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La Universidad Internacional de Valencia ha organizado una jornada online sobre como la tecnología contribuye a frenar el cambio climático. Durante el evento, las y los expertos debatieron sobre las mejores opciones disponibles para reducir la crisis climática y coincidieron en que las infraestructuras verdes ayudarán a conseguir ciudades más sostenibles y limpias en el futuro.

Este verano, las olas de calor demostraron que el cambio climático es una realidad y que sus consecuencias meteorológicas derivan cada vez más en problemas de desertificación, inundaciones, incendios forestales y fenómenos meteorológicos adversos, razones por la que buscar alternativas energéticas sigue siendo uno de los principales objetivos de los expertos.  Frente a un escenario climática complejo, y con el objetivo de aportar desde la academia a buscar soluciones, la Escuela Superior de Ingeniería Científica, Ciencia y Tecnología (ESICT) de VIU - Universidad Internacional de Valencia, organizó una nueva sesión de TECHmeets, una jornada en la cual especialistas en materia climática han reflexionado sobre la situación actual y su posible reversión a través de la tecnología.

En primer lugar, Mario Picazo, experto en Cambio Climático y Medioambiente, ha destacado la importancia de cambiar el modelo energético de este planeta. “Usar combustibles fósiles quizás el mayor problema que tenemos. La emisión de dióxido de carbono y metano, son los que más contribuyen de forma antinatural a calentar el planeta”, ha comentado. En este sentido ha explicado que el CO2, cuya contribución al calentamiento es del 50%, tiene tendencia a prevalecer en la atmósfera mucho tiempo, el 80% puede estar hasta 200 años y el 20% restante hasta cerca de 20.000 años. Por otro lado, ha profundizado en la tecnología como herramienta para mitigarlo destacando el desarrollo de energías renovables, los vehículos eléctricos, edificios eficientes, infraestructura verde o geoingeniería. Sin embargo, ha incidido en que suponen “solo la mitad de esta lucha”. “La otra mitad la tenemos que aportar nosotros siendo más prácticos y la forma es reusar”.

Las y los expertos coincidieron en que desarrollar una actividad social y empresarial sostenible, que genere cada vez menos residuos y que contribuya a preservar el medio ambiente, es un objetivo que persiguen muchas empresas a nivel global.  Al respecto, Daniel Jato Espino, investigador de VIU y experto Ingeniería Medioambiental sostuvo: “La evidencia científica está demostrando que el estilo de vida que llevamos los seres humanos en los últimos años, muy orientado hacia la urbanización, con los patrones de consumo y movilidad que implica, no es sostenible. Y, además, está acrecentando los efectos del cambio climático. En estas circunstancias, se están desarrollando iniciativas basadas en infraestructura cuya implementación debe apoyarse en el uso de tecnologías de la información geográfica e inteligencia artificial”.

En este sentido, Laura Ibáñez Gallén, experta en Desarrollo Sostenible y Sostenibilidad Corporativa, ha remarcado que “las empresas están destinando parte de su presupuesto a implementar sistemas de gestión medioambiental, no solo porque lo necesitan para sobrevivir, sino porque cada vez se demandan más por parte de la sociedad respuestas sobre los productos que se están ofreciendo en el mercado”. Además, ha puesto el foco en que, a pesar de que esto supone un desembolso importante para las compañías, es importante pensar en la viabilidad y rentabilidad que dan a largo plazo.

De hecho, Eduardo Collado Fernández, experto del Máster Oficial en Energías Renovables de la Universidad Internacional de Valencia, ha recordado que “estamos en una crisis climática, energética, ambiental y económica en la que los movimientos que ha habido respecto a los precios de la energía en los dos últimos años han provocado que muchas empresas tuviesen que cerrar”. “Crear hoy en día instalaciones de energía renovable, aparte de contribuir a la sostenibilidad, va a ser un punto totalmente bancable de cara a pedir determinadas inversiones. Una vez hecha la inversión inicial, dejas de estar expuesto a las subidas de los combustibles”, ha añadido.

Finalmente, durante el encuentro se abordó el Green Urban Data y su importancia en la creación de ciudades saludables y resilientes. Gracias a la innovación tecnológica enfocada a la eficiencia energética, Alejandro Carbonell, cofundador de Green Urban Data, dio vida a la idea de desarrollar un servicio de Big Data Ambiental para facilitar la toma de decisiones orientadas al desarrollo de estrategias de mejora ambiental y calidad de los ciudadanos.

El cambio climático y la urbanización suponen presiones ambientales que llevan a reconsiderar el diseño y la estructura de las ciudades para que sean más sostenibles en el futuro. Esto se está materializando en iniciativas basadas en la renaturalización de espacios con infraestructura verde A través de un software, evidenciaron que “gracias a las zonas verdes las temperaturas pueden reducirse hasta dos grados de temperatura. Seguidamente nos dimos cuenta que hay otro valor: los servicios ecosistémicos. La vegetación como activo capaz de absorber CO2, de eliminar ruido y de beneficiar nuestra salud mental, de manera que cuanto mejor mantenimiento tengamos de esa infraestructura verde, mejores ciudades crearemos”, ha concluido Carbonell.

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