Tras dos años en los cuales la principal preocupación en el mundo entero fue detener la pandemia, hoy, aunque la emergencia sanitaria continúa siendo prioritaria, ha llegado el momento de recuperar una mirada más global de cara a los nuevos desafíos que vendrán. En este contexto, António Guterres presentó el pasado viernes 22 de enero ante el pleno de la Asamblea General de la Organización cuáles son las prioridades de su agenda de trabajo para el presente ejercicio. El mandatario de Naciones Unidas afirmó que se trata de “cinco alarmantes incendios globales que requieren la movilización completa de todos los países” y llamó a la acción conjunta de los responsables políticos para hacerle frente a estos nuevos retos.
El Secretario General de la ONU adelanta las cinco emergencias mundiales para 2022

El 2022 acaba de comenzar y es momento de planificar el año que tenemos por delante. Luego de dos años complejos, en los cuales la principal preocupación fue contener la pandemia y, luego, mitigar sus efectos, con la llegada de las vacunas se comienza a vislumbrar el final y con ello la posibilidad de afrontar nuevos desafíos.

Como cada año, António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas presentó ante el pleno de la Asamblea General de la Organización los temas prioritarios que ocuparán su agenda. El referente adelantó que los cinco temas que guiarán su accionar durante el 2022 serán:  en primer lugar, como era de esperar, la pandemia de COVID-19; en segundo lugar, el sistema financiero; luego, la crisis climática; en cuarto puesto la falta de regulación del ciberespacio y, por último, los conflictos violentos. El líder de la ONU advirtió que, si todos estos tópicos hoy se encuentran en agenda, es a causa de un fracaso de la gobernanza global. 

La pesadilla continúa, la pandemia no ha terminado

Guterres colocó en primer lugar de su agenda a la pandemia de COVID-19. Si bien expertos de prestigiosas universidades y organismos internacionales vaticinan que se acerca el final, lo cierto es que no hay certezas. Así como algunos plantean que se convertirá en una endemia y aprenderemos a convivir con el virus, otros esbozan panoramas menos alentadores.  En este escenario, el líder de Naciones Unidas, sostuvo que la pandemia no ha terminado y afirmó que es probable que la variante del coronavirus que siga a ómicron puede ser peor. Ante esto, reiteró la urgencia de detener los contagios sin valerse de este objetivo para socavar los derechos humanos.

Tras resaltar la eficacia de las vacunas contra el coronavirus, denunció una vez más la desigualdad de acceso a la inmunización debida al acaparamiento de los países ricos: “La tasa de vacunación en las naciones de renta alta es siete veces mayor que la de los países africanos. (…) Los fabricantes producen 1500 millones de dosis mensuales, pero la distribución es escandalosamente desigual”, denunció.  Siguiendo esta línea, destacó que al ritmo actual África no alcanzará la cobertura marcada por la estrategia de la Organización Mundial de la Salud para controlar la pandemia, de 70% de la población de todos los países para mediados de este año.

Por último, para superar esta falencia, llamó a los países y fabricantes a dar prioridad al suministro de vacunas al mecanismo COVAX y a crear las condiciones para la producción local de pruebas, vacunas y tratamientos en todo el mundo, lo que incluye compartir tanto las licencias de producción como los conocimientos y la tecnología necesaria. Asimismo, instó a combatir la desinformación sobre las vacunas, a la que calificó como “plaga”.

El más desigual de los sistemas: el sistema financiero

El segundo tema prioritario en la agenda de este 2022 es el sistema financiero. Guterres listó la necesidad imperiosa de reformar un sistema financiero global “moralmente corrupto, que favorece a los ricos y castiga a los pobres” pese a que una de sus funciones principales es asegurar la estabilidad, apoyando a las economías durante los impactos financieros.

En este sentido, el mandatario criticó la recuperación desigual tras la pandemia,debida a una inversión desigual, en la que los países de renta baja crecen al ritmo más lento en una generación y muchas economías de ingresos medios no son aptos para un alivio de deuda aunque la pobreza aumente y se agudice el efecto de la crisis climática en su territorio. Al respecto, citó la inflación récord, las alzas de precio de la energía y las altas tasas de interés “de extorsión” como factores de alto riesgo para los más pobres y vulnerables, y aseveró que la inequidad entre los países industrializados y en desarrollo es una receta para la inestabilidad, la crisis y la migración. El Secretario General también embistió contra las calificadoras de crédito, que se han convertido en quienes toman las decisiones. Esas agencias “deben ser responsables y transparentes”, recalcó, enfatizando la importancia de la redistribución de los recursos. Asimismo, insistió en la importancia de promover la inversión en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La emergencia es climática

En tercer lugar, Guterres ubicó a otro gran problema actual: la crisis climática. La batalla por mantener viva la meta de calentamiento del planeta en 1,5º grados Celsius para fin de siglo es la tercera gran emergencia y se ganará o perderá en esta década, cuando ya la Tierra ha alcanzado temperaturas 1,2º por encima de los niveles preindustriales. El titular de la ONU habló de los golpes devastadores debidos al cambio climático, que en 2020 obligaron a 30 millones de personas a huir de sus hogares, una cantidad tres veces mayor que las guerras y la violencia.

Sobre este punto aseveró: “Los números no mienten, necesitamos reducir un 45% las emisiones globales para 2030 si queremos llegar a la neutralidad del carbono a mediados de siglo. Precisamos una avalancha de acción este año. Todas las economías desarrolladas y en desarrollo con emisiones importantes deben hacer mucho más y más rápido para cambiar las matemáticas y reducir el sufrimiento, teniendo en cuenta las responsabilidades comunes pero diferenciadas”. Finalmente, llamó a apoyar a los países menos desarrollados con recursos y tecnología para que transiten hacia las energías renovables y exhortó a formar coaliciones que faciliten este proceso.

El nuevo gran problema: el Ciberespacio

Para Guterres la cuarta prioridad del mundo tiene que ver con un campo en el que prácticamente no existe gobernanza mundial: la tecnología. Si bien la tecnología es nuestra gran aliada en muchos temas, es también un territorio de disputas y conflictos que está aún poco regulado. Al respecto, el referente de Naciones Unidas consideró que la humanidad debe estar en el centro de la tecnología y que ésta no debe usar a las personas, sino a la inversa, ésta debería ser una herramienta benéfica para todos.  “Si se gobierna adecuadamente, las oportunidades son extraordinarias, especialmente si podemos garantizar una conectividad a internet segura y protegida. Pero el creciente caos digital beneficia a las fuerzas más destructivas y niega oportunidades a la gente común”, indicó.

El líder de la ONU dijo que las empresas de redes sociales se benefician de algoritmos que priorizan la adicción, la indignación y la ansiedad a costa de la seguridad pública. “Necesitamos marcos normativos sólidos para cambiar este modelo de negocio”, puntualizó, y abundó que para afrontar esos problemas propuso un Pacto Mundial Digital como parte de la Cumbre del Futuro en 2023.

La violencia no cesa, los conflictos aumentan

El último de los temas prioritarios para 2022 será poner fin a los conflictos violentos que golpean a la humanidad en diferentes latitudes. Lograr la paz en el mundo es la otra gran emergencia en un momento en el que la humanidad encara el número más alto de conflictos violentos desde la formación de la ONU en 1945, año en que terminó la Segunda Guerra Mundial “Las existencias de armas nucleares ahora superan 13.000, el nivel más alto en décadas. Los derechos humanos y el estado de derecho se encuentran bajo ataque. El populismo, el innatismo, la supremacía blanca y otras formas de racismo y extremismo están envenenando la cohesión social y las instituciones en todas partes. El retroceso de los derechos humanos, especialmente los derechos de las mujeres y las niñas, continúa”, deploró.

El Secretario General mencionó algunos de los países aquejados por conflictos que precisan alcanzar la paz para detener el sufrimiento extremo de su población: Afganistán, donde urge inyectar efectiva para evitar el colapso económico, garantizar el respeto de los derechos humanos -especialmente de las mujeres y niñas-, y desterrar el terrorismo; Colombia, que requiere profundizar la implementación del Acuerdo de Paz; y Etiopía, que necesita un alto el fuego duradero, la retirada de tropas extranjeras y un diálogo inclusivo. Listó también a Haití, para el que solicitó apoyo en la redacción de una nueva constitución y elecciones seguras y pacíficas; Irán, donde pidió revivir el plan sobre su programa nuclear; y Libia, cuyas elecciones general deben celebrarse lo antes posible, además de que urge la retirada de los combatientes extranjeros. En Israel y Palestina conminó a no tomar medidas unilaterales, instó a Israel a detener la expansión de los asentamientos y la violencia, y se pronunció por reactivar el proceso de paz, poner fin a la ocupación y alcanzar una solución viable de dos Estados. Guterres habló, asimismo, de Siria, Libia, Mali, Myanmar, el Sahel, Sudán y Venezuela. Aunque cada conflicto tiene sus características particulares, el punto en común de todos es que la solución de estos problemas requiere perseverar en los esfuerzos para prevenir conflictos, proteger a los civiles y consolidar la paz.

Finalmente, refrendó su disposición para garantizar que las mujeres estén en el centro del trabajo de la Organización en materia de prevención de conflictos, construcción y consolidación de la paz. “Sabemos que los esfuerzos de paz son más exitosos y sostenibles cuando las mujeres son parte integral de la toma de decisiones y la mediación y los procesos de paz” concluyó.

 

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