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El último Informe “Forética sostenibilidad 2022” toma el pulso a la salud y el potencial de la agenda ESG en un momento crítico como el actual. El documento explora las mega tendencias y los tres pilares del desarrollo de la sostenibilidad, gobierno y reguladores, empresas y consumidores. Para ello analiza fuentes públicas y desarrolla un estudio de mercado ad-hoc a un panel de ciudadanos. Sobre este último eje, la ciudadanía, el estudio advierte que las prioridades de las y los ciudadanos de cara a valorar su éxito en la vida tienen como foco dejar una huella positiva en su entorno. Concretamente, se observa que los atributos de sostenibilidad, por primera vez, superan a los de mercado a la hora de valorar una compañía.

La última edición del Informe Forética Sostenibilidad 2022 afirma que, en los últimos años, la sostenibilidad ha superado una segunda crisis sistémica -la de la pandemia de la COVID-19 – de la que,ciertamente, ha salido reforzada. Sin embargo, 2022 ha traído una nueva fuente de preocupación que, sin duda, impactará en el desarrollo futuro de la agenda de desarrollo sostenible, como es la geopolítica. A pesar de que el contexto es por demás adverso, el estudio elaborado por Forética expone que la sostenibilidad ha superado un punto de no retorno y que se encuentra en su mejor momento para afrontar esta nueva amenaza. Para ello, analiza el estado de desarrollo y las perspectivas a futuro en sus tres ejes fundamentales de impulso: el entorno regulatorio, la actividad empresarial y la visión ciudadana. La sección de consumidores analiza las respuestas de una muestra estadísticamente representativa de la ciudadanía en España, en la que se valoran los principales elementos de la sostenibilidad, tanto desde el punto de vista de expectativas en torno a la empresa como desde el consumo responsable.

Una de las primeras conclusiones que se desprende de este último apartado del informe es que, llamativamente, la sostenibilidad se antepone al mercado. El estudio concluye que, a la hora de valorar qué elementos hacen de una compañía “una buena empresa”, los atributos ESG superan a los de mercado por primera vez desde que se tiene registro. Concretamente, los elementos vinculados a la sostenibilidad representan un 53% de las respuestas frente al 47% de mercado. Los aspectos más valorados son la preocupación por los empleados (ESG), la calidad de productos y servicios (mercado), la atención al cliente (mercado), el comportamiento ético (ESG) y el respeto al medio ambiente (ESG). Por otro lado, la ciudadanía considera que un comportamiento responsable ante la sociedad y el medio ambiente debe ser totalmente prioritario para un 65,4% y, al menos, importante para el 90% de la muestra. Este alto grado de valoración se fundamente en dos tipos de beneficios principales. Un 44% de los encuestados considera que los aspectos ESG contribuyen a mejorar los resultados económicos de la empresa, mientras que otro 48% entiende que el beneficio se materializa como resultado de ayudar a la sociedad.

El estudio también evalúa el grado de importancia otorgada por la ciudanía a las acciones empresariales en materia de sostenibilidad, y afirma que se aprecia una mayor preocupación por los aspectos de gobernanza y sociales frente a los ambientales. Si bien las diferencias no son significativas y la valoración media de las acciones son elevadas (6,8 sobre 10), ninguna acción ambiental se sitúa en el top 5 dentro de una batería de 19 acciones valoradas por los ciudadanos. Destacan principalmente aspectos como la gobernanza en materia de derechos humanos, la responsabilidad fiscal, la generación de empleo y la conciliación de la vida personal y laboral y el bienestar de los empleados.

Por último, Otro importante dato que emerge de la investigaciónque es que ,claramente, el consumo responsable se ha consolidado y ganado coherencia en el último tiempo.  Sobre este punto se observa que la discriminación negativa -el boicot o la evitación- sigue siendo la principal fórmula de integración de criterios ESG en el consumo. El 56% de los consumidores ha dejado de consumir productos o servicios por malas prácticas en materia social o ambiental. Dentro de las categorías de producto, alimentación, textil y cosmética son las principales áreas objeto de discriminación. Los consumidores centran su discriminación en las categorías de gran consumo, siendo marginales las menciones a sectores distintos de los mencionados anteriormente. La contracarta de esto es que los consumidores también aspiran a premiar a las empresas responsables: 8 de cada 10 consumidores estarían dispuestos a elegir un producto responsable en igualdad de condiciones comerciales. En el lado más activista, un 49% de los encuestados declara que estaría dispuesto a pagar más por un producto sostenible siempre que tuviera garantías. El valor de esta prima económica a los aspectos de sostenibilidad se sitúa en torno al 10% del precio respecto a otro producto si atributos sostenibles.

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