El fin del carbón en nuestro país supone un enorme respiro para el clima, aunque aún sea necesario lograr un sistema energético 100% renovable.Luego de 30 años de activismo y denuncia contra la contaminación que produce el carbón y sus efectos sobre la salud de las personas, finalmente estamos más cerca de lograr que todas las centrales térmicas de España estén cerradas dentro de cinco años. Los últimos cinco años han sido clave en la lucha de diversas organizaciones como Greenpeace, junto a la coalición Un Futuro Sin Carbón, para garantizar un cierre justo y ordenado de las minas y las térmicas de carbón en nuestro país.
Una gran noticia llega en medio de un contexto adverso marcado por la pandemia de coronavirus que nos obliga a repensar nuestro vínculo con el medioambiente. El anuncio de cierre de las centrales térmicas de Aboño y Soto de Ribera (Asturias) supone el final del carbón en España. La portuguesa EDP, que no había hecho públicos sus planes todavía, informó hace algunas semanas de que iniciará la solicitud de cierre de estas dos plantas, las últimas centrales térmicas operativas en España.
En el caso de Aboño, una parte será transformada para la quema de gases siderúrgicos y otra se mantendría solo como apoyo en caso de que hubiera un problema de suministro. La planta que queda en Soto de Ribera solicitará el cierre próximamente. Si bien aún falta lograr muchos otros avances, es un pequeño gran paso hacia la protección medioambiental el hecho de que todas las térmicas de carbón estén ya en proceso de cierre. Hasta hace apenas tres años, el mayor responsable de las emisiones de CO2 en el país era la quema de carbón, desde entonces su consumo ha ido descendiendo y se espera que en pocos años no haya emisiones procedentes de este combustible fósil.
El importante pedido de lograr des carbonizar la energía en el país, entre otros estudios, se sustenta con el ‘Estudio técnico de viabilidad de escenarios de generación eléctrica en el medio plazo en España’ que el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Comillas realizó para Greenpeace.
Los resultados más de dicho informe relevantes son:
– Integra 12 puntos más de renovables (73% vs 61%)
– Reduce los vertidos de renovables a menos de la tercera parte
– Resulta en un menor coste total anualizado (7632 M€ vs 8157 M€)
– Ambas opciones permiten reducir al mínimo las emisiones de CO2 (12 Mt vs 10 Mt)
Un pequeño gran paso hacia poder respirar un aire más puro y cuidar nuestro planeta al mediano y largo plazo.