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En solo dos años, el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 29 años que no trabajan ni estudian ha aumentado un 34% en España, según datos del Ministerio de Trabajo. Ante esta situación, la ONG Acción Contra el Hambre afirma que las empresas y las administraciones públicas deben involucrarse en este problema para reducir el desempleo juvenil.
Incluir a la juventud al mercado laboral es la llave para salir de la crisis

“Los jóvenes son el futuro del país” es una frase que comúnmente se dice, pero ¿qué futuro hay para los jóvenes en nuestro país? En solo dos años, el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 29 años que no trabajan ni estudian ha aumentado un 34% según datos del Ministerio de Trabajo. No solo se trata de jóvenes que no estudian sino de todos aquellos que ya han terminado sus formaciones superiores, medias y bajas y se encuentran ahora en el paro. En total, son dos millones jóvenes en esa situación. “Las empresas y las administraciones públicas deben involucrarse en este problema para reducir el desempleo juvenil”, señala Marta González, responsable del programa de intermediación con empresas en Acción contra el Hambre.

Los datos del desempleo, según el Instituto de Estadística, se estabilizan del segundo trimestre de 2020 a este año, situándose entorno al 15 %. La diferencia se nota más entre mujeres y hombres, puesto que en el caso de las mujeres el desempleo sube casi un punto, hasta el 17,36% en el mismo tiempo, mientras que la de hombres desciende un punto en un año para situarse en el 13,39% en 2021. “Las mujeres dedican más tiempo a los estudios y esto significa que nuestro acceso al empleo y adquisición de experiencia laboral se dilata en el tiempo, por lo tanto, el acceso al mercado laboral es más tardío”, explica Marta González.

Otra de las razones de esta brecha, señala Ana Alarcón, responsable de los programas de emprendimiento en Acción contra el Hambre, es “la feminización y masculinización de los sectores productivos: los sectores digitales, tecnológico, científico, construcción o energía tienen altas tasas de empleo, así como de mejor calidad, están copados por hombres mientras que sectores feminizados como cuidados, salud, limpieza, servicios, mayoritariamente ocupados por mujeres, están precarizados”.

También un factor importante a tener en cuenta en la brecha es cómo la maternidad penaliza a las mujeres sobre los hombres: “las mujeres con hijas/os tienen el doble de posibilidades de estar en desempleo y un 20% más de probabilidad de tener un contrato temporal y/o parcial”, indica Alarcón. Por su parte, Pablo Soriano, responsable de Acción Social en Acción contra el Hambre y coordinador de los más de 120 programas de empleo y emprendimiento que la organización realiza en España afirma que: “El valor y el talento que aportan los jóvenes al mercado laboral, a través de enfoques sociales como el medio ambiente y la perspectiva de género, son clave para la recuperación económica de nuestro país”, explica “Tras el confinamiento, se propició una revolución digital en todos los sectores laborales, y son los jóvenes, los nativos digitales, quienes pueden impulsar esa situación para que las empresas no se queden atrás”.

Los datos que proporciona la ONG muestra con claridad el aumento de esta problemática entre las y los jóvenes en España. El 18,43% de las y los participantes de los programas de empleo de Acción contra el Hambre son menores de 30 años, una tendencia que se ha visto aumentada por la pandemia del coronavirus. En el 2019, ese dato era del 15,80%. El equipo técnico de Acción contra el Hambre sostiene que el número de jóvenes en los programas de empleo seguirá creciendo: “la formación académica se dilata, cuesta más acceder al mercado laboral y junto a la destrucción del empleo se producirá un cuello de botella que dificultará todavía más que los jóvenes encuentren empleo”.

Ante esta compleja situación que impacta en nuestro país y en el mundo entero, desarrollar políticas públicas que fomenten el emprendimiento juvenil emerge como una gran solución. Así, el emprendimiento coge fuerza entre el público juvenil. En el 2019, el número de jóvenes que formaban parte de los programas de emprendimiento de Acción contra el Hambre era de un 37,43% y ahora corresponde a casi la mitad del total -un 49,03%-. En cuanto a las ideas de negocio y planes de empresa que todavía no se han constituido como negocio, cabe destacar el aumento de interés de la población joven en el sector de cultura, ocio y deporte comparado con las personas mayores de 30 años.

Según cifras proporcionadas por la ONG, entre 2020 y 2021, los sectores en los que se generan más negocios son servicios y comercio, independientemente de la edad. Sin embargo, las personas mayores de 30 años apuestan por la hostelería, mientras que las personas más jóvenes se centran en consultorías especializadas como diseño y artes gráficas, o marketing, comunicación y publicidad. Igualmente son negocios con alto componente digital y sostenible, como la comercialización de productos agroecológicos, cosmética natural, potenciación de comercio local y de segunda mano, energías renovables, etc. Impulsar iniciativas tanto públicas como privadas que busquen detener el desempleo y favorecer la inclusión socio laboral de jóvenes con dificultades de acceso al mercado de trabajo será vital para salir de la crisis socioeconómica en la que estamos inmersos producto de la pandemia.

 

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