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La Fundación ha realizado un informe junto a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en el cual señalan las destacadas capacidades que ofrecen diferentes colectivos con diversidad funcional y sus aplicaciones laborales. Asimismo, el documento propone posibles vías de integración laboral según las supracapacidades que cada colectivo desarrolla. Las y los expertos que realizaron la publicación entiende supracapacidad como la combinación de talento excepcional, de capacidad y de habilidades para desarrollar determinadas acciones.

La Fundación Randstad y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), han hecho públicos los resultados del estudio “Supracapacidades y diversidad funcional. Nuevas perspectivas para el empleo” que ha tenido como objetivo estudiar los diferentes tipos de diversidad funcional y proponer posibles vías de integración laboral para cada una de ellas. 

El estudio pone el foco sobre el concepto de supracapacidad, un concepto que nos hace plantearnos las cuestiones más negativas de la discapacidad, de modo que sean repensadas como uno de los potenciales de las personas con discapacidad funcional. Personas que han tenido que superarse y adaptarse durante toda su vida, siendo expertas en resiliencia, una capacidad muy demandada en la actualidad.

La investigación destaca que las supracapacidades son cualidades diferenciales que se observan en cada colectivo de personas con diversidad funcional. Cualidades que pueden resultar de gran valor en el ámbito laboral. También se señala que la situación de actual crisis puede resultar una gran oportunidad, ya que el teletrabajo se presenta como una fórmula con gran potencial, y en general poco explorada, para incorporar profesionales con diversidad funcional. Asimismo, el documento señala, por ejemplo, que las personas con diversidad funcional auditiva desarrollan otras habilidades sensoriales por encima de lo normal, tienen gran capacidad de concentración y de atención al detalle. Además de empleos en espacios especialmente ruidosos, como en el mantenimiento de aeronaves o en fábricas, también son muy valiosos como grabadores de datos.

Uno de los puntos centrales que aborda el documento es que el teletrabajo se erige como una opción con gran potencial para las personas con diversidad funcional física, ya que reporta beneficios al empresario, por reducción de costes, mejora de la imagen y aumento de productividad, y por otra parte, mejora la calidad de vida de las personas de este colectivo, al realizar sus tareas profesionales, desde su domicilio, sin barreras de accesibilidad.Con respecto a las personas con enfermedades mentales, el informe explica que estas han de luchar a diario contra situaciones de estigmatización, ya que son víctimas de falsos mitos y estereotipos que son necesarios refutar constantemente. Como supracapacidades ofrecen un pensamiento divergente y creativo, que les permite desenvolverse de manera satisfactoria en varias disciplinas relacionadas con el diseño y el arte.

Por su parte las y los trabajadores con Síndrome de Down son metódicos, disciplinados y constantes, además de ofrecer la supracapacidad de la integración, es decir, su incorporación a grupos de trabajo potencia el espíritu de equipo, el sentido de responsabilidad con respecto a los compañeros y refuerza el sentimiento de pertenencia. Son altamente recomendables para empleos como auxiliar de oficina, ordenanza o auxiliar de comercio. Finalmente, las personas con autismo, probablemente el colectivo con mayores dificultades de integración social y laboral, cuentan con algunas habilidades muy valoradas por los empresarios: la preferencia por las rutinas, las buenas competencias en tareas mecánicas y repetitivas que requieren un alto nivel de concentración, la memoria, y la perfección en los detalles. Por ello, es normal que destaquen en posiciones como catalogador de distintos procesos, bibliotecario, documentalista o experto en programación.

Concretamente la investigación afirma que las empresas que apuesten por este talento no solo se verán beneficiadas, sino que contribuirán, de manera determinante, por la normalización social y laboral de estos profesionales. Las personas con diversidad funcional pueden ofrecer, no solo un talento muy útil, sino también competencias y habilidades relacionadas con la superación, el esfuerzo y la resilencia, muy apreciadas por los reclutadores en cualquier proceso de selección.

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