La protección del medioambiente y con ello de la biodiversidad se hace cada vez más necesaria y urgente. Si bien hay evidencia suficiente para justificar la necesidad inminente de que los gobiernos tomen medidas contundentes, el gran problema radica en que muchas veces sólo queda en palabras y no se pasa a la acción real.
Más de 65 jefes de Estado y Gobierno, así como presidentes de empresas y entidades financieras internacionales declararon el pasado lunes 28 de septiembre, su compromiso para salvar la biodiversidad amenazada del planeta a través de acciones urgentes y transformadoras. El Secretario General de la ONU, alertó al respecto, “La pandemia de COVID-19 es prueba de nuestra relación disfuncional con la naturaleza, no estamos cumpliendo con los objetivos de biodiversidad que se establecieron en Japón hace diez años, el progreso en todo esto es verdaderamente pobre”.
En 2010, en Nagoya, Japón, líderes de más de 190 países establecieron, entre otras, metas para reducir a la mitad la pérdida de hábitats naturales y aumentar la superficie de tierra del mundo ocupada por reservas naturales al 17% para 2020. Sin embargo, las evaluaciones recientes de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) concluyeron que las tasas de extinción de especies son actualmente de diez a cientos de veces más altas que los promedios históricos.
El problema entonces es que se pase efectivamente de intención a la acción. El presidente de la Asamblea General, Volkan Bozkir, expresó durante el evento que, como comunidad internacional, no se ha estado a la altura de los ideales o compromisos en materia de biodiversidad, y dijo que ninguno de los objetivos de 2010 se ha cumplido completamente. “Claramente, las palabras y las buenas intenciones no son suficientes. No limpiarán los océanos, no salvarán a los elefantes ni evitarán la deforestación. Solo nuestras acciones pueden hacer eso”, afirmó.
Por su parte, António Guterres agregó que “la emergencia planetaria está sobre nosotros impulsada por las amenazas de la crisis climática y el colapso de la biodiversidad, la vida en el planeta está amenazada. Estamos en guerra con la naturaleza y la naturaleza está contraatacando, los desastres de la biodiversidad están ocurriendo ahora mismo, con derrames de petróleo que están devastando muchos ecosistemas y los incendios forestales que están matando personas y destruyendo hábitats, además de dejar pérdidas económicas incalculables”.
El historiador, ecologista y documentalista inglés David Attenborough también participó en el evento, y expresó que durante su vida ha sido testigo de la naturaleza en su forma más “fascinante y vibrante” pero que también ha observado los cambios que amenazan a nuestra civilización. “Las únicas condiciones que han conocido los humanos modernos están cambiando y cambiando rápidamente. Todos ustedes están en posiciones en las que pueden hacer una mayor diferencia que la mayoría, si alguna vez hemos necesitado una señal fuerte de los líderes mundiales, de personas como ustedes, para que podamos resolver esto, es ahora”, dijo a los dirigentes mundiales.
El momento de actuar es ahora y si bien los daños que ha sufrido el medioambiente son muchos, el experto aseguró que aún hay tiempo de corregir los errores, pero que la acción debe ser inmediata. “Necesitamos urgentemente aumentar nuestra ambición en los meses vitales en el periodo de la Cumbre de Biodiversidad de esta semana y la próxima reunión de la Convención de Diversidad Biológica en mayo. Hago un llamado a todos los líderes para que asuman compromisos decisivos para proteger el planeta y toda la vida en la tierra. Hagamos del próximo año 2021 el año de la naturaleza. El año en el que cambiemos de rumbo y comencemos a reconstruir la belleza y la generosidad de nuestro mundo”, concluyó el Secretario General de la ONU.