El Consejo Europeo y los Ministros de Finanzas y Gobernadores de los Bancos Centrales del G20 han estado reunidos durante tres días con el motivo de debatir medidas para hacer frente a la recesión económica causada por la pandemia. La sociedad civil presiona a los dirigentes mundiales a que utilicen los billones de dólares de dinero público para promulgar planes de recuperación verdaderamente saludables, sostenibles y equitativos.
Las úlitmas investigaciones realizadas por el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD) y sus asociados confirman que los países del G-20 ya han entregado o destinado más de 150.000 millones de dólares a las empresas de combustibles fósiles y otras industrias contaminantes. Ante esta situación, sumado a la falta de respuestas comprometidas por parte de la mayoría de las administraciones la sociedad civil se ha organizado ocupando el espacio público. Las acciones organizadas esta semana incluyeron:
"Al igual que con el colapso climático, los impactos de la pandemia afectan más fuertemente a los más vulnerables, e injustamente somos los que menos posibilidades tenemos de contar con las condiciones y recursos necesarios para enfrentarlos. Necesitamos que los gobiernos y los líderes mundiales antepongan los intereses de la gente a las industrias ya ricas, que se benefician de la contaminación y la destrucción de nuestros ecosistemas y nuestras comunidades. Deben movilizar recursos para invertir en el fortalecimiento de los sistemas de salud pública y educación, y en el alejamiento de nuestras economías de la dependencia de los combustibles fósiles que sigue alimentando el desastre". Expresó Jabed Nur Shantaw, de la Red de Jóvenes por la Justicia Climática, Cox's Bazar, Bangladesh.
Por su parte, Brighton Phiri, de Nu-Climate Vision, Klerksdorp, Sudáfrica afirmó, “Nuestro Ministro de Finanzas Tito Mboweni forma parte de la reunión del G20, y mientras habla con sus colegas de todo el mundo, nos gustaría informarle de que exigimos una recuperación justa. Una recuperación justa significa que los líderes como Tito Mboweni tienen que hacer frente a las debilidades del sistema de mercado que socavan el bienestar de las personas y empeoran la crisis climática. Quisiéramos llamar la atención sobre la necesidad de una recuperación verdaderamente sana, verde, equitativa y justa para todos los sudafricanos. Después de todo, este es nuestro dinero, nuestras vidas y nuestro futuro".
Desde Latinoamérica, Renan Andrade, organizador de la campaña en 350.org América Latina sentención, "No podemos permitir que las respuestas del G20 a la crisis de Covid-19 agraven otra crisis mundial de igual importancia, el colapso climático. América Latina está siendo terriblemente afectada por ambos, y quienes pagan el precio más alto son las comunidades ya vulnerables. En Porto Alegre, al sur de Brasil, donde están tratando de instalar la mayor mina de carbón a cielo abierto de América Latina, la salud de las familias está en juego una vez más. Pero no aceptaremos nada menos que el fin de este proyecto y una recuperación justa para todos".
Río Constantino, voluntario en 350.org Filipinas sostuve que "La pandemia COVID-19 ha revelado lo frágil que puede ser nuestro actual sistema económico. En esta época de crisis, no necesitamos al G20 para rescatar a las empresas contaminantes y seguir subvencionando la destrucción de la industria de los combustibles fósiles. Es responsabilidad del G20 financiar la transición de los países menos responsables del cambio climático para que dejen de utilizar tecnologías contaminantes. Nuestras voces deben ser escuchadas. Los cambios que queremos son relevantes tanto para la pandemia como para la crisis climática: atención sanitaria universal, redes de seguridad social más sólidas, medios de vida dignos y un mejor apoyo a los trabajadores esenciales que mantienen la sociedad a flote. Lo que necesitamos es una sociedad equitativa y sostenible en la que nadie, especialmente los más vulnerables, se quede atrás".
Arshak Makichyan, Activista de Viernes por la Rusia del Futuro expresó que " Mientras vemos los bosques en llamas en Rusia, la región del Ártico sigue rompiendo los registros de temperatura, los desastres ambientales se han convertido en una norma, y nuestros políticos no hacen nada. Ha llegado el momento de que entiendan que nuestro futuro es más valioso que el dinero. Rusia es el país más grande del mundo por su territorio, y el cuarto país más importante por sus emisiones de dióxido de carbono. ¡Estos no son sólo nuestros problemas! No venimos de otro planeta, y nuestro futuro y el suyo está en juego. Sólo juntos podemos evitar la catástrofe".
Finalmente, Svitlana Romanko, Directora General de 350.org EECCA sostuvo que "Los líderes del G20 han anunciado recientemente su intención de invertir 5 billones de dólares en la economía mundial para recuperarse de las consecuencias de la pandemia. Pero no debemos olvidar que los ciudadanos comunes son los que realmente pagan por esto, ya que son los contribuyentes de los países del G20. Si los líderes del G20 pierden la oportunidad de un mundo justo y verde y siguen el camino de los negocios como de costumbre, la superación de las consecuencias climáticas nos costará en última instancia a todos mucho más. Rusia gasta un promedio de 1.200 millones de dólares al año para apoyar la producción de energía a partir de combustibles fósiles, principalmente carbón, pero también petróleo y gas. Al mismo tiempo, Rusia tiene todas las oportunidades de ser un líder en materia de clima y de convertirse en un país neutral desde el punto de vista climático mucho antes de lo que se indica en el proyecto de estrategia de desarrollo a largo plazo de Rusia con un bajo nivel de emisiones de gases de efecto invernadero para 2050".
Estos eventos son el comienzo de una campaña a largo plazo para una justa recuperación de la pandemia covid-19 que nos pondrá en la senda de la transformación de nuestros sistemas energéticos y de abordar la crisis climática de manera equitativa.
