Desde el día de ayer, 28 de marzo y hasta el próximo viernes 1 de abril, Quito Ecuador será la sede de la 37ª edición de la Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).Transformar los sistemas alimentarios de América Latina y el Caribe para volverlos más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles es el eje principal sobre el que girará este encuentro.
América Latina y el Caribe tiene por delante la enorme tarea de enfrentar y superar la más compleja crisis humanitaria, económica y social de las últimas décadas, causada por la pandemia de COVID-19. Ninguna otra región del planeta ha sido golpeada con tanta fuerza. El sector agroalimentario es clave para salir de la crisis. Desde las fincas de los agricultores a las mesas de los consumidores, las personas, organizaciones y empresas que forman los sistemas agroalimentarios de la región dan empleo a decenas de millones de personas. Sin optimizar el aporte de los sistemas agroalimentarios, será mucho más difícil salir de la crisis. Hay un amplio acuerdo de que los sistemas agroalimentarios de la región deben transformarse, de acuerdo con las prioridades y capacidades de cada país.
La Conferencia Regional será el momento en que los países miembros definirán las prioridades regionales para adaptar y localizar el Marco Estratégico 2022-2031 de la FAO a las condiciones de América Latina y el Caribe. Asimismo, durante el encuentro los países analizarán el trabajo hecho por la FAO en los dos años previos en la región, y acordarán recomendaciones de iniciativas y prioridades que guiarán el trabajo de la Organización durante el período 2022-2023.
De este modo, uno de los temas centrales que los países debatirán durante el encuentro será el Marco Estratégico 2023-2031 que servirá para encarrilar las actuaciones de la Organización y que debe adaptarse a las condiciones y prioridades regionales. Esta hoja de ruta pondrá un especial énfasis en la digitalización, la tecnología y la innovación. El evento también contará con sesiones especiales dedicadas a fomentar una mejor producción, nutrición, medioambiente y vida de las personas
Este año, la importancia del encuentro es quizás mayor que otros. El cambio que se busca durante el evento, que cuenta con la participación de todas las naciones de la región, cobra especial relevancia frente a uno de los escenarios más complejos vividos durante las últimas décadas: los efectos del cambio climático sobre la agricultura y el acelerado aumento en los precios de los alimentos y fertilizantes, agravado por la guerra en Ucrania.
La FAO recordó que una cuarta parte de la población de América Latina y el Caribe vive en condiciones de inseguridad alimentaria y que la pandemia de COVID-19 provocó que en un solo año 22 millones de personas cayeran en condiciones de pobreza, obligándolas a adquirir alimentos de peor calidad por la disminución de sus ingresos.
Julio Berdegué, representante regional del organismo, destacó que la Conferencia llega en el momento justo para que todas las naciones participantes compartan innovaciones, lleguen a acuerdos y avancen en el fortalecimiento de sus sistemas alimentarios y afirmó: “Lo que ocurre en esta región afecta a todo el mundo. Los pasos que demos durante la Conferencia para mejorar la producción, nutrición, el medioambiente y la vida de nuestros habitantes van a afectar el futuro del mundo, y abrir el camino que otros seguirán”.