones. Se necesita mucho más. Debemos centrarnos en los países que registran menos avances y redoblar nuestros esfuerzos para acceder a los más vulnerables, en particular las mujeres. Esto es clave para fomentar la inclusión y aumentar la resiliencia”.

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