Tras la llegada del coronavirus a nuestras vidas hace ya más de un año, la salud comenzó a ocupar un lugar protagónico en todos los ámbitos. La empresa no ha sido la excepción. Para profundizar en esta importante temática, el “Grupo de Acción de Salud y Sostenibilidad” de Forética ha presentado el informe “Salud y Bienestar 2030: Integración en la estrategia empresarial. El cambio climático y la salud. La nueva frontera de la sostenibilidad” en el marco del II Foro Empresarial: Salud y Desarrollo Sostenible (ODS 3).
El documento afirma que el impacto de la pandemia provocada por la COVID-19 ha situado la agenda social en el centro del debate en torno a la sostenibilidad. La actual crisis económica, social y sanitaria que se ha desatado a nivel global requiere de respuestas ambiciosas y urgentes por parte de todos los actores donde los aspectos Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) sirvan de hoja de ruta para lograr una salida de la crisis inclusiva y sostenible y poder alcanzar una reconstrucción en la cual nadie quede atrás.
Desde hace meses el contexto, en España y el mundo entero, no es nada sencillo y la investigación de Forética advierte que, desde el punto de vista empresarial, las compañías tendrán que dar una respuesta eficaz tanto a retos del entorno, como a los propios de su lugar de trabajo ya que las implicaciones de la pandemia no solo se limitan a los daños de la propia enfermedad. Las compañías han tenido que adaptarse para garantizar la salud y seguridad de sus empleados, sus clientes y de las personas implicadas en su cadena de valor.
La investigación advierte que, en los últimos meses, la salud se ha convertido en un asunto material para todas las empresas. Por ello, el grupo de expertos explica que el riesgo de futuras crisis de salud global requiere de un enfoque más holístico y proactivo de la salud organizacional para contar con las herramientas necesarias que permitan responder a futuros shocks de este tipo y, en definitiva, ser empresas más competitivas. Pero no sólo la salud es una preocupación para el sector empresarial, sino más precisamente, el vínculo de la salud con el cambio climático. El informe sostiene que ha quedado clara la importancia de poner la salud del planeta y de las personas en el centro de la acción por el clima. La degradación del medio ambiente, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad afecta a las necesidades más básicas para la salud de las personas como son la calidad del aire, el agua limpia y saneamiento o la seguridad alimentaria.
Es por esto que, una vez establecido el vínculo salud y cambio climático, el informe de Forética advierte que es necesario abordar de qué manera se debe dar respuesta desde el ecosistema empresarial teniendo siempre en cuenta la colaboración con los stakeholders. En este sentido, se sostiene que aumentar la ambición a través de acciones empresariales coordinadas será la clave para conseguir acuerdos concretos que logren el doble impacto esperado: frenar el cambio climático y mejorar la salud de las personas.
En este sentido, la publicación afirma que todas las empresas pueden emprender acciones que contribuyan a la resiliencia climática al mismo tiempo que benefician a la salud de las personas. Para esto, propone 4 recomendaciones estratégicas que pueden servir a las empresas como una guía para dar respuesta a los retos del impacto del cambio climático en la salud humana y del planeta con el objetivo de establecer una hoja de ruta hacia una estrategia ambiciosa de lucha contra el cambio climático y respetuosa con la salud del planeta y de las personas. El documento engloba estas recomendaciones bajo “las 4 Cs”:
1. Compromiso: Cada vez más empresas están estableciendo compromisos ambiciosos de reducción de emisiones, en muchos casos, con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática o las cero emisiones netas. Contar con un compromiso público y con un plan de acción serán palancas fundamentales para impulsar los cambios necesarios para reducir los impactos negativos sobre el medio ambiente y contribuir a revertir los efectos perjudiciales del cambio climático sobre la salud de las personas. Para ello, las empresas líderes en esta materia integrarán estos compromisos de manera transversal. Las claves del compromiso serán: por un lado, diseñar e implementar programas y estrategias de cambio climático y reducción de emisiones estableciendo el vínculo con el cuidado de la salud, seguridad y bienestar de los empleados a lo largo de toda la cadena de valor. Y por el otro, fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan mitigar los riesgos derivados del cambio climático relacionando los resultados potenciales con el impacto positivo en la salud humana.
2. Contribución: Las empresas no solo tienen el compromiso de mitigar los efectos nocivos del cambio climático sobre la salud sino también de apoyar a la sociedad a adaptarse y crear sistema de salud más resilientes a este fenómeno. Para garantizar el éxito de estas medidas será fundamental contar con un sistema de seguimiento y control de los avances logrados que permita a la empresa conocer su grado de cumplimiento y reformular aquellos objetivos que sean necesarios. Sobre este punto el informe propone tres claves: en primer lugar, diseñar y reorientar productos y servicios desde una perspectiva de innovación, reduciendo el uso de contaminantes y la exposición humana a ellos e incluyendo en la ecuación el binomio salud y cambio climático de forma transversal. En segundo lugar, seguir fomentando e implementando iniciativas y estándares concretos con empleados y colaboradores encaminadas a la lucha contra el cambio climático poniendo en valor las consecuencias directas que esto tiene para su salud. Por último, evaluar los riesgos climáticos considerando la variable salud.
3. Colaboración: Contar con aliados permitirá a las empresas lograr mejores resultados en su desempeño a la hora de abordar el binomio cambio climático y salud. Asimismo, la colaboración con otras empresas del sector o con la administración pública permitirá aunar esfuerzos y desarrollar soluciones colaborativas con un mayor impacto. Al respecto, el estudio propone también tres claves, a saber: en primer lugar, establecer colaboraciones efectivas con gobiernos y administraciones que permita mejorar la capacidad de respuesta ante un fenómeno climático y reforzar a su vez los sistemas de salud para manejar los riesgos y las crisis de salud y clima conjuntamente. En segundo lugar, contar con partners científicos para desarrollar y alimentar las estrategias y acciones, así como para servir de agentes de cambio/portavoces interna y externamente. En tercer lugar, crear y apoyar alianzas empresariales y sectoriales con el objetivo de afrontar este reto de forma conjunta.
4. Conocimiento: Conocer las tendencias internacionales y nacionales y las nuevas demandas legislativas es el primer paso para integrar la salud como elemento clave de la estrategia de lucha contra el cambio climático de la empresa. Basarse en los datos de la ciencia para marcar objetivos de reducción emisiones será clave para llevar a cabo esta transformación, en línea con el planeta y apostando por una transición sostenible. Asimismo, es fundamental el fomento de la sensibilización y la concienciación entre los empleados sobre el impacto del cambio climático en la salud.