El Clúster de Impacto Social, coordinado por Forética y compuesto por más de 50 grandes empresas, ha presentado el informe ‘Cerrando las brechas de desigualdad. Una oportunidad para las empresas’, que identifica las claves de la acción empresarial frente a la desigualdad. El Clúster de Impacto Social este año está liderado por Grupo Cooperativo Cajamar, Ibercaja e ILUNION y trabaja en visibilizar los avances y buenas prácticas del sector empresarial en la lucha frente a la desigualdad, especialmente en los ámbitos de los derechos humanos, diversidad y desequilibrio territorial y reto demográfico, además de potenciar la colaboración con Administraciones Públicas y principales organismos nacionales e internacionales.
El estudio realizado señala tres grandes espacios las empresas deben actuar para combatir la desigualdad desde el punto de vista de sostenibilidad:
La investigación asume que la desigualdad es, desde una perspectiva de sostenibilidad, un fenómeno frecuente y multidimensional. Frecuente porque se encuentra, aun en formato variable, de forma transversal presente a todos los niveles y en todos los territorios, a nivel privado y público. Multidimensional por su origen (social, económico, legal, educativo) y su dimensión. Genera un impacto negativo tanto a nivel individual como colectivo pudiéndose analizar por su influencia en las comunidades, en sociedades o en grupos sociales más o menos amplios, pero también en las empresas, en las instituciones o en la sociedad civil. Luchar contra la desigualdad ofrece grandes oportunidades para el progreso de individuos y sociedades y está directamente relacionada con la movilidad social. Garantizar mayores niveles de movilidad social genera mayor cohesión social, más confianza en las instituciones y oportunidades de desarrollo para las economías.
El informe se enfoca en identificar distintos elementos con los cuales es posible desde el sector privado luchar contra la desigualdad y mejorar la movilidad social, como son las estructuras socio-sanitarias y mecanismos de protección social o la promoción de mejoras en el acceso a la educación y formación, entre otros. También ponen de manifiesto la gran oportunidad que tienen las empresas a la hora de contribuir a cerrar las brechas sociales existentes, y el papel central que juega el empleo de calidad a la hora de promover entornos sociales más igualitarios.
La investigación recoge así tendencias clave, retos y vías de actuación en cada uno de estos ámbitos, en un contexto marcado por los efectos de la COVID-19 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que sitúan la desigualdad en el centro de su propuesta de acción. Esto queda explicitado de manera directa en el ODS 10, ‘Reducción de desigualdades’ y en otros como el ODS 1 ‘Fin de la pobreza’, el ODS 4 ‘Educación de calidad’, el ODS 5 ‘Igualdad de género’ y el ODS 8 ‘Trabajo decente y crecimiento económico’, sirviendo como hoja de ruta para trazar la acción empresarial.
Como primer ámbito de acción relevante, el estudio señala cuatro palancas clave de acción en materia de derechos humanos desde el ángulo empresarial:
En cuanto al reto demográfico y la desigualdad territorial, tema que se ha situado como foco prioritario en la agenda pública a nivel nacional e internacional, el informe destaca también cuatro acciones de liderazgo empresarial en este ámbito:
Otro elemento clave de la acción empresarial para hacerle frente a la desigualdad es la gestión activa de la diversidad en todos sus planos. En este sentido, el informe señala ocho pasos para la gestión de la diversidad en las empresas:
El informe afirma que las sociedades más equitativas (con mayores niveles de movilidad social) además de ser sociedades con más justicia social, ofrecen elementos muy positivos para la creación de mercados. Son entornos de negocio caracterizados por una amplia base de consumidores, con mayores niveles de estabilidad social y seguridad jurídica y donde existe mayor confianza entre sus clientes y grupos de interés, elementos muy favorables a la hora de contribuir a la competitividad de la organización.
Es por esto, que la investigación explica que la lucha frente a la desigualdad tiene grandes impactos en la creación o el impulso de modelos de negocio sostenibles, situándose en el centro de muchas de las estrategias e iniciativas y ocupa un espacio importante en la “S” social, dentro del ya consolidado esquema ESG (Ambiental, Social y Gobernanza, por sus siglas en inglés).
Por todo ello, sumado a que la pandemia se ha convertido en un potente disruptor, contribuyendo a eliminar gran parte del progreso alcanzado en los últimos años en el ámbito de la desigualdad, las empresas tienen grandes oportunidades de actuación para contribuir a transformar nuestras sociedades hacia unas más justas y sostenibles.