Detener la emergencia climática es responsabilidad de la ciudadanía en su conjunto. Lo que está en juego en nuestro planeta y eso nos afecta a todos y todas. Sin embargo, es inevitable afirmar que hay quienes tienen mayor responsabilidad en el asunto. Empezando por los estados, responsables de la creación de políticas públicas, los organismos internacionales y siguiendo por las empresas. El sector empresarial juega un rol protágonico en la lucha contra el cambio climático, sin embargo, no todas las compañías están a la altura de las circunstancias.
Hoy, 22 de julio, se publicaron los resultados del último informe sobre el sector del petróleo y gas de CDP, la ONG que califica el esfuerzo medioambiental de más de 10,000 organizaciones de todo el mundo. El estudio más completo de los resultados de la industria del petróleo y el gas en relación con los objetivos climáticos de París presenta resultados nada positivos. El informe advierte que, sin una acción inmediata y decisiva, el sector impediría que el mundo cumpla con el objetivo de calentamiento global de 1,5°C del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) para el año 2050.
El benchmark de la World Benchmarking Alliance (WBA), junto con los socios CDP y ADEME, puntúa a las empresas privadas, estatales y que cotizan en bolsa utilizando la metodología de Evaluación de la Transmisión baja de Carbono (ACT) de CDP y ADEME. Esta es la primera vez que la industria ha sido juzgada en el objetivo de 1,5 °C y el primer estudio para evaluar las compañías de petróleo y gas utilizando el objetivo de Cero Emisiones Netas de la Agencia Internacional de Energía (AIE) para el año 2050. Los datos afirman que al ritmo que vamos el plan de reducción de emisiones más ambicioso propuesto por el Acuerdo de París no será más que una utopía. Al evaluar a 100 de las compañías de petróleo y gas más grandes del mundo en este escenario, se observa que, según las tasas de producción actuales, estas empresas consumirán el presupuesto de carbono asignado del sector (de 2019 a 2050) para el año 2037, 13 años antes de tiempo.
Las empresas estatales emergen como las que tienen una influencia significativa, pero carecen de medidas correctivas, lo que afecta al presupuesto general de carbono restante de la AIE (para todos los sectores).La investigación muestra que, el petróleo y el gas extraídos por las 100 compañías evaluadas utilizarán casi el 80 % del presupuesto restante de CO2 para todos los sectores y todas las actividades humanas. Las empresas estatales asumirán la mitad del presupuesto de carbono restante (54%). Las siete grandes petroleras (BP, Chevron, ConocoPhillips, Eni, ExxonMobil, Shell y Total Energies) representan otro 13%, y las independientes el 12%.
Así, se observa en el informe que se trata de un sector marcado por la falta de ambición y acción. Paradójicamente debiera ser el sector más comprometido por el peso que tiene en el medioambiente. Los objetivos y estrategias opacos, poco ambiciosos o inexistentes de los mayores contribuyentes al cambio climático demuestran que el sector del petróleo y el gas no está aceptando su parte de responsabilidad por las emisiones mundiales. Las emisiones de alcance 3 de algunas compañías son equivalentes a las emisiones de países enteros, por ejemplo, las emisiones de alcance 3 de ExxonMobil en 2019 fueron mayores que las de Canadá. También en 2019, las emisiones de alcance 1, 2 y 3 de Saudi Aramco fueron mayores que las emisiones conjuntas de Alemania, Francia, Italia y España. Lo cual es realmente inaceptable.
Las y los investigadores encontraron que ninguna de las 100 compañías se ha comprometido a detener la exploración. Otros hallazgos clave de la investigación incluyen los siguientes datos: De 2014 a 2019, las grandes empresas y las Compañías Petroleras Nacionales (NOC) aumentaron su producción de petróleo o gas. Asimismo, la investigación sostiene que solo 13 empresas tienen planes de transición con bajas emisiones de carbono que se extienden al menos 20 años en el futuro. La buena noticia es que las 10 mejores empresas del ranking proceden todas de Europa.
Aunque hay poco de que alegrarse con los resultados del informe, cabe destacar que, si bien es necesario un progreso significativo y rápido para que todo el sector cumpla con el objetivo de 1,5 °C, las empresas europeas han obtenido resultados relativamente mejores que sus contrapartes entre las 100 empresas evaluadas. En relación a la planificación de la transición, las primeras 8 empresas son Europeas, y se ha observado una inversión comparativamente mayor de las compañías Europeas en tecnologías de mitigación y bajas en carbono, con 8 de las 12 empresas que publicaron información sobre planes CapEx bajos en carbono de las 24 de Europa.
Vicky Sins, Jefa de Descarbonización y Transformación Energética en WBA, explica al respecto que: “Todas las empresas, responsables políticos e inversores son conscientes de la necesidad urgente de priorizar la descarbonización y la transformación energética, pero la concienciación no ha llevado a una acción suficiente. En un mundo impulsado por una nueva era para la producción de energía, las compañías de petróleo y gas se encuentran en una encrucijada: o se transforman o se vuelven redundantes. Ya no pueden ignorar cuán urgentemente se necesita un cambio. La industria debe reconocer la transformación total que se requiere para sobrevivir y señalar los pasos que está tomando para enfrentar este desafío".
El desarrollo sostenible requiere lograr el equilibrio adecuado entre los componentes económicos, ambientales y sociales. La descarbonización de nuestra economía global solo tendrá éxito si la justicia climática incluye soluciones para los trabajadores y las comunidades –el componente social– en lo que se conoce como una "transición justa", en la cual las empresas deberán aportar en gran medida. El Acuerdo Paris no puede ser una mera declaración de buenas intenciones, es momento de que detener el cambio climático sea prioritario para las empresas.