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Según el último informe “Focus on Spanish Society”, que recoge datos de Eurostat publicados recientemente, en nuestro país, el número de personas en situación de pobreza extrema subió en más de un millón tras la pandemia.
La pobreza no da tregua en España

La pandemia sigue mostrando su lado más cruel: la desigualdad. Además de las trágicas consecuencias en el plano sanitario, el paso del coronavirus por el mundo entero ha hecho que las tazas de pobreza aumenten de manera exponencial. Nuestro país no es la excepción. En España el virus de la desigualdad parece ser imparable. Según el último informe Focus on Spanish Society, que recoge datos de Eurostat publicados recientemente el porcentaje de personas en situación de privación material severa aumentó desde el 4,7% en 2019 (2,189 millones) al 7% de la población en 2020. El incremento rompió con la tendencia a la baja de esta tasa desde el máximo del 7,1% alcanzado en 2014,

¿Cómo medir la pobreza? Si bien podemos verlo día a día cuando caminos por las calles y notar que la cantidad de personas sin hogar ha aumentado, existen indicadores específicos que miden estas problemáticas sociales. La tasa de privación material severa es una medida de la pobreza que determina hasta qué punto las personas de un país no pueden permitirse bienes, servicios o satisfacer necesidades financieras consideradas necesarias para llevar una vida adecuada, una vida digna. En nuestro país, este indicador muestra que aún hay mucho por hacer. Cabe destacar que no ocurre lo mismo en el resto de Europa.  Según el estudio mencionado, en 2020 muchos países europeos consiguieron mantener o incluso reducir el nivel de privación material severa respecto al año anterior, como Países Bajos, Dinamarca, Portugal, Bélgica y gran parte de los países del Este.

En cambio, en España, los datos son poco alentadores. Respecto a las diferencias que údieran existir en función del género y la edad, la investigación muestra que tanto hombres y mujeres se ven afectados de forma similar por este tipo de pobreza, pero la edad si es una variable mucho más significativa. La tasa de privación material de los menores de 18 años (9%) es casi tres veces mayor que la de los mayores de 65 años. En este último grupo (3,2%), los mayores de 75 años son los menos afectados (2,7%). Es decir, se joven en España no es nada fácil hoy en día.

Además del análisis de la pobreza y la desigualdad, este informe, que se publica cada tres años, también incluye datos sobre el gasto en pensiones, con importantes diferencias entre países. En 2019, Italia y Francia fueron los Estados europeos con un mayor gasto en pensiones (en torno al 15% del PIB), casi el doble que Países Bajos (6,8%) y Suecia (7,6%) y unos cinco puntos más que Alemania (10,3%). Con el 12,3% del PIB, el gasto público en pensiones de España era en 2019 también inferior al de Francia e Italia. Según las proyecciones del Informe de Envejecimiento de 2021, España podría mantener ese gasto por debajo del 13% hasta 2050.

La pregunta será ahora como construir políticas públicas que busquen disminuir las brechas de desigualdad y generar condiciones propicias para que las y los jóvenes de nuestro país puedan desarrollar proyectos de vida autónomos. La pandemia nos propone un nuevo mundo, una nueva normalidad que hoy podemos habitar. El punto será ¿cómo hacerlo? Los resultados que emergen de la investigación de Eurostat muestran que así no podemos seguir, será momento de barajar y dar de nuevo, de repensar nuestra sociedad y poder crear una más justa e igualitaria.

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