Durante las próximas semanas, la problemática medioambiental estará, sin lugar a dudas, en el centro de la escena. La Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) que se está celebrando en Glasgow hasta el 12 de noviembre es el motivo perfecto para abordar, desde diferentes aristas, la cuestión climática. En este contexto, Forética, la organización referente en sostenibilidad y responsabilidad social empresarial en España, ha presentado la primera de una serie de notas técnicas bajo el título 'La importancia del Scope 3. De la medición de mi propio impacto a la consideración de mi cadena de valor'. El objetivo es abordar, desde una perspectiva práctica, las tendencias clave en materia de acción climática empresarial.
El documento analiza la importancia de la medición del Alcance 3 -las emisiones indirectas que se producen en la cadena de valor de las empresas- para la consecución del objetivo de cero emisiones netas, explicando las metodologías reconocidas a nivel internacional para el cálculo de estas emisiones y las categorías que incluye, así como las principales herramientas y acciones para reducir este Alcance 3.
El objetivo urgente de limitar los efectos más devastadores del cambio climático y lograr el Cero Neto ha demostrado que requiere de una rápida descarbonización en la próxima década. En esta lucha no sólo el sector público cumple un rol central, sino también el sector privado. En este sentido, se apela a un replanteamiento radical de la forma en que se hacen los negocios a través la cadena de valor.
Lograr las cero emisiones parece una frase vacía y en algún punto hasta de moda, pero lo cierto es que, los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) y la iniciativa Science Based Targets (SBTi) han dejado una cosa clara: las empresas que deseen comprometerse a las cero emisiones netas, deberán hacerlo para la totalidad de su cadena de valor. El documento publicado por Forética explica con claridad que la crisis climática es una crisis internacional, tan compleja e interconectada como lo están las cadenas de valor hoy en día. Es por eso, que se trata de un desafío mundial colectivo del que toda la sociedad es responsable y el motivo por el cual las emisiones de Alcance 3 son un aspecto fundamental dentro de una estrategia climática corporativa.
En este escenario, cada vez más organizaciones están tomando consciencia de que la mayor parte de la huella de carbono de su cadena de valor se asocia a las emisiones de Alcance 3, quedando fuera de su control directo. De hecho, en muchas industrias con una amplia cadena de valor, alcance 1 y 2 de sus emisiones está muy por debajo de las emisiones generadas en la cadena de suministro (alcance 3). En este sentido, de manera cada vez más frecuente, están surgiendo iniciativas de organizaciones referentes con el objetivo de arrojar luz acerca del proceso de medición del Alcance 3.
Avanzar hacia la neutralidad climática es de vital importancia para, efectivamente, contribuir a detener la emergencia climática. Tomar acción sobre estas emisiones no sólo significa reducir el impacto de una organización, si no que permite contribuir a una transformación global hacia una economía descarbonizada.
El documento sostiene que, en el contexto de crisis climática actual, emprender acciones respecto a las emisiones de Alcance 3 podría ser la clave para hacer posible el logro de los objetivos climáticos. En este sentido, tomar acción sobre estas emisiones, se encuentra actualmente entre las mejores prácticas, ya que, además de convertirse en un requisito de reporte en los principales marcos e iniciativas internacionales (como, por ejemplo, el CDP), se incorpora como criterio excluyente para el establecimiento de objetivos de reducción en base a la ciencia (SBTs por sus siglas en inglés) y objetivos Cero Neto.
Ahora bien, con el objetivo de reducir las emisiones vinculadas a la cadena de valor, ¿cuáles son las principales herramientas o acciones para reducir el alcance 3, teniendo en cuenta que suelen estar fuera del alcance operacional de una compañía? La nota técnica explica que, tras identificar las áreas clave de atención y dónde centrar los esfuerzos para mejorar los datos y reducir las emisiones, es el momento de empezar a formular un plan de acción y establecer objetivos para reducir las emisiones de la cadena de valor. Para lo cual propone tres aspectos centrales: lograr la participación de las partes internas interesadas; diseñar objetivos ambiciosos, pero realistas y, por último, pasar a la acción.
En primer lugar, sobre lograr la participación de las partes internas interesadas, el informe sostiene que es de vital importancia involucrar a las personas adecuadas de la organización en el proceso desde el principio. En este sentido, afirma que crecen las expectativas sobre el buen gobierno en asuntos relacionados con el clima y es esencial que las partes interesadas sean partícipes para asegurar el éxito de las iniciativas. Será importante contar con la aportación y la supervisión de los departamentos de compras, sostenibilidad y los altos mandos de la organización para diseñar e impulsar una estrategia de Alcance 3 que funcione.
En segundo lugar, el grupo de expertos de Forética afirma que es imprescindible plantearse objetivos ambiciosos pero realizables. Hoy en día, cientos de organizaciones ya se han comprometido a establecer SBTs, siendo este el estándar de referencia para fijar objetivos de reducción en la lucha contra el cambio climático. Tales objetivos alinean la reducción de emisiones con la última ciencia climática para limitar el calentamiento del planeta a 1,5oC o muy por debajo de 2oC. Sin duda, alinearse con estos objetivos, permite situar los compromisos de reducción de emisiones de la organización en la trayectoria adecuada. Sin embargo, no todas las empresas que tienen establecido un SBT lo han validado por la iniciativa SBTi. Lo más recomendable es conseguir la validación del objetivo, pues esto permitirá demostrar a todos los grupos de interés la credibilidad del compromiso.
Por último, el documento concluye que es momento de pasar a la acción. Para reducir las emisiones de Alcance 3, el plan de acción de la organización deberá centrarse, en primer lugar, en las áreas prioritarias identificadas durante la fase de análisis. En este sentido, la realización de un proyecto piloto y escalable de las acciones, permitirá demostrar que las estrategias funcionan antes de su implementación. El informe detalla una serie de acciones que se podrían implementar para lograr las reducciones requeridas en función de las áreas prioritarias identificadas: