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Según el informe de resultados de la consulta empresarial sobre desarrollo sostenible realizado por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas España, el Objetivo más trabajado por las empresas españolas es el ODS 5 de Igualdad de género. Precisamente, una de las acciones que las empresas pueden implementar dentro del Plan de Igualdad, es la inserción del lenguaje de género, pero ¿Cómo hacerlo?

Avanzar en materia de igualdad de género es uno de los principales desafíos del mundo corporativo actual. Si bien aún queda mucho camino por recorrer, lo cierto es que muchas compañías vienen realizando avances en la materia. Según el informe de resultados de la consulta empresarial sobre desarrollo sostenible realizado por el Pacto Mundial de la ONU España el 64% de las empresas consultadas llevan a cabo acciones relacionadas con el ODS 5, igualdad de género.

Según la Ley Orgánica de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres se le otorga al lenguaje una importancia fundamental y se remite, en varias ocasiones, a la necesidad de utilizar un lenguaje incluyente y no sexista. Es decir, presentar una comunicación coherente con el compromiso que la empresa tiene por la igualdad. En este contexto, cabe resaltar que una de las acciones que las empresas pueden implementar dentro del Plan de Igualdad, es la inserción del lenguaje de género.

Pero además, según la Guía práctica de comunicación incluyente del Instituto de la Mujer, la utilización del lenguaje, imágenes e iconos incluyentes será determinante para visibilizar la participación de las mujeres en la empresa o sensibilizar en materia de igualdad, tanto dentro como fuera de la compañía. 

Con el objetivo de contribuir al avance de las empresas en materia de igualdad, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas ha publicado un guía a donde se aportan claves para la utilización de una comunicación escrita inclusiva sin olvidar el uso del lenguaje de género en las imágenes que acompañan las comunicaciones, para el que se propone la visibilización de las mujeres, evitando el estereotipo de género, basada en las orientaciones y recomendaciones de la ONU.

1. Evita expresiones discriminatorias:

  • Emplea las formas de tratamiento adecuadas: por ejemplo, es más adecuado emplear el diminutivo Sra. que Srta., para no desvelar el estado civil. Trataremos de dirigirnos a las personas siempre con un denominador y con nombre y apellidos.
  • Evita expresiones con connotaciones negativas que trasladan estereotipos de género. Por ejemplo, en cuestiones de liderazgo empresarial o ante trabajos específicos muy masculinizados o feminizados.
  • Sustituye expresiones menos inclusivas por otras más inclusivas. Por ejemplo, “los trabajadores participaron en la huelga” por “el personal de oficina participó en la huelga”.

2. Visibiliza el género cuando lo exija la situación comunicativa:

  • Emplea pares de femenino y de masculino: se recomienda el desdoblamiento para indicar el masculino y el femenino, pero conviene no abusar de esta práctica. Si se utiliza con demasiada frecuencia en el mismo texto puede confundir a los interlocutores y que se pierda el mensaje. Ejemplo de uso: “los consejeros y las consejeras de las empresas”.
  • Emplea estrategias tipográficas: es recomendable utilizar la barra [/] o los paréntesis [()] para explicitar el femenino y masculino, pero, también es recomendable no abusar de esta fórmula para no desviar la atención del mensaje: “el/la empleado/a..”
  • Emplea “hombres y mujeres” para tratar de hacer incluir a ambos grupos: “las políticas de la empresa afectan a hombres y mujeres…”.
  • Cuando se conoce la identidad de género de la persona, emplea la forma femenina del cargo, “presidenta, jefa, auditora”, no agregando la palabra mujer a la profesión: “*una mujer ingeniera”.

3. No visibilices el género cuando no lo exija la situación económica:

  • Por ejemplo, omite el determinante ante sustantivos comunes en cuanto al género: “había representantes de varias empresas en la cumbre” en vez de “estuvieron presentes los representantes”. También se aconseja emplear sustantivos colectivos y otras estructuras genéricas que no indiquen el género, como por ejemplo “la plantilla”, “el personal” o “la presidencia”.
  • Otra recomendación de las Naciones Unidas es el uso de sustantivos para referirnos a grupos empleando términos como “la ciudadanía”, “las personas”, etc. Precisamente, se recomienda el uso de la palabra “persona” en vez de ciudadanos o ciudadanas.
  • Es más correcto utilizar el pronombre relativo “quien(es)”, los pronombres indefinidos “alguien”, “nadie” y “cualquiera” y el adjetivo indefinido “cada” seguido de sustantivo común en cuanto al género. También se aconseja emplear construcciones con “se” impersonal (“se recomienda”), de pasiva refleja (“se debatirá”) o de pasiva perifrástica (“se va a elegir”).
  • Otra recomendación sería omitir el agente: en vez de decir “los participantes mantendrán un debate” es preferible decir: “habrá un debate”, así como usar el infinitivo y el gerundio: “trabajando con dedicación conseguiremos las metas”.

Las Naciones Unidas ofrecen recursos y formación para mejorar el lenguaje inclusivo. Aquí puedes acceder a todas las herramientas.  Si quieres conocer más guías sobre el lenguaje de género, aquí puedes acceder a diferentes documentos que ofrece el Instituto de las Mujeres.

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