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Nikarit es una empresa social de la ONG OAN International, que tiene como fin empoderar a mujeres de Nikki - una región al norte de Benín, África- a través del comercio justo de la manteca de karité. Para ello compran directamente manteca de karité a tres cooperativas de mujeres, con las que trabajan también en la mejora del proceso productivo, la venden en España, y con los beneficios financian proyectos de cooperación al desarrollo en las comunidades de origen.

Desde Diario Responsable, hemos querido conocer la empresa social de cosmética natural llamada Nikarit, un proyecto de la ONG OAN International y en concreto a una de sus fundadoras Beatriz Vázquez que tuvo la idea de Nikarit en 2016 a través de su trabajo de fin de grado de Derecho y Administración de Empresas. El trabajo acabó convirtiéndose en un plan de negocio social que partía de las necesidades detectadas por la ONG en sus investigaciones desarrolladas en Nikki, al norte de Benín, en 2014 y 2015. 

Diario Responsable.- Habéis optado por una nueva fórmula de crear una empresa social dentro de uno de los proyectos de cooperación al desarrollo de la ONG OAN International. ¿Qué implica crear este tipo de modelo de negocio con impacto? ¿Tiene impacto social, o también medioambiental?

Beatriz Vázquez.- En OAN International estamos convencidos de que la figura de la empresa social es una solución mucho más sostenible que las ONG tradicionales para resolver problemas sociales. Normalmente, el gran limitante de las ONG es la falta de financiación, que les hace depender de la voluntad de sus donantes o financiadores para llevar a cabo sus proyectos. Con las empresas sociales, sin embargo, se trata de pensar de manera creativa cómo dar respuesta a una necesidad concreta a través de un modelo de negocio que maximice el impacto social y medioambiental.

Nikarit, por ejemplo, nace para resolver el problema de la falta de autonomía económica de las mujeres de Nikki, y para ello se crea un modelo de empresa que pone en contacto el trabajo de las productoras de manteca de karité con la demanda de este producto en España. Como nuestra meta es social, no compramos al mínimo coste la manteca para maximizar nuestro beneficio, sino que priorizamos que las condiciones de compra sean justas y acordadas con las productoras. Así mismo, trabajamos por la preservación del árbol del karité, cuidando que la producción sea medioambientalmente sostenible. Todo ello lo enmarcamos en un modelo de negocio que es rentable, y con el cual generamos beneficios económicos, con los cuales financiamos parte los proyectos de la ONG. 

DR.- ¿Cómo puede la producción de manteca de karité transformar la realidad de las mujeres del norte de Benín? ¿Son conscientes de su situación? 

BV.- La producción de manteca de karité es una actividad que, en Benín, tradicionalmente realizan las mujeres, y en consecuencia, está ligada a la economía de la mujer. Por lo tanto, el incremento de las ventas de manteca de karité repercute directamente en los ingresos de las mujeres, las cuales, cuando venden más manteca, aumentan su autonomía económica. Esto les permite no solo hacer frente a gastos esenciales como acudir al hospital a las consultas prenatales y partos (existe una elevada tasa de mortalidad materno infantil en la región), o poder financiar la educación de sus hijos. Sino que también la autonomía económica es fundamental para prevenir la violencia de género, ya que las mujeres adquieren independencia, y con ello seguridad en sí mismas. Así, por ejemplo, no necesitan pedir a su marido dinero para cualquier gasto, y pueden separarse en caso de que su relación no vaya bien, o hayan sufrido violencia. 

Ellas son conscientes de lo importante que es tener esta autonomía económica, por eso están dispuestas a aprender para mejorar su producción y poder vender más. Además, muchas de ellas, se asocian en cooperativas de mujeres, en los cuales se apoyan y multiplican su impacto. 

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DR.- ¿En alguna etapa de la transformación y comercialización de los productos a base de karité, intervienen los hombres? 

BV.- Algunas cooperativas de mujeres tienen un molino que facilita ciertas etapas del proceso de producción de la manteca de karité. En estos casos, suele haber un hombre encargado del uso del molino, nunca hemos visto a una mujer usándolos. Estas máquinas se rompen bastante y algunas veces nos hemos encontrado con mecánicos que engañan a las mujeres cuando reparan los molinos, les cobran sumas de dinero bastante elevadas y no arreglan el mal funcionamiento. Desde Nikarit nos gustaría formar a algunas mujeres de las cooperativas en el uso de los molinos para que ellas mismas puedan detectar las averías más comunes y repararlas, aunque esto es todo un reto, porque el reparto de tareas y géneros allí es muy marcado.

DR.- ¿La transformación de la manteca de karité en productos cosméticos sale rentable?

BV.- Sí, se trata de un mercado rentable, es por ello que la manteca de karité puede verse en muchos cosméticos del mercado. Al entrar a conocer este mercado nos hemos dado cuenta de que la manteca de karité se compra a un precio irrisorio en origen, y por tanto, evidentemente se trata de un mercado muy lucrativo, ya que los productos cosméticos finales suelen tener precios altos.

Nuestro reto, por lo tanto, es entrar a competir en este mercado, en el que ya hay mucha oferta, siendo capaces de tener precios competitivos, pero priorizando el impacto social y medioambiental que dejamos en toda nuestra cadena de valor, y en particular en origen. No es nada fácil. Hace falta mucha sensibilización e información en los consumidores, para que conozcan qué impacto tiene aquellos productos que compran. Desde Nikarit intentamos trabajar mucho en esto, porque estamos convencidos de que las decisiones de consumo pueden cambiar el mundo. 

DR.- Para estas mujeres, ¿es difícil acceder a los mercados internacionales con sus productos? ¿Qué acogida tienen estos productos en España? ¿Quiénes os suelen comprar?

BV.- Para las mujeres con las que trabajamos actualmente es muy difícil acceder directamente al mercado internacional con sus productos, ya que se trata de mujeres rurales que producen por separado poca cantidad, y en cada pueblo de manera un poco distinta. Los compradores internacionales suelen demandar pedidos grandes que una sola cooperativa de mujeres no puede asumir. Por tanto, es esencial el trabajo en red de estas cooperativas para que juntas puedan acceder al mercado internacional, con un estándar de calidad común. En este sentido la Asotiation de Karité de Benín, con la que colaboramos, está haciendo un gran trabajo para impulsar esta red de mujeres. 

Actualmente en Nikarit vendemos tanto manteca de karité pura, como crema de manos y bálsamo labial hechos con manteca de karité. Nuestros productos están teniendo muy buena acogida en España, no solo por su carácter social y el impacto que tienen, sino por su gran calidad. La manteca de karité es un tesoro de la naturaleza y sus propiedades son extraordinarias, por eso los productos son muy buenos, y cada día tenemos clientes que descubren nuevos usos y están encantados. Nos suelen comprar sobre todo mujeres, tanto amantes de la cosmética natural, como personas que valoran la buena calidad a buen precio. 

DR.- Para que todo el proceso de producción se hiciera en Benín, ¿qué es lo que falta por conseguir? 

BV.- En la actualidad el envasado de los productos se realiza en España, pero nos encantaría que toda la producción se hiciese en Benín, para que el mayor valor añadido se quede en el país, pues nos parece lo más justo ya que no queremos perpetuar el modelo económico de exportación de materias primas de África y transformación en Europa.

Para ello haría falta contar con un laboratorio en Benín que cumpliera con los estándares exigidos por la normativa de la Unión Europea para la importación de productos cosméticos, y que además tuviese también un enfoque social a la hora de comprar a las cooperativas de mujeres. Esta es es nuestra meta a largo plazo, y estamos trabajando ya con actores locales en esa dirección, pues hay muchas voces ya dentro de Benín que reclaman este cambio de enfoque.

DR.- ¿Os planteáis alguna certificación de comercio justo con los productos cosméticos que vendéis en España? 

BV.- Sí, nos gustaría certificar los productos como ecológicos y de comercio justo, por la garantía que esto supone para los compradores de España. Llevamos tiempo investigando sobre cómo hacerlo y actualmente hay un estudiante realizando su Trabajo de Fin de Grado sobre la viabilidad de implementar estas certificaciones en Nikarit. 

DR.- En España, hacéis campaña de regalos con impacto, puedes darnos más información acerca de los puntos de venta y cómo comprarlos. 

BV.- ¡Claro! Vendemos por web, en tiendas físicas y en mercadillos. Podéis comprar los productos Nikarit de manera muy fácil en nuestra web: www.nikarit.es, en dos o tres días tendréis vuestro pedido en casa. Además, en la web podéis ver las tiendas físicas en las que vendemos en Madrid y Alicante (por ahora). Por último, os recomendamos seguir nuestro instagram: @nikarit_karite donde publicamos todas las novedades del proyecto y los mercados y eventos en los que participamos. Además, preparamos productos personalizados para bodas y eventos. Por último, siempre nos podéis escribir a nuestro mail contacto@nikarit.org si tenéis cualquier duda, sugerencia, idea, os gustaría vender nuestros productos, o queréis colaborar de cualquier forma. 

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