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Una vez más la injusticia está a la orden del día. António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, alertó sobre esta grave situación. Actualmente, la distribución equitativa de las vacunas es la mayor prueba moral que enfrenta la humanidad; sin embargo, la vacunación ha sido tremendamente injusta y desigual, dice el titular de la ONU. En este sentido, llama al G20 a formar un grupo de trabajo que elabore un plan mundial de inmunización y movilice su financiamiento.

Sobrevivir a la pandemia de coronavirus no puede estar determinado por el lugar de residencia. Mientras algunos países cuentan con más dosis de las necesarias para su población, otros no tienen ni si quiera para el personal de salud que se encuentra en primera línea de atención. Una vez más, la humanidad muestra su faceta más cruel y egosita.

En una sesión de alto nivel del Consejo de Seguridad de la ONU, António Guterres se refirió a la esperanza que ha suscitado el inicio de la vacunación para derrotar la pandemia del coronavirus y afirmó que esta capacidad científica debe utilizarse en beneficio de todos los habitantes del planeta, recordando que nadie estará a salvo hasta que todos estén a salvo.

El pasado miércoles 17 de octubre, el Secretario General de las Naciones Unidas afirmó que más de 130 países no han recibido una sola dosis de las vacunas COVID-19 y denunció que el 75% de las inmunizaciones aplicadas hasta el momento se ha concentrado en tan sólo diez naciones, todas ellas desarrolladas.  “En este momento crítico, la mayor prueba moral que encara la comunidad global es la equidad en la distribución de vacunas. Debemos asegurarnos de que todo el mundo, en todas partes, pueda vacunarse lo antes posible”, apuntó el mandatario.

A pesar de los intentos por lograr una distribución más igualitaria de la vacuna, es evidente que el progreso en la vacunación está siendo tremendamente desigual e injusto. Luego de alertar sobre el riesgo de que las vacunas y diagnósticos actuales podrían perder efectividad si se permite la propagación del virus en el Sur global y los estragos aún mayores que esto provocaría en las esferas sanitaria y económica de todos los países, pugnó por el establecimiento de un Grupo de Trabajo de Emergencia que impulse y coordine la lucha contra la pandemia a nivel mundial.

Además, el titular de la ONU consideró que el G20 podría encargarse de esta tarea que, además de la formación del Grupo, comprendería la elaboración de un Plan Mundial de Vacunación para reunir a todos los actores con poder, experiencia científica y capacidades financieras y de producción. En este sentido, explicó que el Plan debería incluir a todos los países con capacidad de desarrollar o producir vacunas si se contara con las licencias para hacerlo.

Guterres expresó que “El grupo de trabajo tendría la capacidad de movilizar a las empresas farmacéuticas y a los actores clave de la industria y la logística. Estoy dispuesto a impulsar a todo el sistema de las Naciones Unidas en apoyo de este esfuerzo”. Asimismo, destacó el trabajo que se puede hacer cuando el mundo se une y citó como ejemplo el mecanismo COVAX, que busca garantizar la llegada de las vacunas a los países de renta baja y media. No obstante, enfatizó que el COVAX requiere recursos. A esta ya compleja situación, por si fuera poco, se le suma la falta de recursos como un elemento más entre los que obstruyen la asistencia a las poblaciones más vulnerables, como la inseguridad y la destrucción de los sistemas de salud, agua y saneamiento.

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